XVIII.

4.8K 408 6
                                    

Observarte todos los días se volvió una costumbre para mí.

Tomarte fotos a escondidas se convirtió en un hábito.

Fantasear contigo fue cosa de todos los días.

Y amarte fue mi perdición.

Este amor por ti me estaba llevando a la locura y yo no quería verlo.

Quería amarte sanamente, como cualquiera lo haría, pero no pude hacerlo.

Sabía que estabas prohibida.

Quizás por eso no podía dejarte ir.

Oh, Daisy...

Sin darme cuenta, te convertiste en mi dulce obsesión.

Oh, DaisyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora