CAPÍTULO 10: Encuentros

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James llegó cerca de las cinco de la tarde. 

—Aquí están tus cosas —me dio la maleta y las llaves del coche las dejó en la mesa de centro de la sala.

—¿Los viste?

—No, me dijeron que habían salido así que me entregaron las cosas los de servicio.

En la noche como a las nueve me llamó Ariel, practicamente habían tratado de localizarme desde el día en que me encontré a Violetta en el cementerio, unas cuantas veces me habían ido a buscar a casa pero le había pedido a mi madre que les dijera que no estaba.

Y en ese momento ya sabía exactamente qué me iba a preguntar. Le contesté.

—Hola Ariel.

—Hola, tenemos que hablar.

—¿De qué?

—Mejor hay que hacerlo personalmente.

—Eso no va a ser posible, hace unas horas llegué a Corea.

—¡¿Qué?!, creí que jamás regresarías. No te ofendas pero, a veces pienso que estás un poquito loca.

—Sí, a veces pienso eso mismo.

—Bueno tendremos que hablar las cuatro. Así que hablaremos por videochat.

—¿Ahorita?

—Sí.

Colgó.

Me conecté, Estrella ya estaba pero faltaba avisarle a Violetta. Le envié un mensaje de texto y rápido ya estábamos listas.

—¿Cómo estuvo esa situación?

—¿Cuál? —fingí no saber.

—La de Fernando.

—Pues él fue al bosque y los médicos dijeron que un animal lo atacó, por supuesto él estaba solo. Lo encontraron un grupo de excursionistas o algo así.

—¿Cómo supiste? —preguntó Estrella.

—Una amiga de la secundaría me avisó, solo que no sé como es que ella se enteró.

—¿Fuiste al velorio y a todo eso?

—Sí.

—¿Y qué animal fue?

—Nadie sabe, además no es la primera vez que pasa algo como esto, han habido más victimas, pero no encuentran nada —dijo Violetta.

—¿Y tu como sabes?

—Veo noticias.

—Oigan ya es tarde y quiero dormir —dije.

—Pero apenas son las dos de la tarde —dijo Estrella.

—Sí, pero acá ya son casi las once de la noche.

—Bueno adiós, luego hablamos —se despidió Ariel.

Me desconecté y apagué la luz de la habitación.

***

James me platicó —durante el desayuno—, de qué trataría el proyecto que estaban haciendo, las fechas y los lugares donde se llevarían a cabo. Lo que más me gustó fue cuando dijo que lo podía acompañar a cada una de esas presentaciones, en especial a la fiesta que harían para cerrar la temporada.

Ese día también tenía reunión así como todo el resto de la semana.

A las diez me fue a dejar a la escuela para realizar mi inscripción. Llegué a la dirección y la secretaria era la que realizaba el trámite. Se portó muy amable y por suerte no me hizo falta nada. Le agradecí y salí de la oficina.

Almas Inmortales (UKiss y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora