Veintisiete. El comienzo del fin.

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Suspirar varias veces intentando que el miedo no absorbiera mi cuerpo por completo. Limpié el sudor de mi frente y tome las cuerdas entre mis manos. Debía correr lo más rápido posible hasta Alem. Las alas son su fuente de poder, y con las alas inmovilizadas su fuerza es mas minima que un hombre lobo Omega.

Me había puesto en uno de los extremos, los Armstrong estaban de la misma manera y juntos formabamos un triángulo. Mis manos temblaban, pero no debía dejarme llevar por ello, Demian debia estar orgulloso de mi por lo que haré.

El infraterrano seguía dañando a los habitantes de Termes, los cuales intentaban esquivar sus enormes alas y sus inminentes garras que contenían un veneno llamado Wex, no es igual al Vratanio, que puede llegar a matar vampiros o herirlos, es mucho peor, un sólo desgarre, hará que te quiten la vida, y no sólo eso, el alma, condenandote por siempre a la infratierra.

-Uno...dos -Susurre mientras ellos leían mis labios- Tres.

Y corri hacia el, pero debía estar sobre, para poder amarrar sus alas y que toda movilidad de su esqueletico cuerpo, cesará.

-¡Salta Sky! -Gritó Adrián.

Movió sus manos y un tramo de tierra hizo que mi cuerpo se elevará, seguí corriendo mientras el formaba una escalera de su elemento. Salté sobre el y logre amarrar sus alas. Amanda lo hizo después de mi.

Adrián al ver que ya había llegado al piso, tomó su cuerda y saltó por encima de la cabeza del Alem. Este rugia y se quejaba con sonidos descomunales.

-¡No! -Grité al ver que trataba de matarlo.

-¡Sky! -Escuche que Demian gritaba- ¡No lo hagas!

Pero hice caso omiso, no iba a dejar que uno de los pocos amigos que tenía, muriera. Y no, porque debe ver a su hermano, debe saber que Jackson está vivo.

Y sentí ardor y luego, fue una sensación natural. Alce mis manos hacia el Alem. El viento golpeaba mi cara y después una llamarada salió de mis manos disparada hacia el. Era roja, hilarante, humeante y no dejaba de hacer a la criatura gritar. Pero Adrián estaba bien, aunque yo comenzaba a debilitarme.

Sonreí de oreja a oreja al saber lo que estaba logrando, el había dejado de forcejear y de tambalearse, ahora estaba en el suelo, arrodillado, tratando de cubrirse con uno de sus brazos mientras gruñia como una bestia.

Pero la bestia se levantó, rompió las cuerdas y grito. Con una de sus alas, me golpeó y lanzó contra uno de los árboles. Caí al piso en un sonido sordo. Con los oídos zumbandome debido al impacto. Trataba de incorporarme, pero todo mi cuerpo ardía, como la primera ves de mi transformación, como si clavaran mil agujas en mi piel.

Me recargue en mis antebrazos y recupere el aire, pero mi vista era borrosa. Parpadee varias veces tratando de ver lo que sucedía. Pero lo único que pude ver, me rompió el corazón en mil pedazos y nunca en mi vida me había sentido tan miserable. No podía respirar, todo el esfuerzo para intentar volver a la normalidad era en vano. Me lleve una mano a la garganta, intentando gritar, decir algo, pero no podía, el dolor era tanto que nisiquiera podía moverme, había caído nuevamente al piso.

Y esa imagen no dejaba de darme vueltas a la cabeza, no podía dejar de pensar. No podía respirar, había sido mi culpa. Y ahora estaba inmóvil, no podía siquiera tener aire en mis pulmones.

Me encontraba ahí, desesperada mientras todos corrían de un lado a otro, en la tierra, intentando sostenerme de algo, como si eso fuera a reconfortarme. Me movía, y no había aire. Y fue cuando sentí la primera lágrima salir, y la segunda y después la impotencia vino, se llevó toda la paz y la calma que alguna ves tuve en este campamento. Mis sueños frustrados salieron a la luz, mi cara estaba roja, porque no podía respirar, gritar, pararme o decir algo.

Fue como cuando Antony me llamó débil, cuando Demian lo volvió a decir y comencé a sentir que era verdad, que todo este esfuerzo era para nada. Que no servía, que no iba a ganar la guerra contra ellos. Pero no será ahora, ni mañana.

Fue igual a cuando Lia y yo fuimos a la colmena, igual de temeroso, oscuro. Y me dio miedo por ella, porque la quiero y porque me preocupo por la gente que amo. Porque quiero que todos estén bien, pero el problema, es que no puedo salvarlos a todos.

Y siento que es mi culpa y me carcome. Pero ya no eran mis lágrimas las que salían de mis ojos, había comenzado a llover y cuando la primera gota cayó en mi rostro, después de tanto tiempo, se escucho a alguien tomar una gran bocanada de aire, lo siguiente fue toser. Parecia como si alguien me hubiera tomado del cuello y ahorcado a muerte y apesar de haber pasado por eso, no me sentí viva.

Y un enorme sollozo se escapó de mi boca, me lleve las manos a la cabeza y comencé a gritar, y todo lo que siempre retube por tanto tiempo, hizo que explotará, en miles de formas, haciéndome como una bomba. Pero había tantas sensaciones en mi cuerpo, había miedo, pánico. Tenía tanto miedo. Había sido tan valiente en su momento, pero ahora había perdido a una de las pocas personas que habia creído en mi.

Y lloré, mientras la lluvia caía sobre mi cuerpo.

No podía creerlo, sabía que ellos tampoco, porque Amanda estaba agarrando a Adrian de la mano mientras observaban a la nada. Porque no había quedado nada. Todas mis esperanzas habían desaparecido.

El Alem se había ido, no estaba muerto, y como su historia lo dice, siempre vienen por alguien. Se había llevado a la persona más fuerte que había conocido en tan poco tiempo.

-Es mi culpa -Sentí como se arrodillaban a mi lado, y me tomaban en brazos.

El olor que siempre me embriago tanto, durante tanto tiempo. El que necesitaba en el campamento, el que había dejado atrás. Aquí estaba.

-Ya pasó -Susurro mientras me acariciaba el cabello.

No sabía que creer, no sabía que pensar, no podía pensar con claridad.

Como podía pensar con claridad ¿Cuando Antony esta cargandome en brazos y el Alem se habia marchado junto con Demian?

**

Las amo.




Alpha. (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora