Epílogo

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Canción:
Alan Walker "Faded"

❤️

El tiempo se mide gracias al Universo. El sol y el Planeta Tierra conspiran para regalar al ser humano el placer de constatar cuánto tiempo ha pasado o ha de pasar en la vida.

No se podría asegurar cuánto tiempo había pasado, pero lo que era seguro era que la Tierra había rodeado al sol varias veces. La rotación del planeta había sido constante, mas la traslación había tardado un poco más, aunque la seguridad de que el sol había conocido la Tierra en más de un par de ocasiones, estaba asegurada.

En la Tierra, un lugar pequeño resaltaba. El brillo de aquella construcción de cemento tenía algo de especial. Pero no por las luces artificiales, ni por el agua que corría debajo de ella o por la gente que lo habitaba. Era especial por el acontecimiento cósmico que estaba a punto de repetirse.

El sol estaba a su lado opuesto, por lo que las estrellas eran testigos de aquel suceso.

Un puente hermoso adornaba la ciudad. Sobre él, algunas pocas personas caminaban pensando. Era un puente peatonal, lo habían construido para unificar la ciudad con un pueblo fantasma el cual se encontraba a par de kilómetros de allí.

Algunos visitantes hablaban con sus familias, mientras otros admiraban solos el tranquilo lugar.

Una mujer mira su muñeca sonriendo.

Un hombre pisa el puente por primera vez.

Algunas familias ríen.

Una pareja se abraza.

Una mascota mueve su cola.

Entonces la interacción vuelve a suceder como una expresión de puro arte. Las estrellas vuelven a caer del cielo y las masas vuelven a forcejear unas con otras.

La mujer de cabello azabache mira su muñeca y sonríe mientras con su mano libre, aprieta la mano de su esposo. Él carga a su hija de seis años con su otro brazo y piensa en lo grande y bonita que se ha convertido. Ya pesa demasiado, ya no es una bebé. Pero todavía puede recordar cuando la pequeña Angelimar daba sus primeros pasos.

Mientras tanto, un hombre por fin liberado de sus culpas se encuentra al extremo contrario del puente. Resopla al aspirar el aire puro que por tanto tiempo le hizo falta y se alegra de que por fin su libertad le permitiera regresar al lugar donde todo había comenzado.

Minuto tras minuto, la gravedad comienza a dar resultado y las formas galácticas se van intersecando de manera automática e imprevista. Los pasos aumentan velocidad, mas el contacto visual aún no procede a fusionarse.

El polvo y el gas se preparan para dar pie al siguiente paso.

Y no es entonces cuando otro choque de miradas, otra colisión de galaxias, vuelve a impactar en el Planeta Tierra.

La mujer y madre de la dulce niña, suelta su mano de su esposo y le pide solo un segundo.

Al verlo, el hombre libre y completado se posa en una esquina del puente para mirar el mar de infinidades naturales que hay a su alrededor.

Ella camina hasta ese mar y procura no ahogarse de emoción, mientras él, solo observa el horizonte de manera paralela a la vista de ella.

No es necesario que digan nada. Ni si quiera es relevante respirar.

Solo basta con que ella le muestre su muñeca, para saber que en realidad todo había salido perfecto.

Él esperó ver cicatrices. Esperó ver alguna herida. La esperó ver más delgada. Pero en realidad ella brillaba más que las estrellas mismas. Y lo que vio en su muñeca era la muestra de que todo había valido la pena.

Ella es feliz.

Él es feliz.

Y como los puentes están enamorados de los suicidas, ese puente no podía ser más que un simple signo. Porque la construcción no podría estar enamorada de dos seres felices y llenos de luz. Porque allí, los enamorados no eran los puentes. Eran ellos. Y a pesar de que sus vidas estaban destinadas a retomar caminos distintos, siempre quedaría la marca de un amor invencible.

Siempre quedaría la colisión de aquella galaxia...

Siempre quedaría la colisión de aquella galaxia

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Colisión de galaxias {Completada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora