Capítulo 29: Antigua amiga

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—¿Estás muy ocupada? —me preguntó Kiseop al verme buscando un libro en las estanterías de la biblioteca.

—Estoy haciendo tarea.

—¿Es mucha?

—No.

Sin decir más tomó mi mano y salimos de la casa.

Nos fuimos en el BMW en silencio durante el camino de pocos minutos.

Le había preguntado un par de veces a dónde nos dirigíamos pero no me quiso decir.

—Ya me asusté.

Dije cuando entró en una avenida llena de boutiques.

—¿Por qué? —preguntó confundido.

—He notado que te gustan mucho las tiendas de ropa para mujer.

—Deja de decir tonterías.

—Es enserio —me reí—. Te conocí en una y ahora me traes a otra. ¿Lo que quieres es que te ayude a buscar una linda blusa o un vestido? —me burlé.

—Un vestido... para ti.

El coche se detuvo.

En cuanto bajé me rodeó por los hombros con un brazo y entramos a una tienda.

Por fuera se veía grande y por dentro mucho más.

Había varias mujeres siendo asistidas por las empleadas en diferentes sitios de la tienda.

A la derecha estaba el mostrador y la caja. Detrás había una puerta corrediza con un letrero que decía: "Solo personal autorizado".

De esa puerta salió una mujer alta, delgada, ojos grandes almendrados, cabello rizado color rubio cenizo; vestía un pantalón de ceda acampanado color gris, unos zapatos con tacón de aguja no muy altos y una blusa con las mangas de campana de 3/4 color negra con flores muy pequeñas estampadas por toda ésta; y varias pulseras de aros delgados decorando ambas muñecas que al chocar tintineaban.

—¡Kiseop!

Gritó cuando lo vio y se acercó.

Al llegar a nosotros le tomó el rostro entre las manos y le beso ambas mejillas; probablemente era francesa ya que no contaba con rasgos asiáticos.

—Hola. Mira, ella es ________(tn) Donovan —me presentó.

Enarcó las cejas; al parecer estaba sorprendida.

—Y ella es Lucinda Ackerman —continuó.

—Mucho gusto —dije y me saludó de la misma forma que a Kiseop.

—Necesito un favor enorme. Que incluye tu gran talento —continuó él y ella sonrió.

—¿Qué necesitas, cariño?

—Quiero que le hagas un vestido —me señaló con la cabeza—. Será mi acompañante en el baile de beneficencia de...

—¡¿La casa hogar que crearon tus padres?! —lo interrumpió entusiasmada y Kiseop asintió

—Entiendo qué es lo que necesita —me guiñó un ojo—. Vengan.

Atravesamos la tienda y llegamos a unas escaleras en forma de caracol en la esquina del lado este.

Almas Inmortales (UKiss y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora