Dylan
El agua caliente de la ducha consigue que deje de estar tenso. Me relaja bastante y hace que deje de pensar en todo.
—Venga Dylan, sal ya —me susurro para mí mismo.
Me miro en el espejo una vez he salido y no puedo evitar sonreír levemente. Seco cada parte de mi cuerpo y me visto con la ropa que tengo que ponerme para la cena de Nochebuena.
Salgo del aseo y cojo mi móvil. Ningún mensaje. No tengo ni un puto mensaje de absolutamente nadie. En parte no me extraña, no me hablo con nadie de los que eran mis «amigos».
Me siento en un extremo de la cama y paso la mano por mi pelo con frustración. Dejo escapar un suspiro.
—Deja de pensar ya en ella Dylan —vuelvo a susurrar para mí mismo.
Bajo las escaleras sin ordenar la habitación como han dicho mis padres.
Mi madre está cocinando lo típico de Nochebuena: pavo relleno con un montón de cosas que nadie suele probar porque prefieren carne. Mi padre pone la mesa y deja el comedor perfecto para la llegada de la familia Carter.
La única familia que tenemos se encuentra en la otra punta del mundo; por si fuera poco, están enfadados mis padres con ellos y no se dirigen la palabra.
El “ding dong" del timbre se escucha.
—Ya voy yo—suspiro no muy animado y abro la puerta.
La madre de Álex siempre se ha portado bien conmigo, pasara lo que pasara. Me da una caja envuelta en papel de regalo y un lazo azul. Le sonrío débilmente y me da dos besos en la mejilla. El señor Carter me estrecha la mano. En cambio, Álex y Ryan hacen como si no existiese y entran sin ni siquiera mirarme.
—¡Hola!¡Felices fiestas! —escucho a los padres mientras se felicitan entre ellos.
Cierro la puerta y miro la caja. ¿Qué será? La dejo en mi habitación para abrirla luego y bajo, para tomar mi sitio al lado de Ryan.
Se me hace incómodo estar a su lado ya que no nos hablamos. Y en el fondo me pena que estemos así porque Ryan siempre ha sido mi mejor amigo.
Nuestros padres se sientan para empezar a cenar y paseo la mirada por todos.
—¿Que os pasa? Parece que os haya comido la lengua el gato —dice mi madre mirándonos a Ryan, Álex y a mí.
—Nada —murmuro, y por supuesto estoy mintiendo.
Empiezo a cenar. Mis padres hablan con los de Ryan y Álex animadamente y nosotros ni siquiera nos miramos.
Solo Ryan y Álex se dedican miradas y alguna vez el primero le susurra cosas a su hermana.
—Y...¿Qué asignaturas se os dan mejor? —pregunta mi padre dirigiéndose a nosotros.
—Anatomía —contesta Ryan.
No puedo evitar sonreír levemente.
—Biología —responde Álex y me alegro de escuchar su voz.
—Educación física —digo.
Se me da genial eso de hacer deporte. De nuevo vuelve a reinar el silencio entre nosotros tres.
—¿Por qué no habláis chicos?—miro a mi padre en silencio.
Ojalá habláramos... Sigo sin entender como dijeron cosas crueles de mí... ¿Y cómo se lo dijeron a Cat? Nunca he caído en eso, ahora que lo pienso.
¿Por qué a ella?
—Sí... Sí que hablamos—miro a Álex mientras finge una sonrisa.
Sigue mintiendo tan mal... Sonrío levemente.

ESTÁS LEYENDO
Hey, Stupids!
Novela JuvenilÚltimo año. Últimas oportunidades para pasarlo bien los doce juntos. Dos grupos "rivales" que, ¿se odian? Tratando de pasar su último curso en High School, una escuela conocida por su "prestigio", de manera divertida, sin saber como, se junta entr...