Cuando el grupo abandonó la casa de Eco, se podía notar una sensación peculiarmente extraña entre los aldeanos. Es decir, se respiraba algo parecido al alivio. Banthus, el peligroso señor ladrón de la zona estaba muerto. Y lo que era más importante, el Éldrit estaba a salvo. Los chicos avanzaron a buen paso, mientras los lugareños les dirigían palabras de aprobación y sonrisas de aceptación. Los habían protegido.
Hacía buen clima afuera. Habían pasado ya algunas semanas desde que llegaron con la alquimista. Por lo tanto, el verano había avanzado, en pocas semanas más, llegaría el otoño con sus elegantes tonalidades marrón, mostaza y rojos cobrizos. La temperatura era cálida, el cielo lucía un intenso color celeste, estaba despejado, y las corrientes de aire que llegaban desde más allá de las montañas, calmaban el calor. El ambiente olía bien. Los ecos de los animales para crianza, resonaban entre las calles labradas a mano.
De nuevo, se internaron todos juntos dentro del bosque, no sin antes despedirse por última vez de los aldeanos con un agradable gesto; Elsword en compañía de Elesis dirigían la marcha del grupo, mientras que Lu, Ciel y Ara ofrecían cobertura desde la parte trasera. Durante la charla, se decidió que quienes escoltarían los fragmentos, debían ser Eve y Add, puesto que habían sido ellos quienes los habían recuperado. De cerca a ellos, Chung, Raven y Rena ofrecían otra cobertura adicional. A pesar de ser pleno día, no podían correr ningún riesgo. La noticia de que los fragmentos iban de regreso a Altera se esparció por cielo, mar y tierra. Hoffman les había comunicado que lo mejor, era recibirlos en Altera. Ya ahí, los testigos del asesinato de Banthus podrían rendir una declaración formal. Quedaría en los libros que el asunto fue perpetrado por demonios, y más los testimonios de Lu y de Ciel, ejecutarían un plan de vigilancia diferente.
Add se sentía fastidiado de toda esa situación. Demonios por aquí, demonios por allá. Su misión en la Fábrica Nasod había sido más interesante, pero aquellos Nasods eran chatarra inservible. Nada que comparar con su compañera.
Hablando de chatarra, recordó que llevaba piezas de artefactos Nasod cargando con él.
Más atrás, Ara le relataba a los recién llegados, sobre su aventura en la fábrica Nasod. La destrucción del Rey y la derrota de Karis. Cuando la chica pronunció ese nombre, los ojos de la chiquilla se abrieron como platos
-¿Dé verdad Karis está muerta?-
Para Lu, aquella revelación era trascendental. Le conocía, sabía los crímenes que había perpetrado y sabía que ella era también, parte de la camada de sabandijas que la habían traicionado.
-En realidad no fue difícil de vencer- comentó Rena. Quien siempre iba al pendiente de todo. –Karis se nos manifestó dentro de la Fábrica justo después de vencer al Rey Nasod. No le permitimos huir y acabamos con ella-.
-Las cosas casi se complican cuando estuvo por adquirir un poder todavía mayor- argumentó Elesis.
Lu estaba sumamente sorprendida.
"-Ellos...todos ellos son fuertes. No se les puede tomar a la ligera. Sabía que habíamos hecho bien en venir con ellos-" se dijo a sí misma. Sonrió satisfecha, no sin antes dirigirles algunas palabras halagadoras.
Unas cuantas horas de camino después, (algunos retrasos causados por las torpezas de Ara y la "sutileza" con la que Lu se manejaba con los demás) llegaron por fin a Altera.
Los Pongus salieron a recibirlos. Dejaron lo que estaban haciendo, para rendir homenaje a los héroes que habían traído a salvo el Éldrit. Poco a poco, el grupito del niño pelirrojo comenzaba a cobrar popularidad, no solo en Altera o en Ruben, sino en todos los poblados. Claramente se percibía el ambiente lleno de alegría, como en una verbena popular.
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Elsword: Crónicas del Caos
Fanfiction||:. Elsword; Chaos Chronicles Project.:|| ║Se están editando algunos errores de ortografía y redacción║ Desde el punto de vista de Add, el resto de su grupo de acompañantes, son sólo un inconveniente, salvo por cierta Nasod, a quien debe obtener...