Donde y cuando quieras.

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-Me encantas.- dijo Byron, besaba el cuello de Alejandra.
-Byron, tu piel, tu mirada.- sujetaba su cabeza.- tu cabello.- bajó una mano a la erección de éste.- tu sexo...- mordió la parte inferior de sus labios.
-Quiero hacerte mía y solo mía.
-Demuestramelo.- besó a Byron y al final le mordió los labios mientras frotaba su erección con la mano derecha.
Byron se puso de pie y comenzó a quitarse la camisa de vestir,Alejandra se retorcía de placer sobre la cama, miraba del bulto a los bíceps una y otra vez mientras gemía y retorcía su cintura de adelante hacia atrás.
-Ven, Byron.- dijo mientras metía su mano izquierda dentro de su pantaleta y se marturbaba. Indicaba a Byron que entrara en ella.

-Eres muy inquieta.- dijo Byron mientras se quitaba el cinturón.-Ya quiero probar de eso.- se quitó de un jalón el pantalón junto con su bóxer y su pene saltó hasta arriba por el tirón que dio
Alejandra dio un pequeño grito de orgasmo.- quiero que me cojas lo más duro que puedas.

-Si lloras, tendrás que mamarmela mientras conduzco.- agregó Byron.
Alejandra se quitó la pantaleta, quedando en puro sostén se arrodilló frente a Byron, lo abrazó y susurró al oído:
-Te la mamaré cuando quieras y dónde quieras...- rasguño la espalda al dejarse caer sobre la cama y abrió las piernas de par en par.- Pero ahora te toca a ti.- gimió.
Byron sonrió y sujetó las piernas de Alejandra, bajó la cabeza y comenzó a chupar, lamer, morder la vagina de Alejandra.
Las sábanas estaban fuera de su lugar, los gritos de Alejandra podían escucharse incluso al otro lado de la habitación.
-¡Byron!.- gritaba Alejandra.-¡Byron!, ¡Byron!
Y de repente, el rostro de Byron fue bañado por completo. Alejandra se había venido. Agotada, tirada en la cama.
-Esto aún no termina.- dijo Byron y se echó encima de ésta.- comenzó a quitar el sostén.- quiero verlas.- replicó y arrojó la prenda al otro lado de la habitación.
Cargó sus piernas a la altura de su cuello y lentamente introdujo su pene en la vagina.
Alejandra gritaba, pujaba y se retorcía en la cama. Byron bajó la mirada, sonrió y comenzó a mover en círculo su cadera, cada vez más y más rápido.
La cama se agitaba tan fuerte que la lámpara de aún lado cayó, rompiéndose. Alejandra pegaba de gritos.
Mientras Byron cogía a Alejandra, comenzaba a chupar los pezones de ésta.
Daba ligeras mordidas en ellos. Alejandra estaba a punto de llorar, tanto placer dolía. Pero dolía...
-Que rico....- susurró Alejandra.
-¿Te gusta?.- preguntó Byron, no se paró.
-Me encanta.- respondió.- Quiero que me cojas así por siempre.- le besó.

Byron no paraba, ambos sudaban extremadamente, la pasión ardía en aquella habitación. Los besos que tronaban cada vez que se separaban sabían a sudor, calientes ambos cuerpos.

Se marturbaba.- Vamos, ¡más duro!.- gritaba Alejandra.

Cuando Byron aumentó el pasó, Alejandra cayó de la cama y en un abrir y cerrar de ojos se vio envuelta entre las sábanas blancas de su cama, su cuerpo sudado, sus pezones extremadamente duros y sin aliento alguno.
-Pero, ¿Qué demonios?.- se preguntó Alejandra mientras se ponía de pie.

La mañana era calurosa. Al ponerse de pie sintió un liquido bajar por sus piernas. Miró y sonrió antes de morderse el labio inferior.

Todo había sido un sueño, pero sin duda ha sido de los mejores.
-Tengo que ver a Byron.- agregó Alejandra mientras se volvía a recostar en la cama, apretando las piernas.

Trabajo Sucio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora