~Narra Niall~
Me preocupaba ver a Vanessa así, me dolía ver que ella estaba sufriendo por las razones que hayan sido. Traté de convencerla para que se diera una ducha hasta que por fin lo pudo hacer.
Lleva más de 10 minutos en el baño y no me ha llamado ni a dicho ni una sola palabra, ni siquiera la escucho llorar. Me parecía muy extraño.
-Vanessa- la llamé tocando la puerta y no me respondió así que volví a llamarla- Vanessa, ¿estás bien? Voy a entrar.- como no escuche ninguna aprobación entré sin pensarlo dos veces. Se había quedado dormida en la ducha. Me voy acercando para levantarla y me percato que tenía la marca de una mano en su mejilla derecha. Algo serio le había pasado, y quien fuera parte de esto lo iba a pagar. Sé que se veía tranquila pero la tenía que levantar.
-Vanessa- dije en un tono suave a la misma vez que movía su hombro. Veo que poco a poco va abriendo sus anchados ojos.- Te dejé aquí para que te dieras un baño no para que te durmieras en la bañera.- le sonreí tiernamente, me conmovía verla asi.
-Lo siento- dijo recuperándose de el sueño
-No lo sientas, aquí estoy yo, para ayudarte.
-Gracias- dijo tratando de sacar una sonrisa
-Voy a salir nuevamente. Pero quiero que te pongas ropa y te laves la cara y luego de eso salgas. Ok. Cualquier cosa gritas mi nombre. No importa que los otros se levanten.- Miré como se iba recuperando y moviendo la cabeza en señal de que entendía todo. Salí de la habitación y baje nuevamente a la cocina. Busque algo en el refrigerador que pudiera darle. Lo único que se me ocurrió fue un té caliente, así que se lo preparé.
~Narra Vanessa~
No sabia cuanto tiempo había estado dormida, pero mis dedos arrugados me indicaban que había estado un buen tiempo. La sonrisa de Niall hizo que me recuperara más rápido así que salí de la bañera y me sequé el cuerpo. Me puse el camisón que Niall me había conseguido luego de que me pusiera mi ropa interior. Proseguía a limpiar mi cara cuando veo mi rostro reflejado en el espejo. Veo la mancha de la mano de mi desquiciada madre imprimida en mi rostro. La ira comenzaba a llegar pero tenía que mantenerme tranquila. Luego de lavar mi cara salgo del baño y Niall no está. Mi cuerpo aun lo sentía pesado así que me tumbé en la cama y cierro los ojos para descansarlos un rato. Pocos segundos después escucho la puerta abrirse. Abro poco a poco los ojos y era Niall con una taza que a simple vista se veía que lo que traía era caliente.
-Toma, un té caliente de limón. Sabe bueno, yo mismo lo preparé- me extendió la taza y me fui tomando el té poco apoco.
-Ves, ahora eres tu mi enfermero- le entrego la taza ya bacía.
-Soy un buen enfermero.- que creído era
-Sin duda eres el mejor- dije articulando las palabras más fluidas.-Gracias
-No tienes porque dármelas- Me dio un beso en la frente y se marchó a llevar la taza a la cocina. Me tiro una vez más en la cama y vuelvo a caer profundamente dormida.
~Narra Niall~
Me sentía bien al verla mejor. Ya no sentía ese dolor en mi pecho, pero aun sentía la necesidad de cuidarla durante la noche. Subí de nuevo a la habitación y la vi a ella, dormida, se veía mucho mas relajada. Busqué unas mantas en el guardarropa y la abrigué. Retiré algunos mechones de pelo que estorbaban en su hermoso rostro y le di un cálido beso en su mejilla.
-Buenas noches- dije susurrando para que no se levantara.
Tomé otra manta para mí y me acosté en el sofá que había junto a la cama hasta quedar también profundamente dormido.