Capítulo 25

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Cuando Matt me tajo a casa me dijo que sus padres me habían invitado a cenar. Ante mi cara de incredulidad, el sólo río y se despidió de mí con un corto beso.

Asique aquí estaba yo, con una montaña de ropa sobre mi cama, completamente desquiciada. Nada era lo suficientemente satisfactorio para asistir a una cena en la casa de tu actual "lo que sea que seamos" que éramos Matt y yo, que además era el hermano de tu antiguo "algo" y que encima eran una de las familias más poderosas de la ciudad, su padre un gran empresario y su madre una renombrada diseñadora de moda. Y yo una simple muchacha con la cabeza hecha un lío y con muy poco sentido de la moda, ni hablar de la elegancia.

A punto de largarme a llorar y encerrarme en mi armario para que nunca más nadie me encontrara, saqué mi celular y llamé al 911.

- Luca, ésto es una emergencia.

- Estaba esperando que me llamaras, cielo.

- ¿Y porqué en vez de esperar no moviste tu culo hasta aquí?

- Wow, es peor de lo que pensaba. Primero, tranquilizate. En 5 estoy en tu casa- y colgó.

Luca se encargó de absolutamente todo, hasta un té de tilo me preparo, según él eso haría que me tranquilizara. Cuando llegó la hora de ir a la casa de Matt, finalmente pude mirarme en el espejo.

Wow, Sophie ¿eres tú?

Definitivamente Luca debía poner un centro de belleza, estoy segura de que ganaría millones con ese negocio.

Llevaba puesto un conjunto colorado, consistía en un crop top manga larga y una pollera tubo que me llegaba hasta la rodilla. Mis tacones eran negros no muy altos por mis problemas de equilibrio en zancos, y combinaban con una cartera pequeña. Mi cabello caía suelto en suaves ondas sobre mis hombros, y después de pelear media hora con Luca el maquillaje era sutil y bien natural.

Cuando estaba admirando el trabajo de Luca en el espejo por quinta vez, sin poder creer que ese reflejo era el mío, el timbre sonó anunciando que Matt ya había llegado a recogerme

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Cuando estaba admirando el trabajo de Luca en el espejo por quinta vez, sin poder creer que ese reflejo era el mío, el timbre sonó anunciando que Matt ya había llegado a recogerme.

- ¿Y si mejor bajas tú y le dices que comí un emparedado en mal estado y que estoy vomitanto por todos lados?- le sugerí a Luca dejando que mis nervios nublaran mi razón.

- ¡Quiero que muevas tu trasero a esa puerta Sofía!

- No me llamo Sofía..

- ¡Ya lo sé! Pero queda mejor para hacerme ver más severo- contesto encogiéndose de hombros, a lo que yo respondí rodando los ojos. Después de tomar varias respiraciones para relajarme me dirijí hacia la puerta.

El timbre volvió a sonar cuando estaba a unos pasos de la entrada.

Que raro Matt no suele ser tan impaciente... Quizás también está algo nervioso.

Abrí la puerta y asomé la cabeza. Mi mandíbula cayo al piso al encontrarme del otro lado con un William con el ceño fruncido.

- ¿Qué se supone que haces aquí?- pregunté con un tono para nada cortéz.

- ¿Mi hermano no te avisó? Nuevamente me utilizó para que fuera tu chofer. Su seño seguía fruncido y me fulminaba con sus ojos como si quisiera matarme. Pero ¿qué culpa tenía yo de que Matt le pidiera cosas así? Además ¿Porqué el simplemente no le decía que no?

- No me dijo nada, espera- cerré la puerta en su cara, y busqué mi celular que se encontraba sobre la mesa. En su pantalla brillaba un mensaje de Matt diciéndome que estaba retrasado y que Luca me buscaría. Quise ahorcarme en ese momento por no haberle insistido más a Luca con lo del emparedado...

El timbre comenzó a sonar sin parar, claramente William estaba cabreado y quería molestarme. No dejaría que este idiota arruinara esta noche. Caminé con pasos fuertes y abrí la puerta con fuerza, quedando parada frente a él.

Sus cejas se elevaron en sorpresa y sus ojos color mar se oscurecieron mientras me miraba de arriba a abajo.

- Creo que se te está cayendo un poco de baba ahí- le dije apuntando a la comisura de su boca. Pero él no dijo nada, era como si no me escuchara. Sus ojos seguían recorriendome, hasta que me puso nerviosa, y antes de que pudiera sonrojarme pasé a su lado golpeándole el hombro logrando así que saliera de su transe.

Me encaminé hacia el coche negro que estaba aparcado en frente y paré de caminar de golpe cuando sentada en el asiento del copiloto ví a una rubia oxigenada colocándose más labial rojo sobre sus labios con exceso de botox.



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⏰ Última actualización: Aug 28, 2017 ⏰

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