- ¿Quieres algo de beber?- le pregunté después de 3 horas seguidas estudiando.
- No ya es tarde, tengo planes- comenzó a guardar sus cosas- ¿mañana nos volvemos a juntar aquí?
- Si, si no te molesta.
- No, es más cómodo. Pero mañana te toca cocinar a ti. Yo voy a salir algo tarde de clase.
- Esta bien- me quedé pensando en el almuerzo de mañana ¿con qué podría sorprenderlo?
Cuando terminó de guardar todo lo acompañé hasta la puerta. Me saludó con un simple adios y yo cerré la puerta, apollandome en ella y suspirando, hoy había sido un día extraño. Estaba por irme a dar una ducha pero el timbre sonó. Abrí la puerta pensando en quien podría ser y vi a William.
-¿Te olvidaste algo?
- Si... Digo, no- se pasó la mano por su cabello, ¿acaso estaba nervioso?- sólo me preguntaba si te gustaría ir con migo.
- ¿Ir contigo? ¿A dónde?
- ¿Te gusta hacer snorkel?- fruncí mi ceño.
- ¿Snorkel?
- Deja de contestarme con preguntas- sonrió- ¿Quieres o no?
- Yo nunca...
- Eso lo hará más divertido ¿qué dices?
- Esta bien- sonreí, no podía creer que William me estuviera invitando. En el fondo me hacía sentir feliz.
- Ponte un traje de baño, aquí te espero.
Sali corriendo a mi habitación, no podía creer que esto estuviese pasando. Me sentía como una niña con un juguete nuevo. Hoy William se había comportado tan diferente con migo, me había peleado de vez en cuando, pero eran peleas graciosas, que no buscaban cabrearme. Me miré en el espejo, ya con mi bikini y un vestido puestos. Sonreí ante mi imagen, me sentía bien estando con él.
Nos subimos a su coche y William manejó hacia el norte.
- ¿De verdad nunca hiciste snorkel?
- No, el agua en Canadá es un tanto fria- ambos reimos- ¿Tu sueles hacerlo?
- De echo tengo un título de instructor de snorkel.
- Vaya... Que escondido te lo tenías.
- Hay muchas cosas que no sabes Sophie.
- ¿Por ejemplo?
- Ya las irás descubriendo- apartó la mirada de la carretera para mirarme por unos segundos. Sus ojos hicieron destrozos con mi estómago, comencé a sentir algo extraño en él. Debo admitir que empezar a sentir eso me asustaba un poco, pero sólo bastaba con verlo sonreír y ya nada importaba.
Llegamos al puerto de Miami, William me dijo que su lancha estaba aquí. Escuchar esa palabra me puso algo nerviosa, para llegar al lugar donde quería ir Will debíamos hacer un trayecto en lancha.
- ¿Estas seguro que sabes manejar esta cosa?- le pregunté subiendo desconfiada, él me tendió la mano para ayudarme.
- No, no se hacerlo- lo miré con los ojos abiertos como platos y el largó una carcajada- claro que sé, sino no te hubiese traído, no te pondría en peligro.
Al principio estuve sentada con mis manos apretano fuertemente los costados, pero después de un tiempo el viento en mi cara y sentir el ruido de las olas rompiendo contra la lancha, me relajé y me animé a ponerme de pie. Miré hacia atrás y ya nos habíamos alejado bastante. Ir en esta cosa no estaba tan mal después de todo.
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Alejate De Mi
Romance"-Sophie, tienes que escucharme- rogaba a través del celular. Pero yo ya no quería oírlo más, su voz me lastimaba, su esencia, hasta imaginar sus ojos mirándome me rompía en mil pedazos. ¿Como pude caer en sus redes? ¿Como pude pensar que alguna ve...