Capítulo 22

336 20 10
                                        

Will se separó de mí repentinamente, haciendo que mis pies tocaran nuevamente el suelo, pero aún seguía demasiado cerca. Cuando abrí los ojos, él estaba mirándome fijamente, podría afirmar que había un brillo de diversión en su mirada. Arrugué el ceño y abrí la boca para preguntarle qué sucedía, pero me calló poniendo su dedo índice sobre mis labios y haciendo ese sonido que significaba silencio. A los pocos minutos logre escuchar lo que le había hecho actuar así: pasos acercándose a nosotros. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca ambos nos separamos como si hubiésemos sentido un choque eléctrico. Me giré rápidamente y me hice la que estaba concentrada en los nombres de los libros que estaban frente a mí.

Cuando los pasos se pararon a nuestro lado, miré haciéndome la sorprendida por la presencia de la Señora Hoch, la encargada de la biblioteca. Ésta llevaba su usual traje gris ceniza, que aparentaba tener varios años de ser usado, su cabello recogido en un tirante rodete y sus grandes gafas, que aumentaban más de lo normal el tamaño de sus ojos. Estaba parada con los brazos cruzados y el ceño levemente fruncido, deslizó sus lentes a la punta de la nariz y nos escrudiñó a Will y a mi, buscando alguna razón para reprendernos.

- ¿Sucede algo señora Hoch?- la voz de William parecía despreocupada, yo seguía leyendo los títulos de los libros, aunque no llegaba a comprender lo que decían ya que mi atención estaba en otro lado.

- No, nada- respondió la bibliotecaria, pareció más un gruñido que palabras. Se notaba que estaba molesta por no haber encontrado nada fuera de lo normal. Y así como llegó, se dio media vuelta y se fue, golpeteando sus tacones hasta que se alejó lo suficiente.

William me giró con rapidez estampando sus labios contra los mios nuevamente. Sólo fue un corto beso antes de que ambos nos echáramos a reír como niños, siempre tratando de no hacer demasiado ruido.

- Estuvimos cerca- le dije a Will todavía riéndome. Sus manos seguían en mi cadera, firmes y masculinas, yo había deslizado las mías hasta su cuello y acariciaba con mis dedos su cabello.

- Será mejor que nos vayamos antes de que vuelva. Seguro sigue con sus orejas agudizadas esperando el mínimo sonido para volver por nosotros.

- Si, salgamos de aquí- me acerqué a él y le di un corto beso, para luego salir de su agarre y buscar mi mochila. Volví donde estaba William y ambos comenzamos a caminar. Un segundo después, sentí la mano de Will tomando la mía, bajé mi mirada a nuestras manos entrelazadas y cuando subí vi una sonrisa en su rostro, lo que hizo que mi corazón diera un brinco.

Cuando pasamos frente al escritorio de la Señora Hoch, ella nos miró con desaprobación, haciendo sonar su lápiz sobre una carpeta de manera impaciente.

- Adiós Señora Hoch, un gusto haberla visto hoy- dijo William con la mejor voz de galantería que pudo. Le dedicó una amplia sonrisa y la bibliotecaria sólo arrugó su ceño pareciendo aún más vieja. Contuve mis ganas de reír a carcajadas hasta que estuvimos lo suficientemente lejos de los agudos oídos de ella.

- Estas loco- reí mientras me giraba para colocarme frente a él.

- Hay que ser agradable- se encogió los hombros con una mirada traviesa- ¿Qué hacemos ahora?

- ¿No tenías planes?

- Si, pero prefiero quedarme contigo. Después de lo que pasó ahí dentro- señaló con su dedo hacia la biblioteca- no quiero alejarme- mi corazón se agrandó de felicidad. Era la primera vez que él me hablaba de esa manera.

- Pero si es algo importante deberías ir. Prometo no volver a ser la gruñona del otro día.

- Sólo es una clase práctica de histología. Puedo faltar- rozó sus nudillos en mi mejilla, estas rápidamente adquirieron calor, eso hizo que William riera por lo bajo.

- Ho no señor. No quiero ser la culpable de que te atrases con tus clases y que después vengas a recriminarmelo- lo reprendí alejando su mano de mi, aunque me doliera alejarme de su tacto, y tocando su pecho con mi dedo.

- Pero la puedo recuperar luego...- parecía un niño pidiéndole a su madre faltar a la escuela.

- No, vas a ir y punto- el dio un suspiro de decepción. Era divertido descubrir esta parte suya, tan relajado y luminoso. En este momento parecía alguien de su edad, jovial y sin preocupaciones, no el tipo oscuro y que aparentaba cargar con una enorme mochila en sus hombros, como si tuviese muchos años.

Su rostro se iluminaba con el sol, sus ojos estaban más claros, calmos, y tenía que admitir que me gustaba mucho más cuando sus labios estaban levemente curvados hacia arriba y no con una línea recta como normalmente estaban.

- Esta bien. Pero apenas salga voy a tu casa ¿Estarás?

- Estaré esperándote- sentí que mis mejillas se sonrojaban nuevamente, o quizás nunca perdieron su color, estaba tan adormecida con la presencia de Will que ya no estaba segura de nada.

- Genial, porque tenemos que hablar ¿no te parece?- esas serían unas palabras que en general causan pánico en las personas. Pero en esta ocasión sonaban diferentes para mí, me llenaban de expectativa.

Asentí con la cabeza, con una sonrisa tonta en mi cara. El se acercó y me dio un rápido beso que robo mi aliento. Se acomodó su mochila en el hombro y camino con las manos en los bolsillos. Me quedé mirándolo hasta que desapareció entre la gente. ¿Esto realmente estaba pasando?

Me mordí una uña, la ansiedad ya estaba haciendo destrozos en mi. Una mano en mi hombro me sobresaltó. Me giré y me encontré con Luca, tenía una sonrisa pícara en los labios.

- ¿Pasó en realidad lo que creo que mis ojos vieron?- me quedé quieta en mi lugar, con los ojos como platos ante la sorpresa y sentí un sutil calor subir por mi cuello y posarse en mis mejillas.

- ¿Qué...- aclare mi garganta- fue lo que viste exactamente?

- Ho por el amor de Dios Sophie- puso los ojos en blanco- sabes exactamente lo que vi.

- ¿Entonces para qué me preguntas?

- Quiero detalles, y los quiero ahora- dio pequeños saltitos de emoción.

- Ahora no puedo- comencé a decir, tratando de escapar de esta situación- quizás otro día...

- ¡Claro que no!- su voz sonó firme y en ese momento me di cuenta de que no tenía escapatoria. Me tomo del brazo y me encaminó a uno de los bancos que estaban a nuestra izquierda. Ambos son desplomamos en el, Luca no saco sus ojos de mi, leyendo cada gesto y movimiento que yo hacía. Dejé caer mi mochila al suelo, crucé mis piernas como un indio y después de dar un largo suspiro comencé a contarle todo lo que había sucedido con Will.









Voten,comenten y compartan <3

Alejate De Mi   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora