Cruel verdad.

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-¿¡Pero que carajo has hecho!?.-le reclamo a Arturo, él se encuentra del otro lado de la línea.

-Para empezar, no me hables de esa manera, Alejandra, ven a mi casa y te explicaré.

-Espero tengas una muy buena escusa...

Termino la llamada y le índico al chofer otra nueva dirección.

Mi mamá va a matarme por no llegar, pero lo tengo que solucionar esta misma noche.

Recuerdo a...¿Bruno?, ¿Brandon?...

¿Cómo se llama?

-¡Byron!.-susurro

-¿Ha dicho algo?,¿Señorita?.-Me pregunta el chofer.

-Ah, no, disculpe, hablaba conmigo misma.-le sonrió.-No crea que estoy loca, solo ha sido una noche larga.-le sonrio

Noto que él asiente con una sonrisa y regresa la vista al camino.

Bryon es su nombre, el nombre de aquel caballero elegante, sofisticado.

Somos dos mundos muy diferentes...¿Por qué a suplantado a Arturo?

Tengo muchas preguntas y me dirijo hacia las respuestas.-Muchas gracias.-le digo al chofer mientras bajo del auto, esta lloviendo asi que decido entrar a la casa de Arturo rápidamente.

Toco la puerta y escucho unas llaves sonar del otro lado.

Hace mucho frío...

Para mi desventaja, mi vestido es sumamente corto.

-¡Entra!.-Me ordena Arturo al tomarme del brazo y meterme a su casa, muy bruscamente.

-¡Oye!, ¿Qué putas te pasa?.-le exclamo, de verdad ha dolido.-Quiero que me expliques lo ahorita sucedido.

-Mira, Alejandra.-me toma del cuello.

Tengo miedo, me esta apretando muy fuerte, siento el sudor bajar por mi frente. Veo sus ojos, azules, no son los mismos de siempre.-Arturo, me estas apretando muy fuerte.-trato de decir con el poco aliento que me queda.-No puedo respirar.- siento como la fuerza que empeñaba disminuía, volví a ver a sus ojos, se han aclarado.

-Alejandra.-golpea la pared, se encuentra molesto.

Tengo miedo, mucho miedo.

-Alejandra, te dije que fueras buena con él

-No me has dicho nada sobre eso, Arturo, ¿qué has hecho?

Arturo se aleja un poco, toma su cabeza con ambas manos; ahora lo noto preocupado, no sé que trata de decir.

-¿Bryon es amigo tuyo?.-Le pregunto, extrañada, mi coraje ha bajado rápidamente; el miedo aún percibe pero algo me causa un poco de lástima sobre Arturo.-Arturo, dime, ¿Qué ha pasado?

-Alejandra, te vendí.-me responde.

¿Me ha vendido?, eso suena bastante estupido, no soy de su propiedad o algo asi.

-¿Cómo qué me has vendido?.-le pregunto.-Explicame...

Me timbla la voz, tengo un nudo en la garganta y otro en el estomago; ambos, me impiden el poder expresarme bien, solo expulso muy pocas palabras de mi boca... las suficientes cómo para obtener una respuesta.

-Alejandra, hace tiempo, un narcotraficante.-baja la mirada.-Él venía muy seguido a este lugar, demasiado, pero mi padre, había hecho un trato, es...algo confuso, pues si una mujer le pertenece a un "hombre de negocios", no se la pueden llevar...

-N-no entiendo, Arturo, explicate mejor.-le digo, pues...espero no sea lo que estoy pensando.

Lo miro fijamente, no lo puedo evitar y las lágrimas surgen, las siento bajar.
Esas dos gotas pesadas.

-Alejandra, yo le dije a Joel que te hiciera todo lo ocurrido.

Siento un ardor que comienza detrás de mi cabeza y baja poco a poco por mi espalda, parpadeo repetidas veces, es para asegurarme de que no es un sueño.-¿¡Qué!.- estoy mal, muy mal.

-Alejandra.- las lágrimas se hacen presentes en el rostro de Arturo; ambos, tenemos unos ojos cristalinos.-Alejandra... Te iban a llevar, si no hacia eso, ahorita estarías muerta.

Mi lágrimas caen aún mas rápido, no puedo creer lo que acabo de escuchar.

-Le pedí a Joel que te hiciera eso para que creyeras que el amor no existe, esa fue una excelente manera para que entraras a esto y no te llevaran a ser violada hasta por 30 hombres, Alejandra, entiende que fue por una buena razón...

-Arturo, no sé que pensar, no sé que decir.-estoy destrozada.

Veo como Arturo se masajea la frente, parece buscar respuestas...-Al firmar el contrato de empleo; también firmaste un trato en él que yo podía hacer lo que quisiera contigo.-me dijo.- Pero los tiempos han cambiado.

-¡Otra verdad,no, ya no!.-le grito.

-He tenido problemas con Bryon, dinero, mantenimiento...él te vio cuando saliste aquélla noche, asi que me ha pedido que le permitiera el conocerte. Lo negué, pero poco tiempo después, una noche después de haber salido de trabajar, una camioneta me hizo subir a la fuerza, en ella se encontraba el padre de Bryon y me ha dado esto...

Veo que Arturo abre un sobre color amarillo, en él, una carta que resultan ser las calificaciones de mi hermana, aparte, una foto de mi madre otra de mi hermana y al final una mía.- No, no no no, Arturo,¿¡ en qué me has metido!?.-le reclamo.

-Alejandra, por favor, disculpame, pero tenía que hacerlo.-se acerca a mi, me toma de la mano.-También amenazó con matar a mi hermano y madre.

¿Madre?, ¿hermano?.
Vaya, hasta hoy me he enterado...

-Arturo, no sé que hacer...

-Alejandra, tienes que salir con él, es...por el bien de ambos.

-Pero es un maldito psicópata, Arturo, me puede hacer daño...

-Lo sé,¡ lo sé!, pero tenemos que hacer un intento... Hazlo por tu hermana y madre...

Lo haré por ellas...solo por ellas.

-Y...¡Ay!, Arturo.-me rompo en llanto y lo abrazo.-No sé que hacer.

El me abraza, me siento...protegida, amada, pues estoy con él.

-Todo estará bien.-me susurra al oído.

Trabajo Sucio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora