Recuerdos

Capítulo 3

Tres semanas. 
Se rumora por todos los pasillos que han atrapado a uno nuevo; no se quien es,solo se que le dicen "la bala" y no tengo la menor idea de por qué .
Últimamente me la he estado pasando con Patrick; es un buen chico y al parecer un buen ladrón de joyería —o tal vez no tan bueno— considerando que esta aquí .

— ¿ya has visto al nuevo? — me pregunta Patrick como siempre de curioso.
— no. ¿y tu?— intento ser él mismo de antes, pero aún se me dificulta hablar con las personas por mas de cinco minutos.
—creo que es el de allá — me señala con un movimiento de cabeza hacia su izquierda.
Volteo lo mas disimulado que puedo y veo a un hombre unos centímetros mas alto que yo, con la cabeza totalmente rapada y llena de tatuajes al igual que sus marcados brazos.
—da miedo ¿no?
— no es muy diferente a los demás.— me encojo de hombros y vuelvo a las abdominales que estábamos haciendo.

— voy a al basquet, ¿vienes?
— no.
Me levanto y me dirijo a los bebederos perdido en pensamientos sin sentido — cosa que ya no es extraña y Patrick se acostumbró.
Me dirijo a una banca y suelto un gruñido llevando las manos a mi cara. Es desesperante todo esto. El hecho de estar en una prisión no me importa, incluso puedo soportarlo; lo único que odio es que ya no puedo estar con...con ella. Y se que con rejas o sin rejas me voy a sentir igual de miserable. La realidad es como mi cárcel y en ella estoy condenado a muerte; no hay salida, ella era mi única salida.

Dejo caer mis puños en la banca viendo mis zapatos.
-¡Miller! ¿qué hace descansando?¡arriba, otra ronda!-grita el sargento suelto un bufido.

...Estábamos caminando por el parque de la biblioteca; no había muchas personas y el clima era caluroso.
Mañana sería el cumpleaños de Caroline número 16 y como ya era costumbre no quería festejarlo.
Como sabía que Mañana no querrá salir de casa y tampoco me dejará visitarla me limité a comprarle un regalo; era un collar con una pequeña llave colgando. Se que le encantará, ella ama todo tipo de llaves.
siempre era lo mismo y ni siendo yo su mejor amigo me dejaba estar con ella en su día especial, ella siempre a odiado ese día y nunca me ha dicho por qué. Ya había discutido con ella por no querer decírmelo y lo único que consigo es que se ponga furiosa;

—¿por qué no confías en mi como para decírmelo?, ¡no es el fin del mundo Caroline!
—¡simplemente no lo entenderías! — dijo moviendo sus manos de una manera exagerada como siempre hacía cuando está por explotar.
—¡pues entonces explícame!
— no. —dijo y empezó a caminar hacia la salida. La seguí y le tomé del codo volteándola hacia conmigo con suavidad.
— Line por favor, sabes que puedes confiar en mi, somos amigos desde hace años — dije mas dulce y calmado; si algo odiaba Caroline, eran los gritos. Ella me miró y se relajó sólo un poco.
—simplemente no es mi día favorito porque ese día murió mi abuelo— mintió, yo sabía que el abuelo de Caroline murió hace cuatro años y si fue ese mes pero no fue ese día y a parte ella nunca festejaba su cumpleaños ni cuando su abuelo vivía. No sabía si se daba cuenta de su muy mala mentira pero mas me hacía enojar el hecho de que me mintiera en la cara con algo extremadamente falso, Carlota nunca supo mentir.
Suspiré cansado de rogar y decepcionado , no podía enojarme y menos con ella.
—bien. — dije corto — ¿puedo ir Mañana a tu casa?
—sabes que no Nick — dice y respiro profundo intentando ignorar lo de hace segundos.

— okay, entonces toma, cierra los ojos — digo sacando el collar en mi puño evitando que lo vea.
—cierra los ojos Carlota
Arruga su pequeña nariz como sabía que lo haría al escuchar su apodo que detesta —pero yo se que ama— y cierra los ojos sonriendo. Me encantaba la forma en que con una sonrisa suya toda la tensión de hace un momento desaparecía.
Me situé de tras de ella y lentamente le retiré su largo cabello rubio del cuello y con un poco de dificultad le abrocho el collar, sin pensarlo deposito un beso en su nuca donde empieza la espina dorsal y veo como su piel se pone de gallina, acto que por alguna razón me hace sonreír.  Me pongo frente a ella admirando la pequeña llave en medio de sus clavículas.
Abrió sus ojos viendo el collar con una sonrisa y se lanzó a mi en un abrazo tomándome por sorpresa y solté una carcajada por su reacción mientras ella también se reía. «Oh dulce risa que tiene».
No Nos dimos cuenta de que habíamos parado de reír y de que solo estábamos abrazados con nuestras caras a pequeños centímetros, mis manos en su pequeña cintura y sus brazos al rededor de mi cuello; no estoy seguro si en ese momento mi cerebro piensa. Me acerco rozando nuestras narices oliendo su perfume de coco y noto que se pone nerviosa por nuestra cercanía y por alguna razón me encantó provocar esa reacción en ella. Me acerco hasta que nuestros labios casi se rozan y ¡dios se siente tan bien tenerla así de...¡MIERDA! Me aparto rápidamente, sabía que ella no había dado su primer beso y... ¡dios!, ¡¿en que demonios estaba pensando?!, es mi mejor amiga, no tenía que verla de otra forma y casi le doy su primer beso, aunque claro —si me besara no se arrepentiría—, pero no creo que quiera desperdiciar la experiencia con alguien que lo mas seguro es que vea como a un hermano.
«—¡esto está jodidamente mal—»
— lo siento, yo, yo no estaba...
—tranquila Carlota, es solo que soy irresistible lo sé - dije encojiendome de hombros actuando sin preocupación alguna obteniendo un débil golpe en mi hombro por parte de mi amiga sonrojada.
—que no me llamo Carlota, Nicholas —dice riendo. Definitivamente ama que le diga Carlota.
—¿entonces no niegas que soy irresistible, ah?— sonrío levantando una ceja cómplice y me gano otro golpe.
—eres un feo de lo peor — me enseña su lengua arrugando su nariz como cuando éramos niños.
— como digas Carlota—le guiño el ojo divertido.

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