Capítulo 18: Sufrir por amor

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Me rodeó la cintura para alejarnos un poco de la celebración.

—Mira... —se pasó la mano por el cabello con desesperación—, independientemente de que no nos llevemos bien, quisiera que estuvieras con él. Es mi amigo y no me gusta verlo sufrir.

Mis ojos empezaron a escoser.

—Oh, ________(tn) no llores.

Tiró de mi brazo acercándome a él para abrazarme de manera tierna; y ya no pude contenerme y empecé a llorar.

—Desahógate —sobó mi espalda mientras yo lo rodeaba de la cintura hundiendo mi rostro en su pecho.

Durante ese momento no me importaban nuestras diferencias. Tampoco noté cuánto tiempo estuvimos así, solo que poco a poco me fui quedando sin lágrimas.

—Vamos adentro.

Iba a separarme pero Kiseop me levantó en brazos. Lo miré sorprendida y trató de reprimir una sonrisa.

Recargué la cabeza en su hombro rodeándole el cuello con los brazos.

Coloqué mi mano en donde había llorado y obviamente estaba empapado.

—Ya te arruiné el atuendo —dije en tono inocente pero me sorprendió que no se enojara.

—No te preocupes.

—¿No estás molesto?

—No y deja de preocuparte por mi y mejor preocúpate por tí.

Llegamos a mi cuarto y me recostó en la cama.

—Gracias por traerme.

—De nada. ¿Quieres que me quede a acompañarte?

—No, mejor ve afuera.

—Ok.

Se fue.

No estuve mucho tiempo sola; Vannia entró molesta, pensé que iba a regañarme y no me equivoqué.

 —Dime todo lo que me tengas que decir, ya no importa nada —estaba abrazando una almohada.

—¡¿Tu lo sabías?!

—Sí —le respondía sin preocupación.

—¡¿Y por qué no hiciste nada?!

—¡¿Qué no tienen otra pregunta que hacerme?! Además ya no hay nada que hacer.

—¿Sabes por qué Kevin llegó a eso? —se tranquilizó un poco.

Kiseop tenía razón.

—Yo lo llevé a eso.

—Explícate.

—Ayer me besó pero le dije que ya no sentía nada por él; y resulta que Hadley nos vio. Después hizo su berrinche de que quería irse de la casa y Kevin para detenerla, le dio el anillo.

—Entonces todo fue tu culpa.

—¿Por qué?

—Tu lo rechazaste, si le hubieras dicho que aún lo amas, en este preciso momento ustedes estarían juntos.

—No. Desde un principio dije que no haría nada para separarlos y me mantendré firme ante eso.

—¿Por qué eres tan necia?

Salió y me dejó pensando.

Tenían razón en molestarse por mis ideas de dejar todo como sigue y no intentar, pero había algo que me impedía hacerlo, y esta vez no era por su hijo.

Almas Inmortales (UKiss y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora