Treinta. Guerra.

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Estábamos en la sala de la casa de Antony, él decía que también era mía, yo no sabía que pensar respecto a eso, pero no me desangraba la idea. Nos encontrábamos alrededor de una mesa con planos de todo el territorio, la gente tenía tareas que hacer para proteger la aldea, era una prioridad.

Lía me tenía tomada de la mano, sabía que el miedo estaba consumiéndola, pero era fuerte. Porque ser valiente no significa no tener miedo, es tenerlo y aun así afrontar las cosas.

-Los elementales aire estarán en la pue...

Un enorme estruendo se escuchó fuera de la casa. Mi corazón comenzó a latir rápidamente, no podían ser ellos me repetía una y otra vez, era demasiado pronto. Antony me miro inmediatamente, sabía lo que significaba esa mirada, él no me quería aquí, quería que me escondiera en la sala de seguridad igual que las mujeres y niños.

Negué con la cabeza. Sabía que no lo haría. Pero veía algo más en sus ojos, un plan para evitar que yo saliera por esa puerta. No podía detenerme, ya estaba metida en esto hasta el fondo.

-No puedes -Susurre para el- Hare esto quieras o no.

Solté a Lía y corrí hasta la puerta, escuché como Antony gritaba detrás de mí al igual que todos los demás. Me quede pasmada al verlo, eso no podía pasar, no podía ser eso.

Demian.

El Alem.

Gazel y Kaleb.

Y toda su manada.

Gruñí, no eran bienvenidos aquí. Los guerreros se pusieron a mis lados, la gente que estaba dentro de la casa había salido y ahora estaban esparcidos por toda la calle. Había dos bandos, uno bueno y uno malo. Elementales, lobos, vampiros. La guerra era masiva, algo nunca antes visto. Sonreí con cinismo, siempre funcionaba esa sonrisa. Mi arma más fiel.

-Supongo que no soltaras a Demian a cambio de que te de algo -Hable con voz fuerte y clara.

El padre de Gazel soltó una carcajada.

-Bastante lista -Me señalo- Sabes hacia dónde vas, me gusta...

Antony gruño a mi lado, estaba enojado. Nadie coqueteaba conmigo, no sin antes pasar por su cadáver.

-Vamos a matarlos a todos -Dijo mi mate- Así que tienen la oportunidad de irse.

Vi a Demian, tenía el semblante serio, estaba atrapado por los brazos del Alem. Me guiño un ojo y yo le di una media sonrisa. Tenía sangre en la cara y ropa.

-El si es tonto -Dijo Kaleb- Tu sabes lo que quiero Sky...

-En realidad, no...

-Te quiero a ti -Sentencio- Dejare a tu manada en paz si vienes conmigo.

- ¿Cómo puedes asegurar eso? -A su lado, su hijo parecía querer matarme, lo había insultado y humillado aquella vez en la escuela.

-Un vampiro siempre cumple su palabra -Mi mate volvió a gruñir.

-Ella no ira con nadie -Hablo el- Pero tú te iras directo al infierno.

Quiso avanzar hacia el, pero lo detuve.

- ¿Nadie saldrá herido? -Pase mi mirada de Antony a Kaleb.

-Nadie.

Pero yo no era tonta.

-Bien -Camine hacia el pero ahora mi mate me jalo bruscamente del brazo- Prometido... -Le guiñe un ojo.

Me soltó, vi tanto dolor en sus ojos. Sabía que lo único que yo quería era que soltaran a Demian, pero no soy estúpida. Camine lentamente hacia él, sonreía con autosuficiencia, bastante convencido de que todo le saldría bien. Maldito.

Alpha. (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora