Capítulo 26: Empieza el acertijo

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En cuanto bajamos, no tomó mi mano y tampoco mantuvimos algún tipo de roce.

—¡Hasta que la señorita se digna a aparecer! —James se puso de pie y estaba furioso en cuanto atravesamos la puerta.

—James... ¿Q-qué... qué haces aquí?

—El que hace las preguntas soy yo. ¡¿Dónde rayos te habías metido?! ¡Estoy aquí desde hace tres días!

Tragué saliva.

Traté de dejar en blanco mi mente para que no supiera lo que había pasado; y esperaba que Kevin estuviera haciendo lo mismo o él acabaría cien metros bajo tierra y yo a su lado.

—Mira —extendí mis manos al frente—, tranquilízate y hablemos.

Quise mostrar la mayor de calma posible aunque realmente estaba muy alterada por dentro.

—Perfecto.

Me levantó en su hombro y salimos de la casa.

—Hermanito, no es necesario esto.

—Ahórrate lo de "hermanito" porque no me tienes nada contento.

Ya en la calle, alejados varios metros de la entrada me bajó.

—¿Por qué Kevin y tú se desaparecieron una semana? ¿Qué fue lo que hicieron? ¿Por qué accediste? ¡¿Y por qué no contestabas el maldito teléfono?!

—Escucha. No hicimos nada malo —en mis recuerdos solo reproduje cuando llegamos, cuando plantamos las flores y el árbol, cuando paseamos, el momento en el que estuvimos sentados junto a la laguna; él frente a la chimenea esperándome y hasta ahí volviendo a repetirlos—. No sabía qué tenía planeado hasta que llegamos a la cabaña. Aun así me quedé porque no puedo dejar de amarlo tan fácilmente. Y no contestaba el teléfono porque no había señal.

—¿Recuerdas la promesa que le hiciste a Roberto? —dijo un poco más calmado. Al parecer lo que vio dentro de mi cabeza lo tranquilizó.

—Sí. Pero no puedo.

—¿Cómo vas a poder si él está cerca? Ya ni siquiera el bebé fue capaz de detenerte.

—¿Y qué hago? No he encontrado a otra persona que me haga olvidarlo.

—La tienes muy cerca —dijo—. Solo que no te das la oportunidad.

Pero Hoon lo sabe y no me quiere decir.

—Entiendo porque no lo ha hecho. Te arruinarías la vida tu sola. Y no solo Hoon lo sabe, más personas te lo están tratando de hacer ver pero tu no captas las indirectas.

—¿Y por qué no me lo dices tú?

—Ya te lo dije. Y sino, es mejor que nos vayamos a casa.

—¡No! No me voy a ir.

—Entonces deja de salir con Kevin.

Le mantuve la mirada pensando en qué tenía que hacer.

—Ok. Lo intentaré. ¿Pero no puedes darme siquiera una pista de esa persona?

Se quedó en silencio pensando en si decirme o no.

—Tu amiga Gaeul insiste con esa persona.

Fruncí el ceño. Eso no me servía de nada.

Almas Inmortales (UKiss y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora