La mejor actuación.

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Todo es por ellas, todo es por ellas, todo es por ellas, todo es por ellas, todo es por ellas, todo es por ellas, todo es por ellas, todo es por ellas, todo es por ellas.

Mis pensamientos no me dejan en paz.

Existe una amenaza, sé que lo tengo que hacer, una oportunidad...

Me dirijo a con Byron, cuento mis dedos para asegurarme de que tengo 10 en total, estoy muy nerviosa.

Arturo, ahora no sé que pensar de ti... Si eres quién me salvó o solo me está matando poco a poco.

Quedé en verme con Byron en el parque central, no sé a donde quiere que vayamos...

Pasan los 20min en taxi, al fin he llegado al lugar acordado, agradezco y pago al taxista.

-Que hermosa mujer.-me dijo el taxista al momento de pagarle.

Es un señor grande, me refiero a la edad.-Muchas gracias.-le contesto.-Quédese con el resto.-sonrió

El asiente, enciende su taxi y se marcha...

-Uff, ahora a esperar...

No han pasado ni 5min cuando veo a un hombre elegante acercarse mi, trae consigo un gran ramo de rosas pero no logro ver si rostro.

-Vaya, pero si es el señor elegante y sofisticado.-le digo, quiero que todo salga bien.-¿Quieres que te ayude?

-No, gracias, son para mi novia.-me contesta el hombre de las rosas.

Mierda, no es Byron...

Mis mejillas se tornan un poco rojas.-¡Ay, disculpe, creí que era alguien a quien esperaba!.-le expliqué al hombre, pero este parecía no interesarle, asi que solo siguió su camino.

Mierda, que vergüenza.

Alguien toma mi hombro por detras-¿Todo bien, señorita?.-esta vez...esta vez creo que logro reconocer la voz.-¡Byron!.-me volteo, segura de mi misma.

¡Ay, no se vale!

-¿Byron?.-me pregunta el policía.

-Disculpe, es qué...estoy esperando a alguien...de verdad.

-No se preocupe, espero y llegue pronto su cita.-me güiña un ojo y decide marcharse.

Coño de la madre, este tipo no llega y estoy comenzando a fastidiarme.

-Ya veo que no dejas de hacer amigos.

Escucho el comentario y decido dirigir la mirada-Ay, ¿ahora qué?...aaaah, Byron.

Me mira, alzando su ceja derecha y comprimiendo la izquierda.-¿Te gustaría acompañarme?.-me extiende una mano.
Sonrio.

¿La verdad?,no te quiero acompañar a ninguna parte, me siento bien aqui. Es más, quisiera estar en casa.

-Si, esta bien.- le contesto, no tomo su mano, pero camino a un costado de él.

Él ignora mi rechazo, asi que comienza a caminar junto a mi lado. Veo que hace unas señales con su mano derecha.-¿Qué haces?.-le pregunto.

-Les digo a los guardaespaldas que descansen un momento, hoy quiero ser alguien más normal.-me sonríe.-Y...¿Qué me quieres contar?, te escucho.

¿Qué le quiero contar? Tu haz sido quién me ha invitado a salir...

-Byron...-pienso un momento mi pregunta.-¿Por qué te gusto?

-Vaya, este ha sido un inicio algo caliente.-me mira, analiza mi figura y da una carcajada.-No pienses mal, me refiero a que esa no suele ser una pregunta casual para ser la primera cita.

-¿Y la anterior? En la cena...

-¿A eso le llamas cita?

Fuck.

-Pues...en realidad...

-¿Qué? ¿De verdad eso es para ti una cita?

¡Yo ni siquiera sabía de tu existencia!, ¡hmm!
Tranquila, Alejandra, controla tus impulsos...

-En realidad no, pero la verdad fue una sopresa muy grande para mi.-camino junto a él, mantengo la mirada baja.

-Alejandra.-me toma de la barbilla y me levanta el rostro, puedo ver su rostro, firme.-No tengas miedo, sé que esto es...bastante raro para ambos, pero te prometo que si no llegas a sentir algo por mi...te dejo en libertad.

Haré que me odies, de verdad, no sabes ni lo que te espera.

-Esta bien, me parece justo.- quito su mano de mi barbilla.-Y...¿A donde vamos?

-Mujer...-susurra a mis espaldas, su tono es algo decepcionado.-Te llevare a tomar una café, quiero que nos conozcamos mejor, pues el estar aqui no es muy seguro para ambos.-me toma del brazo.

Miro a mi alrededor y facilmente logro contar aproximadamente a 15-20 guardaespaldas en cubierto.

-Son más obvios que nada.-digo.
Demonios, he pensado en voz alta, muy muy alta.

-¿Qué?.-Me pregunta, muy dudoso.

¿Hablo o no hablo?... Bah, no creo que me mate aquí.

-Que tus gorilas son bastante obvios.-le contesto.-Fácilmente puedo contarlos.

-¿Ah, si? Dime...¿Cuantos son?.-me mira fijamente a los ojos.

-¿Al rededor de 20?

-Son 23 gorilas para ser exactos, sin contar que hay uno en la punta del edificio a tus espaldas, apuntando con un francotirador por si algo anormal llegase a suceder.-me sonríe.-Ya nos estamos conociendo mejor.

Dios...

Trago saliva.-Si, ya mejor.-sonrió.

-Muy bien, ahora, vamos al café.

Asiento y lo tomo del brazo, la verdad, me siento muy hipócrita, pues lo odio por lo que ha hecho, pero también me agrada, ni yo me entiendo.

Vaya, al fin y al cabo lo hago por ellas, mi madre y hermana, me tengo que llevar un Oscar a casa, pues esta actuación será la mejor.

Trabajo Sucio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora