No puede ser verdad

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Narra Simón

Estábamos en el colegio en las dos últimas horas pero todos sabíamos que queríamos estar con Sirena.

-¿Estás bien?- me preguntó Pablo.

-Si, solo quiero que acaben las dos horas que faltan para ir a ver a Sirena- me pasé la mano por mi pelo.

-¡Atención, todos los alumnos vayan al salon de actos!- anunció la directora.

Todos nos dirigimos extrañados al salon.

-¿Que habrá pasado?- pregunté.

-¿Qué as hecho Simón?- apareció Savina.

-Yo no hice nada- respondí.

-¿Y tu Pablo?- preguntó.

-Nada- respondió y entramos a la sala.

Todos estaban preguntandose para que y porque nos habían reunido aquí.

-¡¿Porqué estamos aquí?!-gritó uno de los alumnos.

-¿Una no se puede despedir de bonita manera?- preguntó ¿Sirena?

-¡¿No tendrías que estar en el hospital, Williams?!- gritó otro.

-Si- sonrió.

-¿¡Qué quieres ahora!?- preguntó Paula.

-Andar por el insti y daros una buena noticia- rió.

-¿Qué as hecho ahora?- preguntó Monique.

-Solo informarles que las tres últimas horas estan suspendidas porque los profesores no van a venir- sonrió y todos la aplaudieron.

-Bravo, casi muerta y nos haces un favor que buenecita- aplaudía Paula mientras subia al escenario.

-Y tu tan creíble que pareces hasta buena - dijo Sirena.

Se pusieron cara a cara y estuvieron hablando pero no se oía. En un momento Paula río y se separó, todos vimos a Sirena desplomarse en el suelo del escenarios y la ambulancia entrando.

Todos nos quedamos totalmente sorprendidos por lo que había pasado y como se la llevaron.

Después de que se la llevaron todo el mundo siguió la ambulancia hasta el hospital pero los padres no dejaron que todo el mundo estuviese ahí y solo nos quedamos los más importantes más Paula y sus secuaces.

-¿Qué estás haciendo aquí Paula?- preguntó Savina enfadada.

-Solo visitar a mi amiga - dijo sarcástica.

Todos negamos y apareció el medico que se dirigió solo a sus padres.

-Ella es una cabezota y la salida que hizo la afectó mucho en las heridas tanto externas como internas - dijo sin tapujos.

-No va a... ¿Verdad?- preguntó Savina.

-Si ella es lo suficientemente fuerte no hay ningún problema - dijo y se fue.

Después de un rato los padres entraron a la habitación y salieron para después marcharse. También fuimos entrando todos uno por uno. En mi situación ella estaba durmiendo así que no pude habar con ella.

Una hora después apareció Tom junto a Carlos para visitarla.

-¡¡¡AYUDA LA HABITACIÓN ESTA ARDIENDO!!!-se escuchó oír gritar a Carlos.

Todos salimos corriendo en dirección a la habitación de Sirena y efectivamente estaba ardiendo.

No me lo pensé dos veces en entrar para poder salvarla pero ella no estaba, la cama estaba bacía.

-¡¡SIMON SAL!!- gritaba Savina.

La hice caso y salí tosiendo.

-¿Dónde está Sirena?- me preguntaron todos.

-Ella no está - dije y todos nos miramos entre si.

Hasta el límiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora