Trabajo Sucio.

No todo es sexo.

Byron.

Esa llamada que tuve con Alejandra...vaya que he cambiado. Normalmente pensaría en acostarme con ella y votarla, pero en serio me interesa esa mujer.

-Joder¿ahora quién es?.- me digo a mi mismo pues recibo una llamada.- Diego....- susurro.
Contesto, no de una manera muy agradable para ser sincero.

-Hey, cara de pussi.-me dice.

Rió un poco.- ¿Qué pasó?.

-Salgamos.

-No puedo, saldré con..

-¿Te la tirarás?.- me interrumpie.

En ese momento sé que no puedo hablar bien con Diego sobre estás cosas.- No podré salir, ya luego.- cuelgo.

Diego de verdad a veces no entiende las situación, pero no le culpo del todo. He sido muy malo.

Hago cosas de mi agrado, pues falta un poco de tiempo para la cita, después, tomo una ducha, mi estómago está algo...es bastante raro.
Visto uno de mis mejores trajes, salgo a la cochera y escojo algo bastante sencillo, un Versa color negro con plateado.
Me agrada el perfume que llevo encima, pues me recuerda a la primera vez que vi a Alejandra.

Conduzco hasta la dirección que me ha enviado Alejandra y vaya... la clase social en serio ha cambiado bastante.
Claramente no justo su vivienda pero si es menor que la nuestra.

Llamo a Alejandro por teléfono para avisar que ya he llegado, ella asiente y la escucho gritar desde la planta alta "¡Abran la puerta!".
Sonrio.

-Buenas noches, señora.- Digo a la madre de Ale.

Veo que no se nota muy arreglada la madre, aparenta estarlo pero su ropa está vieja y desgastada. Claramente limpia. Me invitan a pasar y las sorpresas siguen llegando.-Tu debes ser la hermana fe Alejandra.- digo a una muchacha sentada en el comedor junto a unas libretas y unos cuantos libros de Química II.

-¿Eres el novio de mi hermana?.- me pregunta.

Me sonrojo y cuando estaba a punto de contestar escucho el sonido de unos tacones bajar por la escalera.

-Byron.- interrumpe Alejandra.- Veo que ya has socializado con la familia.- sonríe

Veo su sonrisa, esas mejillas, ese labial rojo le va muy bien, quizá ella no piensa que me doy cuenta, pero siempre admiro cada centímetro de su cuerpo. Mi estómago se hace pequeño.- Así es.- le sonrio.

Termina de bajar las escaleras.- Mamá, Paulina .- me mira.- Él es Byron, mi novio.

-Ya era hora de que trajeras algo de calidad.- dijo Paulina mientras reía.
La miro y le sonrio, fue chistoso lo que ha dicho.

-Ya me habían comentado de ti, muchacho.

Miró a mi "suegra".- ¿En serio?

-Alejandra no deja de pensar en ti, lo sé por qué habla dormida.

Veo que Ale de sonroja y susurra algo, pero no le entiendo.

-Mamá, vamos a salir.- interrumpió Alejandra.

-Pero acaba de llegar Byron.

-Pero tenemos planes.- respondió Alejandra, se acercó y me tomo del brazo guiándome a la puerta principal.

-Pero

-Vamonos.- me interrumpe.

-¡Hasta luego, señora y Paulette!

-Paulina.- me corrige Ale

-¡Ah, Paulina!

Ellas me saludan desde lejos y salgo junto a Ale.
Fuera, podré reclamar lo hecho.- ¿¡ Por qué hiciste eso!?