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Los débiles rayos del sol interrumpieron la inusual tranquilidad que sentía mi mente.
Mi respiración era pasiva y por una fracción de segundo olvidé dónde estaba.
Busqué imágenes en la obscuridad de mis memorias y entonces recordé la noche anterior. Sonreí y aún con los ojos cerrados, me volteé para recibir un poco de calor humano.
Tanteé el lugar con mis manos hasta que di con algo inesperado.
Abrí mis ojos esperando que mi tacto fallara, pero fue todo lo contrario. Al abrirlos, encontré mi lado vacío y lleno de arena.
Desvié la mirada en busca de alguna señal que calmara mi inquietud, pero lo único que encontré fueron los restos de la fogata de la noche anterior.
Sin pensarlo, me puse de pie y sacudí mis trapos negros.
Las gigantes rocas regalaban sombra al recinto en donde estaba, mas aún así sentía un ardor horrible.
No habían señales de él.
Evité entrar en pánico, por lo que solo caminé despacio hacia la orilla del mar.
Elevé mis manos a mi boca y llena de esperanza, grité su nombre.
Pero el murmullo de las olas arrastraba mis palabras a la nada.
El océano se envolvía en un azul brillante el cual llamaba demasiado mi atención. Rebusqué nuevamente el lugar y al darme cuenta de la realidad, mis ojos se llenaron de cristales.
El miedo y la traición asaltaron mi mente. Mi razonamiento estaba en negación, por lo cual la confusión pasó a ser la protagonista del caos formado en mi cerebro.
¿Acaso todo había sido parte de mi imaginación?
¿Realmente Ángel existió?
Miré la fogata y respondí la pregunta.
Sí, existió, pero me había abandonado al igual que las llamas que iluminaron la noche anterior.
Lágrimas resbalaron en mis mejillas.
–¿Por qué me hiciste esto?–sollocé esperando que apareciera frente a mí como un espejismo.
Pero no lo hizo.
El enojo afloró al exterior cuando descubrí lo mucho que me importaba.
Con el ceño fruncido, me adentré a la costa del frío mar y comencé a golpear el agua salada. Ésta salpicaba mi cara de manera violenta. Tuve que cerrar mis ojos por el ardor que producían mis lágrimas al mezclarse con el agua del mar.
La verdadera razón por la cual me sentía molesta no era precisamente debido a que Ángel me hubiera abandonado, era porque había descubierto que por primera vez en mi inútil vida me había aferrado a la esperanza de la felicidad.
Yo pensaba que una vez amaneciera, todo sería distinto. Creía que Ángel y yo iniciaríamos una nueva etapa la cual me alejaría del rutinario mundo en el que vivía.
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Colisión de galaxias {Completada}
Любовные романыLa colisión de galaxias es frecuente en la evolución del universo. Debido a la distribución extremadamente tenue de la materia en las galaxias, no se trata de colisiones propiamente dichas, sino más bien de interacción gravitacional. Una colisión pu...