Capítulo 4: Eso no se pregunta

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—Vine a ver a Alba. —dijo él con sus manos en los bolsillos.

Nick se encontraba en frente de mí. No dije nada solo lo observé. Su rostro era un desastre, parecía como si no hubiera dormido en todo la noche porque tenía ojeras debajo de sus ojos que lo delataban, y estaban rojos e hinchados, su cabello estaba desordenado y eso era inusual en él.

—No creo que ella quiera verte. —contesté sin ser grosera, aún permanecía debajo del marco de la puerta.

—Lo sé, pero quiero...no, debo hablar con ella. —Se corrigió decidido. ¿Lo dejo pasar o no lo dejo pasar? Esa era la cuestión.

Lo pensé bien, sabía que Alba y Nick tenían que hablar, así que no dije nada más y lo dejé entrar a la casa. No sabía si ella me odiaria por esto o me lo agradecería. Era muy confuso cuando se trataba de ella.

—Alba, tienes visita. —informé entrando a la sala, con Nick a mi par.

Alba se giró y en el momento de hacerlo, su mirada se enfocó en él, mirándolo con enojo y confusión. Uff por lo menos la furia de Alba le tocó solo a Nick.

—¿Qué haces aquí? —espetó mirandolo fijamente mientras se levantaba del sofá.

—Vine porque necesito que me escuches. —respondió acercándose a ella.

—No quiero hacerlo, así que vete. —negó dando unos pasos hacia atrás. Estaba muy molesta. Pero quién no lo estaría.

—No me iré hasta que me escuches. —Se quedó observándola por unos minutos. Alba se tenso por su mirada. Y yo pues estaba mirando la escena.

—Pues quédate, ponte cómodo, no me importa, porque no lo haré. —dijo enfadada caminando hacia las escaleras. Poco a poco fui sentando me en el sofá y tomando el bowl de palomitas, aún quedaban unas cuántas.

—Alba, por favor. —suplicó tomándo su mano para detenerla. Ese gesto me pareció tan lindo, pero después de lo que le hizo a ella, ya no tanto.

Los seguí observando exepto que esta vez Lily se sentó a mi lado mientras tomaba del tazón. Debíamos aprovechar, esto no se veía todos los días.

Alba volteó y lo miró a los ojos, sabía que ella aún seguía amando lo pero estaba dolida y conociéndola no le hablaría por un buen rato. Nick la miró de forma suplicante, estaba casi rogándole, lo único que faltaba era que se pusiera de rodillas, y si eso sucedía creo que moriría de ternura.

Alba desvío su mirada para no verlo.

—No, Nick. —Se soltó de su agarre y subió a su habitación para cerrar su puerta con seguro.

Nah ya terminó, pero creo que habrá segunda parte. Esa no me la perderé. Y según miraba Lily tampoco.

Él se quedó allí mirando al suelo, tan triste y derrotado. Después de todo Alba no había sido la única a la que le dolió su ruptura. Porque los chicos también sentían al igual que nosotras. Y pueda ser que algunas veces hacían idioteces, pero no eran de piedra.

—Nick. —Le llamé mientras caminaba en su dirección. Me detuve cuando estaba detrás de él. Puse mi mano en su hombro.

Pero, ahora ¿Qué le diría?, no sabía que debía hacer o que podría decirle en ese momento. ¿Un lamento tu perdida, estaría bien? Estaba demente si pensaba decirle eso. Ni que fuera un funeral.

—¡No entiendo porque no quiere escucharme! —soltó frustrado pero a la vez triste. Me asusté un poco por la forma en la que reaccionó, pero no me moví de mi lugar.

—Calmate, ¿si? —traté de que se tranquilizará. Debía hacerlo, me estaba poniendo nerviosa—. Ella está enojada porque la engañastes con esa chica y como no estarlo.

CarlinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora