Capítulo 6

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Es ese momento en el que tan sólo quieres salir del mundo aunque sea unos segundos para poder asimilar las cosas, saber que es lo que ha pasado, lo que esta pasando y que es lo que vas a hacer al respecto. pero la vida no es así; mi maestro de literatura me dijo una vez: "-la vida es como una obra de teatro, una vez que se abre el telón ya no hay vuelta atrás, ya no hay pausas o segundos intentos. se abre el telón y actúa, si te equivocas improvisa, si estás cansado soporta. no hay pausas, solo un principio y un final -".

hoy es domingo. día de visitas. incluso Patrick tiene visitas hoy, no es que me moleste de hecho me alegra mucho que su novia aun tenga esperanza y espere por él.

¿visitas de mi madre?, no he sabido nada de ella desde que llegué aquí. a la única que he visto es a Amanda, la mamá de Caroline, pero sólo la vi por unos cortos segundos ya que no pude soportar tanto tiempo viendo la cara de esa señora. todos los días me pregunto como le estará yendo en la vida; es un señora muy dulce y atenta, sólo espero que ya se haya alejado de ese tipo que se hace decir hombre y pa... bueno supongo que padre de familia nunca lo fue. me pregunto si Amanda la está pasando peor que yo - espero que no - y si extrañará tanto a su hija tal y como yo lo hago, aveces me gustaría atender sus visitas y hablar con ella o asegurarme de que no todo está perdido pero si la veo la culpa me carcome y salgo huyendo "no es mi culpa" me digo pero yo se que tal vez pude evitarlo.

...es de noche y el aire esta fresco. estamos en la azotea de mi casa acostados boca arriba contando las estrellas que se ven en el cielo nocturno y discutimos sobre si el punto brillante que se mueve a lo lejos es un avión o una simple estrella. Muevo mi cabeza a un lado para observar la silueta de Caroline; su nariz es tan fina, sus largas pestañas y su pupila grisácea ¿ella siempre ha sido así de hermosa?, ¿por qué me vengo a dar cuenta hasta ahora?.
Ella también se voltea a verme y sonríe. Un leve color rosado aparece en mi rostro y luego en él de ella. ¿¡pero qué...!? , ¿desde cuando Nicholas Miller se sonroja?.
—es obvio que es un avión — dice sonriendo.
—¿cómo lo sabes?—pregunto después de un rato alzando las cejas, a lo que ella emite una pequeña risa.
pues por que parpadea con una luz roja y verde — dice obvia.
— ya lo sabía digo sonriendo.
¡no es verdad! ¡claro que no lo sabías!— exclama divertida y sonrío.
si lo sabía Carlota — digo y noto que ya no arruga su nariz cuando le dije el apodo. sonrío de nuevo.
ya vas a admitir que te gusta que te diga Carlota, ¿Carlota?
Nop.- dice tronando la "p" en sus labios.
¡oh vamos!, deberías de cambiarte el nombre, de Caroline Rose a Carlota Rose, no es mucha diferencia digo medio riendome y recibo un débil golpe en la pierna.
¿crees que alguna vez veamos una estrella fugaz?— pregunto después de un rato de silencio, volteo a verla pero ella se queda con la vista clavada en el oscuro cielo.
no lo se, todo puede pasar —dice susurrando.
¿crees en que cumplen deseos? — pregunto apoyándome en mis codos y esta vez si voltea a mirarme.
no.
¿no?
honestamente no creo en los deseos, ni en los deseos de las estrellas ni en los de año nuevo y mucho menos en los de las velas de cumpleaños...— se encoge de hombros.
¿por qué?
...pues, porque no se hacen realidad. — dice mientras sus manos empiezan a jugar con sus dedos mientras sus dientes atrapan su labio inferior — sabes, todos conforme vamos creciendo y pedimos deseos los vamos pidiendo lo mas realista que se puede. mientras de niño pedías  juguetes o poder volar o cosas que solo existen en nuestras fantasías, ahora pides cosas como " desearía un coche" o "desearía poder ir a tal lugar y a hacer tal cosa" o " desearía encontrar un buen trabajo o una buena escuela". y al final dejas de desear y te pones en marcha y haces lo que tengas en manos para poder obtener lo que quieras, pues estar sentado y desear, es simplemente quedarte sentado y no hacer nada.
tienes razón, pero para obtener algo primero hay que soñar lo que queremos primero. Sin una meta la vida no tiene sentido. — digo sentándome y ella hace lo mismo.
¿tienes una meta, Nick?— pregunta.
no lo se, ¿y tu?
por ahora estoy bien. justo aquí, contigo.— recuesta su cabeza en mi hombro y nos quedamos un buen rato.
«yo estoy perfecto aquí contigo »...

—Miller, tiene una visita —dice la oficial Hope.
—¿quién es?
— la señora Amanda Rose — dice en su tono monótono y aburrido.
respiro profundo y asiento sin saber muy bien el porque lo hago.
— esta bien.
—sígame.— la sigo por los pasillos hasta llegar a la sala de visitas, donde se encuentran varias cabinas con teléfonos y una ventana de cristal. Mi mirada encuentra a Amanda. trae un pantalón acampanado color lila, una blusa blanca y su cabello rubio como el de su hija en una despeinada trenza.
—¡Nicholas! —toma rápidamente el teléfono que está a su lado y tardo en responderle. siento como mi estómago se revuelve de nervios y miedo a que me pregunte algo sobre su hija, aunque tomando en cuenta de que es su madre es obvio que sacará a relucir el tema que he estado tratando de evitarlo.
— ah, hola Señora Rose. — no me atrevo a decirle por su nombre  y ella lo nota de inmediato, nos sentamos en una de las sillas de metal y quedamos de frente con un cristal entre nosotros.
—¿cómo has estado hijo? —dice y me encojo de hombros como respuesta. sus manos delgadas cubren el cristal y me doy cuenta de que no son como las de su hija. Ella tiene en los nudillos cicatrices y anillos en la mayoría de sus largos y delgados dedos, mientras que las manos de su hija eran mas pequeñas y solo usaba un anillo artificial que le di cuando me salió en una caja de cereal.
Intento sonreír ante el recuerdo pero la sonrisa no sale.
— quiero que sepas que estoy para ti, estoy haciendo lo posible para que salgas lo mas pronto posible de aquí. — me da una sonrisa triste y me lamento al no poder devolverle una mejor.
—yo se que tu no le hiciste nada a mi hija. yo se que tu le quieres mucho y ella a ti, pero oye, juntos, tu y yo vamos a arreglar todo este alboroto te lo prometo Nick. — veo en sus ojos toda la preocupación del mundo y siento varias puñaladas en mi pecho cada vez que levanto la mirada y veo la cara de Amanda; su parecido al de su hija es impresionante, lo único diferente son sus ojos marrones que no pudo heredarle a su hermosa hija de ojos grises.
—¿usted a sabido algo de mi madre?— pregunto en un susurro.
—me temo que no hijo — dice apenada dándome un leve apretón. Suspiro y miro a mis piernas y las esposas de mis tobillos.
—perdóneme. — suelto después de unos segundos de silencio. quise decirle algo como «lamento mucho no haber estado para su hija en el momento en que todo empezó, lamento no haberla cuidado como prometí desde que nos hicimos mejores amigos en aquel parque en otoño, lamento haberle seguido el juego, lamento haber confiado en la idea de que se iba arrepentir a último momento lamento no haberle dicho muchas cosas » pero no pude decir más. Amanda sonríe y asiente.
—no te preocupes hijo. — sonríe con tristeza y valentía, no cualquiera soporta elevar el peso de las comisuras de la boca con kilos de tristeza encima.















¿cómo andan? Espero que bien. Pues este es otro Capítulo y espero que les guste . comenten y voten :D . besos! 😘😘😘
P.D Caroline en  multimedia.

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