Capítulo 26: El lado oscuro de Ruby.

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Cuándo llegué no veía nada, estaba medio dormida y llamé desesperadamente al timbre para que me abriera, no lo hizo. Me acordé de dónde tenía una copia de las llaves, apresurada corrí a abrir y cuándo conseguí abrir la puerta la cerré con delicadeza y busqué a mis padres y a Ruby, alguien, pero en la entrada no había nadie, en el salón estaba Ruby junto a la pared, no se le veía la cara.

-Ruby, soy yo ¿estás bien? -Pregunté echándole el flequillo hacia atrás, ella me miró con sus preciosos ojos y se levantó apoyada a la pared.

-Joder. -Alzó la mano haciendo ver la herida que se había hecho al haber roto el teléfono contra la pared, vaya bruta.

-Pero qué leches Ruby ¿qué te ha pasado? -Cogí delicadamente su mano.

Ella no me contestó estaba ebria y obviamente no me iba a contestar, necesitaba dormir sólo eso y mañana hablaríamos. La acompañé a su habitación y la dejé ahí fui a ver si todo lo demás estaba bien y mis padres también. Ellos estaban profundamente dormidos, seguramente habían estado bebiendo hasta tarde junto con Ruby y ahora habían caído rendidos.

Cuándo me disponía a irme escuché los sollozos de Ruby, me dirigí a su habitación sin hacer el menor ruido.

-Eh, cariño, todo está bien.-Me acurruqué junto a ella y le seque las lágrimas, dios, solo de verla así, tan débil se me erizaba la piel.

-Lo siento.-Repetía una y otra vez, yo solo asentía porque no tenia ni idea de a que se refería.

-Es mejor que descanses.-Me tumbe y ella puso su cabeza en mi cuello.

-No puedo, la cabeza me da vueltas cuando cierro los ojos.-Dijo casi gritando, eso era de beber. Me daba tantísima rabia, no había estado aquí cuando me necesitaba.

-Joder-Musitó llevándose las manos a la cabeza, observé su mano hecha polvo.
Fui al baño y busqué algo con lo que poder curarla. Cogí un esparadrapo y agua oxigenada. Me senté de rodillas en la cama y cogí con la máxima delicadeza su mano, se la desinfecte y la vende, deje los restos de esparadrapo y el bote en la mesilla, ella se quejaba porque le escocía.
-Ruby, cierra los ojos, intenta relajarte, no me voy a ir ¿vale? -Acaricié su pelo, me daba igual lo que hubiera pasado, solo quería que descansara.

Por la mañana me desperté al escuchar un portazo, era la puerta del baño. Ruby no estaba a mi lado, sería la resaca.

-Mamá ¿que os pasó anoche?-Le pregunté a mi madre al verla en el pasillo.

-Estuvimos bebiendo, demasiado. -Se fue de mi vista rápidamente. No quería hablar del tema.

Ruby salió del baño, tenía unas grandes ojeras y se me quedó mirando fijamente.

-Lo siento, te debo una explicación.-Se dirigió a mí, yo solo la observaba, estaba reventada.

-Nunca te he contado esto, cuándo bebo demasiado me vuelvo muy violenta, hay gente que se ríe por todo, que se hacen los graciosos o incluso se ponen tristes. Y bueno, yo no me controlo y me cabree, por eso lo de la mano, que por cierto-Le puse el dedo en los labios y la abracé.

-Oye, tranquila. Tendría que haber estado aquí y haberos parado, pero bueno. -Acaricié su mejilla rosada.

-No querría que hubieses visto esa parte de mi, si hubieras estado delante, habría sido peor, por eso no quería que vinieses. -Bajó la mirada a su mano, vendada.

Volví a casa, reventada. Apenas había dormido, había estado pendiente de Ruby. Después de comer algo y relajarme me llegó un mensaje de Ruby. Se tenía que ir a grabar una de las muchas películas que tenia que rodar durante estos meses. Dejé el teléfono en la mesa e ignoré los mensajes de todo el mundo.
Tania me sacó de mis pensamientos.

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⏰ Última actualización: Mar 25, 2016 ⏰

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Guilty Pleasure {Ruby Rose y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora