Misión 16: Me haces cosquillas!

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Una vez que llegamos ahí, los empleados me preguntan sobre Maggy, yo tan solo les digo que no sé nada, que el señor Collins me pidió que regresara. Una de las empleadas me sirve algo de comida a mí y a Charles. La verdad estaba tan preocupada por Maggy que no puse atención a la tranquilidad de Charlie, él se sentó junto a mí como si nada. Comemos en paz, subo a mi habitación y Charles viene detrás mío como una sombra.

-Oye! Que haces? Vete a tu hotel, no debes estar aquí. (Le digo)
-Quiero hablar contigo.
-Yo no tengo nada que hablar contigo, Charlie.
-Bueno, hagamos conversación.
-De verdad no vas a irte, cierto?
-No. (él niega con la cabeza mientras sonríe)
-Yo voy a tomar una ducha e iré a dormir. Sola! (haciendo énfasis en la última palabra)
-Bien, aquí te esperaré ansioso. (él enarca una ceja y me da una media luna en en sus labios, yo rodo mis ojos. Llegaba a ser exasperante a veces aunque me causaba mucha gracia)

Maggy me había prestado alguna ropa mientras pasaba tiempo en York, aunque sus gustos eran sumamente diferentes a los míos de igual forma lo agradecía, tomé la ropa de dormir y me dirigí al baño. Antes de entrar le dije a C.C.:

-Espero no encontrarte para cuando salga sino llamaré a la policía.
-Qué grosera!

Tomé un largo baño y traté de relajarme, estaba nerviosa, por fin conocería a mi sobrino. Quería que Loki estuviera aquí pero Thor no respondía a mi llamado. Me puse un camisón de seda color púrpura claro, mientras cepillaba mis dientes escuché un ruido en la habitación. Terminé, salí del baño y me encontré con que C.C. no se había ido.

-Charlie, te dije que te fueras.
-Yo te dije que quería hablar pero al verte en ese camisón no sé si pueda mantener una conversación contigo.
-Muy gracioso! Quiero descansar, de verdad. No es correcto que estés aquí.
-Conseguí vino y dos copas, quieres? (dijo enseñándome la botella)
-Yo no tomo, Charlie.
-No? Bebimos una botella de Whisky juntos aquella vez.
-Esa fue la última vez que bebí alcohol.
-Algo me decía que trajera el cocoa con leche del refrigerador. (dijo él en son de broma) De acuerdo. No hace falta. (él dejó la botella en una mesita)

Charlie se sentó en un pequeño diván de la habitación.

-Ven hablemos. (dijo tocando el asiento)
-Charles de verdad, no insistas. (caminé a la cómoda para cepillarme el cabello.)
-Prue... aún no me perdonas, cierto?
-Es obvio, no?

Charlie se acercó a mi espalda y me tomó por los hombros. Lo vi al rostro mediante el reflejo del espejo. Lucía apuesto con su camisa tres cuartos color vino y su pantalón de vestir negro, tenía unos días sin afeitarse, su cabello estaba bien peinado y su aroma... olía siempre tan bien. Sentí mi piel erizarse cuando acarició mis brazos con las yemas de sus dedos. Tenía manos suaves y delicadas a pesar de ser tan bueno para los golpes.

-Eres adictiva... Prue. (él dijo en un susurro que me hizo estremecer.)
-Charlie, de verdad no me siento cómoda con esto. (me puse de pie y lo tuve frente mí. Él me acorraló contra la cómoda)
-No quiero que sientas más miedo, bonita. Yo sólo quiero demostrarte lo que tu me haces sentir.
-No lo hagas, Charles. (Le dije apartando mi rostro)
-Te deseo, Prue!

Charles llevó su mano a mi mejilla y luego a mi mentón haciendo que lo viera a los ojos, sus hermosos ojos color miel, estaban fijos en mis labios, luego sólo se inclinó para besarme. No podía mentirme a mí misma, quería besarlo también. Sus labios eran finos y suaves.

Charlie me tomó de las caderas y luego me subió a la cómoda bruscamente. Me besaba desesperado como si yo fuera su última bocanada de aire para vivir, llevó sus manos a mis piernas y las acarició sensualmente. Llevé un arma al abdomen de Charles y la cargué. Él separó sus labios de los míos y nos miramos fijamente a los ojos. Tenía miedo de su reacción, él tomó el arma y la llevó a su pecho sin quitar la vista de la mía.

-Dispara! Lo merezco...fui un idiota! Quería matarte y terminé enamorándome de ti, de mi víctima.
-Tengo miedo. (le dije)
-De mí?
-No sé exactamente. No quiero sufrir más, ya no quiero más dolor en mi vida.
-Siempre va a haber dolor, bonita. Ninguno es capaz de soportarlo sin sufrir.
-De verdad te enamoraste de mí?
-De cada centímetro de tu boca, de esos ojos que me vuelven loco cuando los veo, de tu voz, de tu cuerpo frágil, de tu sonrisa. Me siento como un adolescente enamorado cuando pienso en ti.
-Por qué de mí?
-No lo sé.

Él volvió a besarme aún con el arma en su pecho, yo lo empujé.

-Estás seguro que no es sólo un impulso de llevarme a la cama y luego sólo vas a alardear que lo hiciste conmigo?
-No, Prue. (él me dijo serio viéndome fijamente a mis ojos) No quiero sólo llevarte a la cama.
-Realmente piensas que voy a creer en tus palabras?
-Cree en mis besos y en mis caricias.
-No estoy segura de eso. Pienso que está mal, me hiciste mucho daño, Charles y ya no quiero sufrir más. Ya te lo dije.
-Yo no quiero hacerte sufrir, Prue. (él acariciaba mi cabello húmedo)
-Por qué estás tan seguro de eso?
-Porque te amo y porque las mejores cosas no se piensan sólo se hacen, déjame demostrartelo. Aunque, claro, no voy a obligarte a hacer algo que no quieres, mi intención no es abusar de ti, bonita. No puedo negar que me vuelves loco.

Me quedé pensativa, luego bajé el arma, vi a Charlie a los ojos por varios segundos, había deseo en ellos, sabía que estaba mal, luego llevé mis ojos a los botones de su camisa, era una locura. Desabotoné uno a uno despacio y la abrí. Llevé mis dedos a sus pectorales mientras él me veía atentamente, luego lo vi a los ojos nuevamente. Él me dio una dulce sonrisa y me besó en la boca, cada roce de nuestros labios era ardiente. Sentí las manos de Charles ir a mi camisón y subirlo dejándome los pechos desnudos, él bajó hasta ellos besándolos hasta hacerme entremecer de placer, mi piel se erizaba a su contacto, Charles estaba entre mis piernas, bajé mis manos a su pantalón y lo desabroché. Él quedó en su bóxer, luego me levantó en sus brazos y me llevó hasta la cama. Los dos teníamos la respiración acelerada.

Él terminó de quitar su pantalón y los zapatos, ambos sonreímos cuando subió a la cama. Qué estábamos haciendo? Él se veía tan sexy con su cuerpo semidesnudo, lo deseaba, quería que me hiciera el amor, aunque era como entrar a la boca del lobo, no me importaba.

Lo vi besar mi pierna y subir a mi ropa interior, sentía mis mejillas arder como brasas, siguió besando mi vientre y subió hasta mi boca, jugó con su lengua y se posó sobre mí aún con su bóxer, su piel era cálida en la mía. Charlie se separó y yo subí sobre él. Besé sus pectorales y bajé a su vientre, él soltó una risa extraña.

-Espera! (él me dijo)
-Qué sucede? (dije sonriendo)
-Me haces cosquillas.
-Ah sí? Entonces te haré más.

Seguí besándolo mientras él trataba de contener su risa. Quité su bóxer y él me miró algo incómodo, ya que, estaba muy excitado. Me llevó nuevamente abajo, me quitó mi ropa interior y se posó sobre mí. Me besó mientras tomaba mis piernas para acariciarlas y me hacía el amor.

Había sido delicado al principio, tenía mucha experiencia en lo que hacía, estaba extasiada con sus movimientos, sus besos eran agresivos, llegó un momento donde el placer me hizo gemir sin poderlo evitar, no había dolor era algo insdescriptible, electricidad o un hormigueo en mi cuerpo no lo sabía pero era delicioso.

Charlie me hizo el amor toda la noche, había sido maravilloso, había quedado rendida, ambos estábamos exhaustos y más que satisfechos. Supe algo, algo que me asustó mucho, me había entregado a Charles porque... estaba pérdidamente enamorada de él.

Prue Halliwell: Misiones Secretas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora