║Fragmento especial: El sueño de Eve║

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Desde la perspectiva de la monarca mecánica, las cosas marchaban distintas. En primer lugar, la confusión que sentía por las palabras repentinas de su compañero, acompañadas de su lastimera voz y su mirar lleno de preocupación y ansiedad. En segundo lugar, aquella sensación tan insólita que se le produjo en todo el cuerpo por la hazaña del inventor. Sí, sus labios se unificaron. Eve con su poco conocimiento sobre costumbres humanas, sabía que había actos muy especiales y hasta simbólicos para expresar cariño. Uno de esos actos era precisamente, el besar a otro individuo. No lo vio venir; fue algo completamente inesperado para ella. Su cuerpo entero se sobresaltó, pero también, se sintió conmovido. Lo que sintió dentro de sí fue algo paralizante, que la dejo con su poco control de emociones distorsionado. Parecía como si sus circuitos electrónicos hubiesen hecho corto circuito, para luego volverse a reconectar de manera errónea. Por todo su torrente, corría una carga de adrenalina tremenda. Aquello era difícil de concebir, más por el hecho de que no se trata de un organismo plenamente humano. Quizás esa era la magia del Eldrit. Su rostro quedó perplejo. Tras marcharse Add de ese lugar, Eve se quedó un poco más, intentando desesperadamente recuperar el dominio de su propio cuerpo y sistema. Era inútil pelear contra un mar de sensaciones como ese. Aceptó que ocurrió, tan sencillo como eso.

La pregunta que restaba era ¿Por qué?

Momentos después, emprendió el regreso. Tenía una curiosidad enorme por acercarse al chico de los dinamos, y preguntárselo directamente, pero Eve sabía que Aisha estaría por ahí.

-Es mejor aguardar a que termine- se dijo a sí misma.

Llegó por su cuenta junto al resto del grupo.

Se sentía, confundida, anonadada, pero también alegre. Sin hacer caso de los demás, encontró un lugar dónde sentarse a pensar tranquila. Era un lecho de hojas bajo un viejo abedul, y aunque la brisa nocturna era fresca, no sentía frio. Comenzó a cabecear. La joven trató de mantenerse; a la distancia, Elsword y Aisha peleaban como siempre.

-Creo que se llevan bien- ahondo Eve en sus propios pensamientos. Los parpados de a poco se fueron cerrando. Finalmente, su cuerpo se relajó y comenzó a respirar profundamente...

║Sueño║

La primera vez que abrí mis ojos, me vi rodeada de cosas extrañas. Descubrí que podía hablar, que podía caminar y moverme. El creador, me dijo que yo era como la pequeña princesa Nasod. Pero poco tiempo después, el otro Nasod que estaba conmigo desapareció. No tardaron en llamarme reina. De eso hace ya mucho, mucho tiempo. Es una historia antigua. La única razón por la que la recuerdo, es porque está almacenada en mi base de datos. Los Nasods comenzamos a obtener dominio propio en el medio que nos rodeaba. Sin embargo, no éramos la única especie poblando estas tierras. Teníamos que compartir con los seres humanos los terrenos, la comida y el agua. Había ocasiones en las que ellos, en su arrogancia y prepotencia, se adueñaban de grandes porciones de terreno para ellos solos, dejando a muchos de nuestra raza sin hogar. Los hombres entonces, ofrecían hogar y sustento a cambio de agotadoras jornadas excavando minerales.

Yo podía contemplar un poco de eso. Pese a estar encerrada casi todo el tiempo, sentada en un elegante trono de arcilla pálida. El poder del Éldrit se debilito poco a poco, y con ello, nuestras fuentes de poder. Nuestro numero disminuyo. No éramos suficientes, pese a nuestra autonomía.

Se acordó pedir apoyo a la raza humana, con la esperanza de que ellos pudieran ayudarnos a prevenir una catástrofe. En su avaricia, crearon demasiados Nasods para trabajos forzados, y con ello, gastaron el poder del Éldrit. Los humanos se negaron a ceder sus abastecimientos de energía y todo a nuestro alrededor se hundía en la oscuridad. Aún recuerdo sus miradas cuando denegaron nuestra petición. Nos observaban con desprecio.

Elsword: Crónicas del CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora