Alpha. (#1)

Doce. Aterrador.

Llegue a casa a eso de las cinco de la mañana, a decir verdad, medio borracha y con olor a pizza y brócoli. No tengo ni la menor idea de porque brócoli, pero vi un arbolito mientras íbamos en el coche y decidimos parar en un supermercado, también compramos naranjas y una nutella, al final vomite, porque no fue una buena combinación. Jackson es un gran amigo, pero tuve que volver caminando porque se quedó dormido a mitad de las escaleras. Tuve que arrastrarlo hasta el sillón. Le deje una nota que decía: El brócoli es genial, tienes toda la cara llena, nos vemos, fue una gran noche.

Intente no hacer ruido, no quería despertar a mis padres, ya estaban lo suficientemente molestos con todo lo que ha sucedido recientemente. Michael seguramente esta con Lia así que no hay peligro de que me descubran.

Entre a mi habitación con sumo cuidado, me desvestí y sin más, me tire a la cama en ropa interior. Para entonces quedarme dormida por unos cien años, hasta que la civilización humana se convierta en zombie.

-¡Sky!

-No –Willy Wonka me miro- No quiero más chocolate, por favor...

-¡Sky!

-¿Qué? –Me desperté sobresaltada, hice mi cabello enmarañado a un lado y observe la puerta de mi habitación la cual estaba siendo golpeada violentamente.

-¡Ábreme la maldita puerta ahora mismo! –Abrí los ojos como platos. Era la voz de Anton. Mierda, mierda, ¿Qué le diré? ¿Huelo a alcohol?

Examine mi aliento y casi vómito, apesto a alcohol. ¡Y mi cabello tiene brócoli! ¡Y oh...un poco de nutella!

-¡Voy a castigarte por esto Sky! –Y entonces la derribo de un solo golpe, estaba parado sobre el umbral mientras respiraba agitadamente y tenía las manos echas puño – ¡Hueles a whisky y a cerveza!

-Yo...yo...-Tartamudee – No es lo que parece, puedo explicarlo...

-¡Pues entonces...-Pero antes de que pudiera decir algo, su vista bajo hacia mi busto, sonrió de oreja a oreja haciéndome estremecer y entonces recordé que no me había puesto pijama. Sus ojos se oscurecieron por completo y sus colmillos salieron a relucir. Era aterrador, aunque eso no le quita lo malditamente sexy y caliente, además de que tiene ese abdomen, que oh dios...

Comenzó a acercarse a mí peligrosamente, por instinto retrocedí y choque con el respaldo de mi cama, mi corazón latía a mil por hora, las manos me temblaban y amenazaba con llorar, estaba a punto de hacerlo.

-Eres...tan... -Acerco su nariz a mi cuello y comenzó a olfatear- Exquisita...

-Anton –Susurre con temor- ¿Qué demonios te sucede?

-Eres mía –Y me miro a los ojos, los suyos eran completamente negros, quería gritar pero no podía, quería moverme pero era como si una fuerza sobrenatural me pegara sobre donde estaba. No podía respirar, toque mi cuello con desesperación intentando quitar las manos que estaban sobre mí, pero no era Antony quien me estrangulaba, era otra persona.

Y entonces sentí como unas garras se cernían poco a poco sobre mí, la sangre comenzó a brotar, y el dolor me invadió, mis gemidos era lo único que se escuchaba, dolía, dolía como el infierno. La persona sonrió con maldad, y las clavo hasta el fondo. Entonces utilizo su otra mano para desgarrarme el abdomen. Me levanto y arrojo sobre el piso como si fuera un juguete. Soltó una risa escandalosamente terrorífica.

-Sabes lo que eres Sky –Se arrodillo a mi lado.

Trataba de que la sangre que salía de mi cuello parara, probablemente mis pulmones estaban invadidos de ella, probablemente moriría.

-Despierta Sky... -Susurro a lo lejos- Despierta...

Abri los ojos de golpee, tome una bocanada de aire exagerada, toque mi cuello en busca de alguna herida, pero no había nada. Mire a mi hermano con una cara de horror. ¿Qué demonios había pasado?

-¿Qué...?

-Tuviste una pesadilla –Me abrazo, acaricio mi cabello suavemente, lo que sentía era inexplicable, era dolor, pavor, y mucha ira. ¿Quién era esa persona? ¿Por qué había soñado algo como eso? – No pasa nada, todo está bien, estas aquí conmigo...

-Michael –Hundí mi cabeza en su cuello, no podía dejar de sentirme de esa manera.

-¿Dónde está? –Escuche que gritaban desde abajo- ¿Esta bien?

Me zafe del agarre de mi hermano y corrí hacia la sala de estar. Lo vi, estaba preocupado, lo veía en sus ojos, antes de que pudiera decir algo me lance sobre él. Lo necesitaba, sé que tal vez siempre digo lo mismo, pero no puedo vivir sin él. Es como si la gravedad no me sujetara hacia la tierra, fuera el, es como si él fuera mi oxígeno. Odio esto de los mates, me ponen sentimental.

-Te sentí Sky...-Susurro.

-Lo sé –Reí- Somos almas gemelas ¿no es así?

-Lo es –Y me beso, a pesar de que mi hermano estuviera ahí, lo hizo. Fue desesperado, se que no debí mentirle, pero ¡Vamos! ¡Soy Sky! ¡No sigo reglas!, bueno, tal vez solo las de mi mama, pero solo esas.

-Mi amor...-Soltó una carcajada- Por mucho que me encante tu ropa interior, no creo que sea apropiado si tus padres nos ven de esta manera.

-¿De qué...-Antes de que terminara de hablar me di cuenta de mi error y corrí hacia mi habitación con las mejillas color carmesí. Dios, Antony me había visto semi desnuda, eso es malo. ¡No me he depilado las piernas! Bueno, es que uno como es mujer, a veces da flojera. Lo sé, es difícil ser yo.

Me di una ducha rápida, sabía que mi mate aun seguida en la casa, podía sentirlo.

Lo de la pesadilla me ponía nerviosa, pero tenía que dejarlo pasar, tal vez es por lo de los vampiros y todo ese asunto que viví hace unos días.

Prefería no tocar el tema de Jackson con Antony, porque sabía que se enojaría y las cosas no saldrían para nada bien, así que cuando quiera salir con él, sacare el tema de mi tía perdida.

Me puse unos jeans entubados, unas vans blancas y una sudadera color negro. Sé que a Antony le encantaba que llevara Jeans, siempre me veía el trasero, bueno, siempre lo cachaba haciéndolo. Dios, ¿Qué está sucediéndome? Estoy siendo corrompida por un hombre ultra sexy y sensual.

-¿Qué eso que huele tan rico? –Pregunte mientras entraba a la cocina. Vi a mi mate haciendo unos panqueques, sonreí con autosuficiencia. No puedo tener a un hombre más perfecto.

-Creo que soy yo cariño –Ambos reímos, bese su mejilla y me senté en la mesa. Estaba a tiempo de ir a la escuela, aunque de verdad no quería.

Me sirvió y comencé a comer. El me sonrió, por Zeus y todos los dioses, que hermosa sonrisa. Creo que me voy a derretir aquí mismo. No en serio, tener a un hombre como el frente a ti, te hace pensar ciertas cosas ¿Qué vio el en ti? Pero luego, te das cuenta de todo el asunto de los mates y que no fuiste tú quien los destino a estar juntos, pero ¿Si no hubiera sido él? ¿Quién sería?

-¿Quién es Jackson?

Me atragante con el jugo y comencé a toser.

-Entonces era cierto –Frunció el ceño- No existe tal tía.

-Bueno...-Reí nerviosamente- Así que digas, que la tía chida exista, pues no.

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PD: Actualizare lunes y viernes. 

LAS AMO! FELICES VACACIONES!