Capítulo 1

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La brisa ligera de aquel día acariciaba suavemente las hojas de un viejo árbol, liberando un fresco aroma a pino con cada ráfaga de aire.

Un rayo de sol se filtraba entre las hojas, dispersando diminutos destellos de luz que caían suavemente sobre la hierba del bosque.

Un joven de cabello dorado como los rayos de sol estaba sentado al pie del árbol con los ojos cerrados, disfrutando de la paz del bosque. Sus pensamientos se desvanecían mientras su mente lo transportaba a un mundo de sueños generados por el poder de su imaginación.

El silencio fue interrumpido por un agudo silbido proveniente de la espesa maleza a pocos metros de él. Abrió los ojos para ver cómo una flecha plateada se dirigía hacia él. Con agilidad se movió unos pocos centímetros, esquivando el proyectil que rozó su oreja izquierda, dejando tras él una ráfaga de viento que ahogaba su sonido.

Se levantó rápidamente al ver otra flecha plateada dirigirse hacia él. Sin pensarlo, corrió en dirección contraria a su atacante.

Corría entre los árboles cuando varias flechas le revelaron el número aproximado de sus atacantes.

Sus piernas se movían a toda velocidad; sus reflejos lo convertían en una presa difícil para sus perseguidores, quienes lo seguían con la misma agilidad. Intentó pensar en una vía de escape, pero la lluvia de flechas lo distraía con la misma velocidad con la que desaparecían sus pensamientos.

El viento golpeaba su rostro mientras una débil imagen aparecía en su mente, reviviendo el momento en que sus ojos se abrieron para observar la primera flecha; fue ahí donde un delicado rostro casi visible le daba una idea de su primer agresor: una mujer de ojos tan verdes como las hojas de un árbol. Ojos que lo observaban con deseo, o al menos eso percibió.

Su agitada respiración comenzaba a notarse en el agotamiento de su cuerpo, pero eso no lo detuvo para seguir salvando su vida.

Una ventaja que tenía era conocer cada parte del bosque como la palma de su mano. Había crecido en él, por lo tanto, lo consideraba como su segundo hogar. Una flecha volvió a rozar su cabeza; entonces reconoció aquel instrumento de guerra: un artefacto antiguo que solo había visto en los libros de historia.

Su mente reprodujo aquella imagen para realizar comparaciones; eran exactamente iguales. ¿Cómo era posible que un artefacto así aún existiera en la actualidad? Entonces, un extraño sentimiento arropó su cuerpo. Su corazón latió fuerte en su pecho, mientras su voz resonaba en su cabeza pronunciando el nombre "Los Cazadores De Almas".

Estaba por llegar a los límites del bosque. Su cuerpo seguía respondiendo con lealtad a los instintos que su cerebro le mandaba. Su único pensamiento en ese momento era escapar de sus atacantes.

No comprendía la situación de esa inesperada persecución, pero en ese momento no quería buscar una explicación.

Sus ojos le mostraban su posible salvación ya que a pocos pasos entraría a las calles del pueblo. Su corazón comenzaba a sentirse aliviado, dándole la fuerza necesaria para dejarlos atrás.

Sintió una oleada de viento cuando una flecha pasó velozmente entre sus piernas.

Ahora corría con la agilidad de un animal. Sus pies casi tocaban el suelo. Sabía que al llegar al pueblo podía buscar un lugar donde esconderse.

Una flecha chocó contra uno de los árboles cercanos mientras lanzaba pequeñas astillas en diferentes direcciones.

Entonces ocurrió: dejó el bosque atrás. Miró rápidamente hacia atrás pero no había señal alguna de sus perseguidores.

El Zodíaco 1: La ReencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora