Primer amor y primera decepción

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Era una mañana como cualquier otra, Levi se levantaba muy temprano,antes de que el sol saliera, para hacer 30 minutos de ejercicio después preparaba el desayuno para él y su madre.

Luego se iba a dar un baño, al salir se ponía con el nuevo conjunto que le había entregado su madre, cada semana su madre le entregaba una nueva colección a él y a su prima para que la lucieran en la escuela.Después comenzó a peinarse,como su cabello era corto y tenia rapado las sienes y la nuca se peinaba rápido, pero últimamente se la pasaba un buen rato frente al espejo para asegurarse que su cabello este perfecto, cuando termino de darle los últimos toque a su peinado y bajo a desayunar.No sin antes verse en el espejo de cuerpo completo que tenía en su habitación, él era la viva imagen de la belleza masculina y un sueño para todas las chicas.Su cabello negro bien arreglado, su piel de porcelana y sus hermosos ojos grises.

Al bajar vio que su madre ya estaba en la mesa, esperándole para desayunar juntos.

-Buenos días, mamá-dijo sonriendole.

-Buenos días Levi-dijo Kuchel en un tono dulce-te ves muy bien hijo,¿vas a ver a alguien especial hoy?

-No...digo si..digo..solo voy a ir a la escuela-decía un Levi nervioso y ruborizado, frunciendo el ceño mientras miraba a otra dirección.

-Jajaja, vamos hijo, no es para avergonzarse-decía Kuchel en un tono divertido al ver la reacción de su hijo por su pregunta-Bueno ya debo de abrir la tienda, de seguro tu tía ya me esta esperando-decía mientras se levantaba de la mesa-¿seguro que no quieres que lave los platos?.

-No, yo lo haré.

Levi ayudaba a su madre en las cosas del hogar, por no decir que hacia todos los quehaceres, lavaba y planchaba la ropa, cocinaba, lavaba los platos y limpiaba toda la casa de arriba a abajo.Para él su madre ya tenia suficiente trabajo con encargarse de la tienda que en los últimos años se había vuelto muy conocida y popular, hasta el punto de que varios turista iban a Francia con la única intención de visitar la tienda y llevarse casi todo.Y como las clases Levi y Mikasa eran hasta la tarde, sus madres se la pasaban casi todo el día metidas en la tienda.

-De acuerdo, que tengas un buen día en la escuela-decía mientras le daba un beso a Levi en la mejilla, tomaba las llaves de la tienda y de su casa, y se iba a la puerta-Adiós Levi.

-Adiós, mamá-decía viéndola antes de que saliera por la puerta.

Después de lavar los platos, Levi tonaba su mochila y cogía las llaves de su auto para salir.Como ya había cumplido los 18 años, pudo sacar su licencia de conducir.Se subió a su Mercedes-Benz de color negro, que había sido un regalo de sus abuelos en su ultimo cumpleaños, y fue por Mikasa.

Estaciono en la puerta y a los pocos segundos salio su Mikasa.

-Buenos días, Levi-kun-dijo Mikasa sonriendo una vez entro al auto, sentándose en el asiento del copiloto.Usaba también el conjunto nuevo que su tía le había entregado, que combinado con su cabello color azabache, un poco largo, y su piel de porcelana la hacían ver muy hermosa.

-Buenos días,Mika-dijo también sonriendo, para después conducir rumbo a la escuela.

Al cabo de un rato llegaban a la escuela,Levi estaciono, salio primero del auto y se fue a la puerta del copiloto para abrirle la puerta a su prima.

-Gracias-decía Mikasa mientras salia del auto.

-De nada-dijo Levi mientras cerraba la puerta.

-Oye Levi-kun,¿que te parece si vamos al café que queda cerca de aquí, después de clases?-pregunto Mikasa mientras caminaban a la puerta de la escuela.

El hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora