014 ➳ the chosen one

681 69 31
                                    

— ¿No hubieron besos? Dios, ¿por qué serán así? Están muy enamorados. Bésense y listo, se acabó el asunto. Yo misma arreglaré esto apenas llegue a Bristol.

—Oye, por lo menos el perro ya tiene nombre. Alégrate —dijo Maddy, haciéndole mimos a Momo frente a la cámara de su laptop.

—Estoy feliz, solo que cansada. Probablemente no lo notes por eso.

Maddy miraba el reloj electrónico que colgaba del muro de la cocina, y luego miraba su teléfono para asegurarse de no tener un mensaje nuevo.

—¿Esperas algo o a alguien? Estás ansiosa.

—En teoría sí. Calum se ofreció para ir a comprar algunas cosas y pasear a Momo. Dijo que vendría luego de su entrenamiento de fútbol.

—¿A qué hora termina su entrenamiento, se podría saber?

—A las cinco y media.

—Maddy, son cinco con cuarenta y cinco. Dudo que vaya a buscarte apenas haya salido del entrenamiento. Ten paciencia, mujer. Tu marido está por llegar.

—Voy a cortar la llamada si sigues haciendo comentarios como esos.

—Bien, lo siento. Me tenía que ir de todas maneras. Al parecer hay una reunión sorpresa de despedida por parte de mi familia.

— ¿Cómo es que lo sabes si es sorpresa? —Preguntó Maddy riéndose.

—Solo lo sé. Mi familia no sabe guardar secretos y son muy males haciendo cosas sin que todos lo sepan. Hablamos luego, Maddy.

—Adiós, Zoe. ¡Pásala bien!

Y así fue como Maddy terminó envuelta por el silencio de su departamento, junto a Momo.

Momo.

Ella seguía feliz por no solo haberle encontrado un nombre a su perro, también porque Calum había sido capaz de abrirse de tal manera con Maddy como para contarle tal vivencia. Y cada vez que pensaba en aquello, se mordía el labio para evitar una sonrisa tonta.

Decidió poner algo de música mientras esperaba a Calum y hacía algunos deberes de la secundaria.

Minutos después, comenzaron a llegar mensajes al celular de Maddy. Era Ashton.

El muchacho simplemente quería comunicarle que iría a su departamento a recoger el lienzo que ella había escogido para la pequeña exposición organizada por su amigo. Y por otro lado, que no debería tener miedo porque habían otras personas que también sería la primera obra que expongan. Iba a pasar por su departamento temprano por la noche.

—Mierda.

E ahí el problema. Maddy no había escogido una obra aún, y había comenzado a ponerse nerviosa. Comenzó a dar vueltas por su departamento  con Momo siguiéndola por detrás, ladrando.

Y así pasaron minutos; las manos de Maddy sudaban cada vez más. Cuando tocaron el timbre, la muchacha casi se derrite. Corrió hasta la puerta cuando recordó que Calum iba a llegar, y cuando abrió la puerta, lo primero que hizo fue tomarlo del brazo y arrastrarlo hasta dentro del departamento.

— ¡Qué bueno que llegaste! Tienes que ayudarme a escoger un lienzo, rápido, antes de irnos.

—Es lindo verte también —contestó Calum con una sonrisa burlona, mientras era tirado del brazo hasta el estudio de Maddy—. ¡Hola, Momo!

Una vez en el estudio, Maddy quitó las telas que cubrían varios de los lienzos, mostrándoselos a Calum. Sacó más del armario, y un par de cartulinas pintadas delicadamente con acuarelas.

Momo ➳ calum hoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora