Pasado, presente y futuro

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Un mes había pasado desde que Levi se reencontró con Hanji, no llevaban todas las clases juntos, por no decir ninguna, pero podía verla en los cambios de hora, y eso le alegraba mucho, no sabía porque pero se sentía bien al lado de ella

Pero no era momento para pensar en eso, ahora debía de alistarse porque ese día se cumplía otro año más desde que su abuela adoptiva partió al cielo

A pesar que ya habían pasado varios años, aún la recordaba

Flashback

Era el primer día de Levi en la escuela maternal, una de sus manitas era sostenida por su madre y la otra por su abuela adoptiva

- Hasta ahora no puedo creer que ya estés en edad de ir a la escuela- decía Kuchel una vez llegaron a la puerta- pareciera que fue ayer que naciste- dijo poniéndose a la altura de Levi

-Yo tampoco lo creo- dijo Florencia- Levi ya es todo un hombrecito

- ¡Aún no estoy lista para dejarte ir!- dijo Kuchel para luego abrazar a Levi con todas sus fuerzas- ¡quiero que sigas siendo mi bebé!

Florencia sólo miraba enternecida la escena, después de todo era algo normal que algunas madres no quieran separarse de sus hijos, pero tarde o temprano tendrían que afrontarlo

- Kuchel, yo tampoco quiero que Levi crezca tan rápido- dijo Florencia tocando el hombro de Kuchel- pero ya es el momento que esté con niños de su edad y haga amigos

-Lo sé- dijo Kuchel soltando a Levi- prometele a mami que serás un buen niño

- Lo prometo, mami- dijo Levi sonriendo

-Y recuerda Levi, en caso de que te lastimes usa el botiquín que te regalé- dijo Florencia arrodillándose un poco para mirar a Levi

- Lo haré, abuelita- dijo Levi

-Vendremos por ti luego- dijo Kuchel abrazando, nuevamente, a Levi que correspondió al abrazo- adiós, mi niño- le dio un beso en la frente

-Adios, mami- dijo Levi dandole un beso en la mejilla a su mamá

- Adios, Levi- dijo Florencia agachandose un poco más

- Adiós, abuelita- dijo Levi abrazando a su abuela y también dandole un beso en la mejilla

Una escena tierna de una familia, pero no era la única, al otro lado de la puerta estaban una mujer de cabello castaño corto, ojos color esmeralda y baja estatura, que intentaba separar a una niña pelirroja de los brazos de un hombre alto también pelirrojo

- Isabel, ya lo hablamos- dijo la mujer- debes de ir a la escuela

- ¡No quiero! - dijo la pequeña- ¡quiero quedarme con ustedes!

- Oscar, ayúdame en vez de consentirla- dijo la mujer viendo al pelirrojo alto

-Hija, mamá tiene razón- dijo Oscar dejando a Isabel en el piso- mira el lado bueno, harás amigos

- ¡No quiero!- dijo Isabel aferrándose con todas sus fuerzas a la cintura de su madre.

-Isabel, harás que mamá y papá lleguen tarde al trabajo -dijo la mujer poniendo sus manos en la cintura.

Y con ese comentario Isabel por fin cedió y soltó a su mamá.

Hacían su aparición ahora un hombre castaño pálido y una mujer de cabello negro sumamente rizado y ojos color avellana, sosteniendo en su mano derecha un bastón y en la mano izquierda la manita de un niño castaño pálido y ojos avellana

-Señora Magnolia, buenos días-dijo la mujer amablemente viendo a la madre de Isabel

-Buenos días, señora Church-respondió la madre de Isabel de igual manera-¿como esta su pierna?

El hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora