El nacimiento de un Serafín

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El grupo de búsqueda del Eldrit se puso en guardia,todos habían sentido la enorme onda de poder maligno que minuto a minuto, crecía, mas parecía perderse a la distancia. Absolutamente algo no iba bien. Algo se había desatado.

Preocupado,Elsword echo a correr, internándose en el bosque. Los demás vieron su cabellera roja desaparecer entre los árboles. Rena estaba expectante, los demás, lucían una expresión que iba de la preocupación a la ansiedad. Chung temía que Lord Belmey estuviera merodeando los alrededores, su cabellera dorada se revolvía con el viento. Momentos mas tarde, Elsword volvió con Aisha en brazos. Sin esperar a que llegara al modesto campamento, todo el El Search Party se agasajo sobre sus compañeros.

-¿Aisha, qué pasó?- le preguntó Rena.

La maga se sentía debilitada, anímicamente sobre todo pero estaba en una pieza. Le soltó varios reveses a su camarada espadachín, más éste no la soltó de inmediato, en vez de eso, camino unos metros más hasta donde ardía la hoguera y la sentó con mucho tacto. Tras constatar que Elsword y Aisha estuvieran bien, Eve finalmente soltó la pregunta que la acongojaba.

-¿Dónde está Add?- su voz sonaba apenada y afligida.

Aisha puso una cara de completa tristeza.

-Eve, lo siento. Todo salió mal ¡Terriblemente mal! ¡Add se volvió loco! Tras regresar al pasado y hablar con Glave sobre cosas que apenas pude entender, constato que nunca podría volver al pasado y...¡Se fusiono con el Eldrit! ¡Quiero decir! ¡El Eldrit que llevaba en el pecho se torno impuro!- Aisha nunca era apropiada para expresarse, ni aun en ese momento, con los nervios tan sensibles. Apenas pudo describir de modo coherente como fue que habían acontecido las cosas. Lo que más pavor le dio, no fue el ojo de Add, sino el hecho de que, alguien a quien conocía y estuvo viajando con ellos, se viera poseído por una ira tan esquizofrenica. Y que para colmo de horrores, no hubiera una forma clara de ayudarlo.

-¿Y donde esta ahora?- preguntó Chung.

-El...el comenzó a crearse una especie de guarida en un Elrios aislado del tiempo real, como una burbuja que lo protege del exterior. Lo siento chicos...no pude detenerlo-

-Entonces nunca hizo nada con ese ojo suyo- exclamo Lu. Todos voltearon a verla, recordando el accidente y la batalla contra Banthus. Si, era cierto que Add casi perdía el ojo, era cierto también que el Eldrit oscuro habia dejado un residuo en el...pero...

-¿Pero y Glave?- pregunto Rena.

-El ya no puede ayudarnos...ya no- los suspiros de frustración no se hicieron esperar.

En ese momento, la piel de Aisha palideció. Mirándola, el cuerpo de Ara comenzó a estremecerse sin control; unas marcas rojas aparecieron en su rostro y sus cabellos se tornaron de color blanco. Sus ojos color avellana se volvieron carmín.

-¡Eun!- proclamó Rena

-¿Tu tambien lo sentiste, Aisha?- Eun era una entidad sobrenatural que de vez en cuando poseía el cuerpo de Ara. Eran amigas, puesto que Eun le ofreció su poder a la descendiente de los Haan para salvarla. Aisha la miro con severidad afirmando con la cabeza.

-El tiempo se está distorsionando-

-¿Cómo que distorsionando?- Elsword no entendía a que se referían Eun y Aisha.

-Els, Add dijo, que mandaría a este mundo al infierno, creo que va maldecir el tiempo, torciéndolo todo-

Los chicos y chicas se miraron entre sí, con ojos preocupados. Era algo que no querían aceptar, era dificil concebir la idea de Add destruyéndolo todo y llevándose entre las patas Glave. Su amigo podría estar loco, pero no era un asesino a sangre fría. O eso pensaba Elsword.

Elsword: Crónicas del CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora