006 ➳ the hug

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—¡Hola, bebé! ¿Cómo estás? ¿Tienes sed? —dijo Maddy, mientras su cachorro le daba la bienvenida.

Maddy y Calum decidieron ambos en no ir a sus actividades extra curriculares ya que era demasiado tarde. En lugar de eso, iban a hacer unos cupcakes.

—¡Oh por Dios, Maddy! —gritó Calum, asustando a Maddy.

—¿Qué? —preguntó la muchacha, alarmada.

—Ordenaste el departamento —indicó Calum, observando el lugar. Maddy le golpeó el brazo por haberla asustado de tal manera—. ¿Cuándo pasó esto?

—El fin de semana —respondió Maddy—. Cuando estuviste en casa de Michael por una fiesta de pijamas.

—Era una amanecida de machos, no una fiesta de pijamas —corrigió Calum haciendo comillas con los dedos—. ¿No tuviste otra cosa que hacer? ¿Pintar, dibujar, o algo?

Cerca de dos semanas atrás, Calum había sido visto por Maddy intentando escabullirse a su estudio, donde todos sus lienzos estaban. Maddy le dijo que no lo hiciera hasta que ella le dé el permiso. Y en lugar de eso, le enseñó su cuaderno de dibujo. Ahí fue cuando Calum se fijó en el gran talento que tenía Maddy con las manos. Y ese mismo día, Calum había pedido a Maddy que lo dibujara. Sin ningún problema, ella pudo hacerlo.

Tal vez porque ya lo habría practicado algunas veces antes.

—No podía —comentó Maddy desde el baño, lavándose las manos—. No tenía materiales. Se me acabaron todos. Y no podía ir a comprar porque no tengo mucho dinero y tenía pereza.

Calum rió.

Pereza —se burló. Maddy lo golpeó nuevamente—. Deja de agredirme, por favor. También tengo sentimientos —rió de nuevo.

—Vamos a la cocina antes de matarte, ¿sí? —sugirió Maddy empujando a su amigo a la cocina. Ahí, Calum sacó todos los ingredientes de la bolsa y los colocó en la mesa.

—Muy bien. ¿Qué tenemos que hacer? —preguntó Calum tronando los dedos.

—Primero anda y lávate las manos —rió Maddy empujándolo nuevamente. El muchacho obedeció.

Luego de unos minutos, se encontraban por comenzar.

—En la receta dice que primero tenemos que batir los huevos, luego mezclarlo con todo lo que está aquí —leyó Maddy señalando el papel.

Calum tomó uno de los huevos e intentó quebrarlo con la esquina de la mesa, pero lo hizo tan fuerte que se rompió en su mano. Maddy soltó una carcajada. Él rió con ella.

—Lo siento —se disculpó Calum entre risas—. Soy muy fuerte.

—Lo que tú digas —se burló Maddy—. Ahora vierte los tres huevos en el tazón. Yo iré midiendo la cantidad de harina y azúcar.

Cuando Calum terminó de verter los huevos en el tazón, el cachorro ingresó a la cocina, llamando su atención.

—¡Hola, amiguito! —habló Calum sentándose en sus talones para hacerle mimos al perro.

—¡Cal! ¡No puedes acariciar al perro mientras estás cocinando! Ve y lávate las manos otra vez.

Luego de un rato más tarde, Calum fue al baño y se lavó las manos. Él en verdad quería jugar con el perro.

Momo ➳ calum hoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora