XLVI.

3.3K 342 42
                                    

Él había regresado.

Tú lo perdonaste y empezaste a salir con él.

¡Justo en frente de mis narices!

¿Cómo pudiste? Yo te amaba.

Pero tú no eras la culpable, lo sé.

La voz en mi cabeza me dijo que te había obligado a estar con él.

Te arrebató de mi lado.

Y me sentí como un niño perdido que no tiene un hogar.

No tienes idea de lo mal que me sentí cuando viste esa escena.

Había sangre por todos lados.

Mis manos estaban cubiertas de ella.

Escucharte gritar y llorar fue totalmente desgarrador.

Lo había hecho justo delante de ti.

Sin embargo, no me viste el rostro; estaba cubierto completamente de negro.

En un momento del salvaje atace, me miraste a los ojos y te quedaste inmóvil en tu lugar.

Oh, Daisy...

A partir de ese momento, todo empeoró.

Oh, DaisyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora