—Tengo algo para ti. Dame un minuto.
Se levantó y entró de nuevo a la casa.
Mi mente empezó a querer saber quiénes eran mi hermano y su madre; además de que tenía duda también sobre si mi mamá y James lo sabían.
Tendría que hablarlo con ellos para averiguarlo.
Un momento después Lucinda regresó.
Se sentó y estiró un sobre blanco —o más bien amarillo por el tiempo.
—No lo abras aquí —me dijo colocando su mano sobre la mía cuando levantaba la pestaña—. Hazlo en casa. Eso es un recuerdo de tu padre, me lo dio días antes de morir y me pidió que te lo diera cuando fueras mayor y supieras el mundo que te rodea.
—¿Y si nunca me hubieras encontrado?
—Lo iba a hacer —se encogió de hombros.
—Me alegra haberte conocido.
Escuché pasos y voces que se aproximaban.
—¡Luci! ¡Amor, ya llegamos!
Se escuchó la voz de un hombre emocionado.
—Entremos —me dijo ella.
En la sala de estar el esposo de Lucinda —era lo más obvio—, estaba acompañado por dos niñas.
Una era de más o menos seis años y su hermanita de unos tres; ella estaba en brazos de su padre.
—Ella es _________(tn) Donovan —me presentó—. Él es mi esposo Carlos y ellas son Jane —señaló a la más grande—. Y Sarah.
Carlos me dio la mano y dijo:
—Mucho gusto.
—Igualmente —contesté—. Gracias por todo —me dirigí a Lucinda—. Me retiro.
—Gracias por venir y ve con cuidado.
—No te preocupes y hasta luego.
Me despedí de su familia y salí.
Durante el camino de vuelta empezaba a asimilar la historia de mi padre.
En momentos le echaba un vistazo al sobre que dejé en el asiento del copiloto.
¿Qué será?
Aceleré para llegar lo antes posible a la casa.
Cuando entré recordé que también tenía que hablar con Kiseop pero no le di importancia en ese momento.
Me fui al cuarto sin dejar de ver el sobre, el cual también se sentía pesado.
Me quedé frente al espejo del tocador y con cuidado saqué un papel amarillento pero aún parecía resistente.
Desdoblé la hoja con el mensaje de caligrafía fina y perfecta escrito y comencé a leer.
Querida _________(tn):
Para cuando estés leyendo esto probablemente ya habrán pasado varios años de mi muerte y lo más seguro es que te estés preguntando la razón de ésta. Tu madre me prometió que cuando terminaras la universidad ella te contaría acerca del mundo sobrenatural en el que se quedarían.
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Almas Inmortales (UKiss y tu)
Hayran KurguElla; una chica diferente a cualquier otra de su edad. Un poco reservada que solo tenía amigos que podían contarse con los dedos de las manos, estudiosa, inteligente e incluso divertida, que conocía un mundo que muchos no; pero al igual que esas per...