Te Encontré(Chris Evans)

Capítulo 1

El hombre estaba más guapo de lo que recordaba, su cabello lacio y obscuro caía delicadamente sobre su rostro ovalado, su barba partida lo hacía lucir mas seductor, y su mandíbula poblada de una azabachada barba le daba mas profundidad a su masculinidad.

- ¿podemos empezar? -. Dijo sin mirarme a los ojos, estaba concentrado en mi revelador escote, en mi cintura, en mi piel tan expuesta. Una risa inapropiada salió al escuchar su voz, no había subtítulos debajo para lograr entenderle como en sus películas, pero a esas alturas su inglés me parecía tan conocido. ¡Esta es la realidad Amanda aterriza! me gritaba una voz desde mi interior.

-Lo siento-. Dije con total naturalidad, arqueando una ceja satisfecha de lo que había logrado con ese hombre. Él me miraba, tenía su atención, ¡Oh por Dios! Un conocido actor estaba babeando frente a mí. Mi atención se desvió ante una música que sonaba desde hace rato, y entendí que debía hacer uso de mis incógnitos dones de actuación para mirarlo seductora mientras me acercaba a la cama, él ya había tomado el rol que le correspondía. Suspendido sobre sus rodillas mirándome como si deseara devorarme. En ese momento entendí que debía tomar la fragancia y ponerme un poco en una parte en la que él pudiera tener acceso y del mismo modo fuera sensual, como sí se tratase de un par de amantes. Estaba improvisando y lo hacía de maravilla. Roceé un poco de fragancia en mi cuello y con un movimiento arrebatador tomé su rostro y lo jalé hacia mí para que absorbiera. No se lo esperaba, pero se dejó llevar. Sentía su respiración entre cortada, absorbiéndome, deleitándose de mi fragancia y del producto. Me sorprendió mi autocontrol y mi talento para improvisar, la música se vio interrumpida por un par de aplausos ruidosos. Me giré para corroborar que estuvieran satisfechos, pero en medio de esa tención determinante, Henry se había puesto de píe para aplaudir lo que él llamaba "un don". Ese hombre realmente me adora. Las personas lo miraban dejándose llevar de apoco por su entusiasmo, y una sonrisa se dibujó en sus rostros.

Estaba tan...exaltada. No por la cercanía de Adam, sino por la experiencia tan arrebatadora que acababa de tener, actuar, estaba haciendo lo que realmente me gustaba, actuar. El jurado parecía estar a mi merced, ya no estaba tan intimidante como antes.

–Eres increíble. –Henry se apresuró hacia mí y me tomó en sus brazos. –No hay mas que decir, estás contratada. –aprovechó la cercanía y susurró en mi oído.

– ¿Cómo lo sabes? ¿A caso tú? –Fruncí el ceño y me aseguré de mirarle a los ojos y de mantener nuestra conversación privada.

–No hagas conclusiones apresuradas. ¿Qué no lo ves? ¡Están encantados! Yo solo vine aquí como espectador y para darte un poco de motivación. – me guiñó su ojo izquierdo y una sonrisa coqueta se extendió en sus labios.

–Bueno Henry tu madre y tú tenían razón en algo. –La mujer rubia se acercó para ser parte de nuestra plática. –Esta niña es bellísima.

Me sonrojé e inmediatamente mi estomago comenzó a contraerse. La confianza con la que la mujer se dirigía a Henry me hacia validar lo que acababa de escuchar. ¿Estaba contratada?

–Debes responder unas preguntas y luego esperar nuestra llamada. –se giró de vuelta a la puerta por la que había entrado, dejándome en la cabeza un remolino de pensamientos. ¿Eso era un sí? ¿O un posiblemente sí?

–Tranquila cariño, te llamaran. Estoy seguro. Es sólo parte del protocolo. Vayamos a celebrar.

Apretó mi mejilla y su tacto puso en orden mis pensamientos. Lo difícil había pasado ya, o al menos eso creía.

Me giré hacia Adam que aún no recuperaba la compostura, no había pensado en él, quizás las otras chicas se dejaron llevar por sus tácticas de actuación pero en este caso, había sucedido lo contrario. Él había sido la pieza clave en mi debut. Me sentía tan satisfecha, tan orgullosa de mí, que por dentro hacía piruetas y me abrazaba a mi misma.