Veintiséis. Infratierra.

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-¿Se supone que deberiamos decirle a los Amstrong sobre Jackson? -Pregunté con el ceño fruncido.

Demian había ido a buscarme a las seis de la mañana, por segunda ves. Ya había discutido esto con el, pero dice que la constancia y la responsabilidad son parte del entrenamiento. Casi lo mató por haber llegado a esa hora a la cabaña. No había platicado mucho con Amanda desde que llegue, había estado evitandola todo este tiempo. Siento un poco de remordimiento, porque yo se que su hermano esta vivo, y se que si alguien me ocultara algo así, me sentiría pésimo.

-No -Contestó sin mirarme- Si les dices, ellos saldrán del campamento y una ves que te vas, ya no puedes volver.

-¿Por que? -Me crucé de brazos.

-Si te vas, es porque ya has aprendido a controlarte, es fácil.

Decidí ya no decir nada más. No lo creía conveniente. Cuando Demian no quiere hablar, se le nota hasta en la forma en como respira. Lo había estudiado bien. No le gusta la gente impuntual, odia ver a alguien comer frente a el. Por ello, en el desayuno se sienta sólo. Es un hombre bastante complicado.

-Hoy, haremos lo mismo que la ves pasada -Rodee los ojos- Si no quieres hacer lo que yo te digo, tienes piernas para irte por donde veniste.

Apreté los puños. Controlate Sky, repetía una y otra ves. Me estaba exasperando. No entendía cual era su maldito problema, si se había enojado con alguien no era mi culpa. No tiene porque estarse desquitando con todo el que se ponga frente a el.

Sin decir nada, me senté en el pasto, alejada de el claramente. Cerré los ojos.

-Deja de pensar, si piensas te van a matar Sky, y eso no nos sirve de nada -Abrí los ojos claramente enojada.

No decía nada, sabía que si abría la boca, terminaría matandolo y enterrandolo cien metros bajo tierra. Sólo asenti con la cabeza y cerré los ojos nuevamente.

-No duraras ni cinco segundos en la batalla -Apreté los dientes y comencé a respirar con dificultad- No intimidas a nadie Sky.

Pero no cedi a lo que me estaba diciendo, no debía desconcentrarme, lo estaba haciendo aproposito. Concentrate Sky, deja de pensar, deja de sentir, no dejes que sus palabras te afecten.

Podía escuchar a lo lejos la voz de Demian. Lo estaba logrando, no debía escuchar nada más, sólo los latidos desesperados de mi corazón. Podía sentir como la sangre pasaba a través de mis brazos, como cada célula de mi cuerpo se regeneraba. Sentía el viento en mi rostro, era suave, cálido, y me hacía sentir única, como si sólo yo existiera.

Puedo sentir los pequeños rayos de sol en mi rostro. Me remoje los labios y todo comenzó a ir en cámara lenta. El sonido de los pájaros mientras volaban, donde estaban, podía sentirlo todo. Podía sentir a un Demian exhausto por molestarme.

Y entonces, abrí los ojos de golpe y lo mire.

-¿Qué fue lo que dijiste? -Pregunté con ira por todo el cuerpo.

-¿Lo de debil? -Sonrió de lado- Oh, si Sky, que eres débil.

No tuvo tiempo para parpadear dos veces, porque me había lanzado sobre el. Pero era más fuerte que yo. Trataba de golpearlo, estaba más que enojada, estaba furiosa, podía sentir como las venas de mi cuello se sobresalian. Y de nuevo esa sensación de estarme quemando, como si mil espadas estuvieran atravesandome en este momento. Solté un pequeño grito de dolor, y entonces fui lanzada por Demian muy lejos de donde el estaba.

Maldito, era un elemental aire.

-No podrás salvarlos a todos niña -Río con cinismo- Gente inocente va a morir.

Ambos nos estabamos matando con la mirada.

-¿Qué vas a hacer al respeto Sky? ¿Vas a llorar? -Soltó una carcajada.

-No -Sonreí- Algo mucho mejor.

Comenzó con la quemason en las manos, luego fue un leve cosquilleo, entonces se volvió algo completamente natural. Como si lo hubiera hecho toda mi vida, como si fuera completamente normal. Entonces chasquee los dedos y pequeñas llamas dé fuego aparecieron en las palmas de mi mano. Demian debía pagar por lo que dijo, porque la última ves que me llamaron de esa manera, había ido a salvar a las personas que estaban secuestradas en la Colmena.

-Oh si Demian -Sonreí con sarna- Arrepiéntete de tus pecados.

A lo lejos sé escucho una explosión descomunal. No había tiempo para pelear entre nosotros. Se podía ver una gran llamarada de fuego fuera de nuestro alcance. Los gritos de todo Termes se escucharon como lamentos. Demian y yo intercambiamos miradas preocupadas. Asentimos los dos al mismo tiempo y nos hechamos a correr hacia el alboroto.

Corría todo lo que mis piernas me permitían, trataba de esquivar ramas y árboles, no podía tropezar, algo malo estaba pasando en el centro del campamento.

Sólo se escuchaban nuestras respiraciones agitadas y las pisadas rapidas que dábamos.

Me pare en secó al llegar a la fuente donde provenian aquellas llamaradas.

-Es Alem -Susurre pasmada.

Alem es un ave del la infratierra. No es del infierno, es mucho peor que eso. Se dice que ahí habitan todo tipo de criaturas peligrosas, siniestras y creo que tenían toda la razón. Por que Alem no tiene ojos, es negro, tiene alas del mismo color y sus dientes son dorados. Existen todo tipo de mitos sobre esta especie. Si aparecen en algún lugar, es para llevarse a alguien y eso, no me da para nada buena espina.

-Demian -Lo llamé, pero ya no estaba, se había ido de mi lado, giré hacia todas direcciones tratando de encontrarlo, pero era inútil.

Y si, tenía miedo. Miedo de que matarán a todos, de que murieramos. Y es sensato, esta bien tener miedo.

-Sky -Adrián y Amanda se posicionaron a mi lado un tanto agitados- ¿Qué hacemos?

-Ahh -Parpadee varias veces- ¿¡Yo como voy a saber!? -Grité histérica.

-Eres una elemental fuego, tienes tendencia de líder.

Oh genial, ahora soy líder.

-Bien -Me giré para observarlos- ¿Qué elemento son?

-Tierra -Contestaron al mismo tiempo.

-Esto es lo que haremos -Se acercaron a mi.

**

Las adoro.

Alpha. (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora