Malas noticias.

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Byron.

- No.- respondí. Hablaba por teléfono con la madre de Alejandra.- Todo es un pequeño obsequio, suegra.

-No, no quiero nada...no es justo que gastes tanto, querido.- me respondió.

-Entienda, todo está bien... De verdad, acepte los regalos y deje pasar a los señores.

Hubo un poco de silencio, pero a final de cuentas ésta aceptó con la condición de que fuese a cenar a su casa esta misma noche.

- Ésta noche no puedo.- dije en un tono triste.- Aún y muchos asuntos los cuáles arreglar...quizá mañana y sirve que veo a Alejandra,¿no?

-Claro.- respondió alegre.- Pensándolo bien, es mejor...para que arregle las cosas...- escuché cómo si se limpiara la nariz.

-Vicki...-volví a escuchar lo mismo.-¿Estás llorando?...

-Perdona, Byron... Es que aún no puedo creer semejante cosa.- se soltó en llanto.- muchas gracias...

-Ooh, vamos, no llore.- sonreí aunque ella no podía verme, me conmovió.- Usted ha sido una madre buena y se lo merece...

Después de una larga charla con Vicki, me percaté de que el tiempo se me iba volando así que corté indirectamente la llamada, diciendo que acababa de llegar un empresario a negociar.

Me levanté de mi escritorio, me acerqué a la ventana cuadrada que está justo al fondo del pasillo que da a la puerta principal a mi oficina y miré por ella, los autos iban y venían, y cómo si fueran pensamientos casi incontrolables me ví en la cama con Alejandra, sujetando con una mano su cintura y con la otra acariciando su delicada espalda hasta llegar también a la cintura. La besaba, mordía... Estaba siendo mía.

-Byron.- interrumpió mi padre.

Mis ojos parecían un par de platos extendidos cuando lo miré.- Papá.- dije y me acerqué a él.- No sabía que vendrías.- antes de llegar con el me regresé a la ventana, justo debajo se hallaba un mueble negro de madera, abrí un cajón y saqué un par de carpetas con puñados de papeles dentro y regresé con mi Padre.- Disculpa.

-No hay problema.- me examinaba con la mirada.

Me extrañó su actitud, lo miré a los ojos.-¿Qué sucede?.- pregunté y sin saludar proseguí a llevar los papeles a mi escritorio.

-¿Ya no saludas a tu padre?

-Perdona, por en verdad tengo muchos pendientes...

-...

Con la mirada en los papeles, pregunté:
-¿Cómo está Troian?

-...

No hubo respuesta, levanté la mirada y al ver su rostro sus ojos estaban cristalizados, llenos de lágrimas que se resistían a bajar por sus mejillas.

-¿¡Qué pasó con Troian!?.- grité, sentí que mi cabeza era arrancada de mi cuerpo.

¿Quien es Troian? Pues es mi hermana menor, tiene 19 años...no solemos hablar de ella o incluso no la contamos en la familia... Detesta ser hija de una familia poderosa. Se fue a Inglaterra a estudiar, fué becada...Ella quiso crecer por su misma y lo estaba logrando....

-Llamaron de un hospital en Inglaterra.- las lágrimas cayeron .-  Está muy mal... Y quizá no sobreviva.

-¡No, no ,no, no!.- golpeé el escritorio mis lágrimas eran...calientes, pesadas.

-Tu madre ya se adelantó, vengo por ti para que vayamos, los mejores doctores cirujanos ya están operando...

-Claro, claro.- tomé mi saco y salí trotando de ahí, sentía mi cara adormecida, sentía qué mis ojos estallarían en cualquier momento. Todo me daba vueltas.
Al salir vi a la rubia.- Cancela todas las citas, yo daré aviso cuando regrese.
Ésta asintió y comenzó a hacer preguntas que no respondí por la prisa que llevaba.

Cuando iba en el auto recordé a Alejandra, tomé mi celular y comencé a escribir, pues una llamada no la soportaría en éste momento.

Alejandra, hubo un suceso y tengo que salir del país...
Es una larga historia que después te explicaré.
Te amo...

Presioné : enviar.

Troian confiaba en que no dijéramos sobre ella, de lo prometí...

-¡Es lo más estúpido que he hecho!.- grité y golpeé el asiento delantero del auto.

Trabajo Sucio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora