Ensueño

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Las mañanas en los bosques cercanos a Ruben eran frescas, las brisas matutinas llevaban los coros llenos de vida de cientos de aves que anidan entre las copas de los arboles. Es pleno verano, y el bosque revienta de vida. Donde una vez hubo densos montículos de nieve, ahora han florecido arbustos frondosos, llenos de flores y frutos de todas clases. Estos bosques, están marcados por característicos senderos hechos por los lugareños de las villas cercanas. 

En otro punto, alejado de estos escarpados caminos de tierra pedregosa, se encuentra un pequeño grupo de jóvenes. 

Uno de ellos, se encamina lejos del grupo para acercarse a uno de los arbustos y comenzar a saborear las deliciosas y nutritivas bayas que florecen por todas partes. Como es costumbre para él, Add suele separarse del resto de la tropa, para relajarse y continuar trabajando con detalles que suelen surgir con sus Dínamos. Ha estado acostumbrado a estar solo; aunque esto no siempre fue así.

Se sienta junto a la mata de moras,  mientras él se dedica con empeño a actualizar el sistema Dínamo, su mejor creación; continuamente, saca del bolso una libreta, la cual, está repleta de números, así como complejos algoritmos únicos,  mientras trata de ignorar los ruidosos quejidos del chico pelirrojo, quien una y otra vez, se abalanza enérgicamente contra Raven; es solo un entrenamiento, sin embargo, la ventaja que lleva el chico de cabello oscuro por encima de Elsword es enorme. 

-¡haaaaaa!- el grito de Elsword suena por todas partes.

Para Add, Elsword es una persona sumamente molesta, ruidoso, desordenado y desaliñado; un hablador y sobre todo, una pulga sin cerebro o sentido común. Pasados unos minutos, Add se da cuenta de que no puede ignorar del todo el entrenamiento, ya que el brazo Nasod que Raven posee, es de vital importancia en cuanto a su funcionalidad, y no puede perderse el observar a un mecanismo tan complejo operar contra el niño malcriado. 

Si pudiera, el chico de los Dínamos se habría apoderado del brazo de Raven, para posteriores estudios y análisis, y es una idea que ha pasado a segundo plano; no ha podido descartarla del todo. Aunque no es su prioridad. Como investigador Nasod, y como inventor, no puede darse ese lujo, al menos, no todavía. 

El entrenamiento termina con un profundo quejido y la agitada respiración de Elword, quien se deja caer al suelo. 

-Tienes que mejorar todavía más esa técnica de combate-  le dijo el hombre del brazo mecánico a Elsword -o de lo contrario, nunca lograrás superarme- continuó con un tonito burlón. 

Add esbozó una sonrisa cínica. 

"-Es imposible que ese niño supere al Brazo izquierdo Nasod hehehehe-" pensó. En cierto modo, Raven no resultaba tan molesto como los demás, aunque siempre lucía demacrado, y las profundas cicatrices que mostraba su cuerpo eran desagradables a la vista de Add, poco estéticas y nada simétricas. Las miradas de Raven y Add se cruzaron por un momento, bien sabia Add que Raven le despreciaba porque lo consideraba un lunático, pero con solo mirarse, ambos sabían que en lo que respectaba a Elsword era cierto: a ese niño le hacia falta mucho por aprender. No era mas que un grano en el culo.

A pesar de todo, Elsword se puso de pie nuevamente.

-Quiero continuar- exclamó lleno de energía y determinación -¡Quiero llegar a ser mucho mas fuerte!-

De nuevo, Add se dedicó a ignorar aquel molesto alboroto. Sabia que el espectáculo del brazo Nasod había terminado. Se concentraba únicamente en el diseño de una actualización que le permitiera volver sus Dínamos aun mas eficientes sin la necesidad de re-cargarse con frecuencia. Evidentemente encontraría la manera, como siempre.

"-soy un gran innovador, y un revolucionario innato, puedo hacer lo que sea kehehehehe-" se decía a si mismo con una sonrisa de satisfacción y los ojos cerrados.  Esta era otra característica que los demás encontraban molesta en él; tenía un gran ego y además, era muy presuntuoso. Eso no significaba que él fuera malo. 

De pronto, un gran ruido entre la maleza puso al resto del grupo sobre aviso. Se oían múltiples pisadas, en dirección al modesto campamento. 

De entre la malesa y los arbustos, una Elfa de pelo verdoso, salió acompañada de un hombre adulto, era Hoffman; Add lo reconoció rápidamente.  Si ese hombre regordete acompañaba Rena eso sólo significaba una cosa, habían ido a Élder a hablar con la alquimista Eco, y a contar con respaldo para una nueva misión. 

Detrás de Hoffman, caminaba muy sonriente y sin soltar su lanza, la inocente Ara, quien no vaciló en saludar a cada uno de los miembros del campamento. 

Para Add esta chica también era molesta. También era demasiado enérgica, y ademas, muy torpe. Cuando se encaminó hacia Add, lo saludó como si hubiesen pasado siglos, así era ella, saludaba a todos como si fueran sus mejores amigos. En realidad, no hacia mucho que Ara se había integrado al pequeño grupito de Elsword; Add había sido el ultimo en ser aceptado. 

Los ojos de Add brillaron y su corazón palpitó con fuerza. Sus ojos parecían los de un guepardo acechando a su presa. 

Detrás de la pelinegra Ara, caminando con elegancia, y sin demostrar algún tipo de emoción , Eve se incorporó al campamento. 

Ella era la razón por la que Add se unió al grupo de búsqueda del Él. 

Eve era una Nasod de alto rango, más específicamente,  la Reina Nasod, un ejemplar único, sobreviviente de la cruel guerra entre humanos y Nasods; al igual que Add, un suertudo sobreviviente. 

Para el chico de los Dínamos, esta antigua Nasod, era el eje principal de su investigación. 

Desde su escape de su prisión como esclavo, Add permaneció dentro de una ancestral biblioteca. La aparición de la Reina Eve, lo hizo salir de su madriguera. Su objetivo era simple, obtener el código de Eve para investigaciones. Por eso permanecía soportando a todos los miembros del grupo. Para él, la única de vital importancia, era Eve. Sabia que no encontraría otro Nasod tan perfecto como ella. Era una preciosa muñeca mecánica. 

Eve pasó junto a Add y sólo se limitó a mirarle y regresó su rostro y sus enormes ojos dorados al frente. Los demás ya se comenzaban a congregar al rededor del centro del campamento. Add no dejaba de asombrarse, no dejaba de contemplar a su objeto de estudio. 

Debía obtenerla a como dé lugar. 

Mientras Hoffman hablaba, Add no le quitaba la vista de encima a la reina, quien miraba con atención al frente. El gordo daba indicaciones, acerca del paradero de un ladrón de fragmentos de Él. Su nombre era Banthus. 

-Muy bien chicos, tenemos una nueva misión, hay que encontrar a Banthus- exclamo Rena, la elfa de cabello verde. 

Esto significaba una nueva oportunidad para Add; para obtener a Eve. La idea lo hacia regocijarse.



Elsword: Crónicas del CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora