Capítulo 8

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Canción:
Zedd ft. Ke$ha "True colors"

💜

Aquella pregunta me toma por sorpresa.

–Eso no te importa–escupo continuando el camino.

Ese idiota no debió preguntar eso
jamás.

El asunto me provoca una ansiedad que por más que quiera esconderla, termina por liberarse.

Justo ahora la estoy sintiendo.

Por su culpa, ahora tengo la inmensa necesidad de encontrar comida.

Apresuro mis pasos en búsqueda de algo útil. Sin embargo, la ciudad ya está lejos. Lo más cercano es un poblado que parece estar a casi cien metros de acá.

Pero, necesito comer.

Continuo avanzando mientras los recuerdos vienen una y otra vez.

La persistente ansiedad continúa carcomiendo mi cerebro y la desesperación empieza a palpar en mí.

Es como si miles de bolas de cristal se rompieran dentro de mi mente haciendo que estalle un inmenso dolor de cabeza.

Aunque falta poco para llegar al poblado, me siento obligada a liberar el peso que aplasta mi consciencia.

Había comido demasiado y ahora quería más. De seguro si continuo de esa forma terminaré como un cerdo.

Corro a uno de los árboles más cercanos y detengo mi marcha. Inclino mi torso hacia adelante y me arrodillo en la solitaria esquina. Luego escondo tres dedos en mi mano izquierda, entre ellos el angular, y llevo los sobrantes hasta mi estrecha boca.

Me obligo a expulsar todo aquello que había consumido horas antes de haber llegado al puente.

Pienso en lo tonta que fui al atracar tanta comida. Pero sin duda, lo más que lamento es que siempre caigo en el mismo juego.

Al menos rechacé comer con el chico del puente. Hubiera sido incómodo poder consumir tanta comida frente a un espectador.

Uno de mis brazos sujeta mi abdomen para afirmar mi cuerpo mientras que la otra mano continua estimulando la purga.

El vómito emigra de mi ser de manera repugnante. La tos acompaña el proceso.

De repente mi cabello es removido de mi rostro y mis hombros son sujetados por lo que asumo son los fuertes brazos de Angel.

–Cálmate–su voz llega a mi cerebro como medicina para mi sistema.

Pero mis inútiles arcadas y mis inaudibles gemidos son la prueba de que ya no puedo dar más. Todo lo que me había atracado estaba evacuado de mi estómago.

–Ya pasó, tranquila–no tengo idea de cómo lo ha hecho, pero él ha logrado que mi ansiedad disminuya gradualmente.

Llevo una de mis temblorosas manos a mi boca y me limpio con la manga de mi vestido. Hago lo mismo con mis dedos sucios.

Debo parecer una idiota por tan repentino y estúpido acto, sin embargo fue algo inevitable.

El morocho de piel blanca ayuda a incorporarme y pregunta por mi estado físico y emocional.

–No vuelvas a hacerlo–añade a su fastidioso sermón.

–No tienes el derecho a decirme eso–respondo por primera vez.

–Pero puedo ayudarte.

–¿Cómo?–cuestiono molesta y resentida por el esfuerzo físico–. Si tú también estás jodido. Tú también quisiste matarte. ¿Cómo puedes ayudarme?

Él baja la vista al suelo.

–¿Ves? No puedes hacer nada para ayudarme. Además, ¿tienes idea de lo que he sufrido? ¡Tú no sabes nada!

–Tal vez no sepa lo que haz pasado y tampoco sea la persona indicada para esto, pero al menos puedo intentar ayudarte–su cinismo me es impresionante–. Confía en mí, Mar.

Sin embargo, esas últimas palabras marcaron el inicio de algo inexplicable.

Es la primera persona a la que le interesa lo que yo tengo guardado y por primera vez en mucho tiempo, siento que alguien me ha valorado.

Pienso varias veces si debo contar mi historia. Pero sin duda, él quería conocerla y estaba dispuesto a ayudarme. No podía perder la oportunidad.

Así que respiro hondo y comienzo a revelar mis verdaderos colores.

–Yo era bailarina–comienzo reiniciando la caminata lejos de aquel angosto árbol–. Siempre me gustó participar en concursos de talentos y de hecho, era muy buena.

Mientras hablo, el chico escucha atento a mi lado.

–A los dieciocho, nos mudamos a la ciudad en busca de un sueño y un mejor futuro. Yo quería estar en uno de los musicales más importantes de esta ciudad y como a cualquier hija única, mis padres me apoyaron.

Hasta ahora, no hay nada de qué preocuparse y tal parece que todo va bien, pero justamente ese fue mi error; Creer que todo seguiría bien.

–Entré al musical. Todo estaba como lo había pensado, yo bailaría y ganaríamos mucho dinero... Tenía el mundo a mis pies. Pero entonces vino él–no pude evitar detenerme ante la mención de ese... hombre–. Era el supuesto promotor que toda chica desea. Elegante, adinerado y muy labioso.

Estoy segura de que el fuego que siento en mis venas al recordarlo está reflejado en mis ojos. Puedo sentirlo.

–Me obligó a hacer cosas. Yo... Él me ordenó participar en certámenes de belleza. Decía que eso me haría crecer como artista. Las críticas fueron demasiado fuertes y el abuso físico y mental eran una carga, pero nada se comparaba con lo que me hizo después.

La sensación de inseguridad se instala en mi cabeza y al momento, tomo su mano.

–Él me vendió. Me alejó de mi familia para "buscarme nuevas oportunidades", pero lo único que hizo fue arrancarme todo lo que tenía.

–Ay Mar, yo...

–Eso no es todo–tragué saliva antes de continuar–. Mis compradores me encerraron por dos años. El infierno no se compara a lo que viví todo ese tiempo. Ni te imaginas la cantidad de veces que intenté escapar.

–¿Y cómo lograste salir?

¿Cómo logré salir?

Esa es la pregunta a la que le hecho la culpa de que ya no pueda ser quien solía ser. A ella, le reclamo por mis pesadillas.

Dejo que el tacto del joven apacigüe mi coraje y luego continúo mi relato–. Digamos que el fin justifica los medios, pero para escapar, hasta tuve que traicionar a una amiga. Sin duda, siento asco por mí misma– Angel niega con su cabeza para hacerme sentir mejor, pero ya nada más podrá hacerlo–. Al salir, busqué a mis padres para comenzar una nueva vida, sin embargo eso fue lo peor que pude haber hecho.

–¿Por qué? ¿Qué sucedió?

–Estaban muertos. ¡Ellos habían asesinado a mis padres!

Al oír semejante barbaridad, el chico se acerca a mí con el pánico reflejado en sus pupilas.

Con el dolor incrustado en el alma, decido ignorar su pavor y culminar con mi historia.

–No soy la persona que parezco ser. Mi pasado es oscuro y está lleno de suciedad. Me siento la peor de las mujeres. Y es muy cierto. ¡Soy la más fea de todas!

–¡Claro que no!–el chico termina de atrapar mis dos manos y fija sus ojos en mí–. Tú eres hermosa.

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•️⭐/❤️

•💬

•Gracias por leer...

-Angie_lab

Colisión de galaxias {Completada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora