Capítulo 37 La confesión de Ron

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Entramos. La casa era exactamente igual a las nuestras, la única diferencia eran los adornos. Pasamos a la cocina y pude divisar a Ron sentado en la mesa, con las manos sobre ella y la cara bastante pálida, incluso más pálida que siempre.

-Hola. - dijimos Carl y yo al unísono.

-Hola. - respondió el muchacho, levantándose para saludarnos con un abrazo a ambos.

-Siéntense. - invitó Enid, indicando la mesa de madera. Nos sentamos uno al lado del otro.

-¿Cómo estás? - pregunté a la chica, refiriéndome a la muerte de su hermano.

-Algo mejor que ayer. Anoche no dormí tanto como me hubiese gustado. Lloré casi toda la noche.

-Entiendo por lo que estás pasando. - indicó Carl, con una sonrisa compasiva. -También llegue a creer una vez que Judith estaba muerta. Es horrible. Lo lamento.

-En realidad, él fue quien se expuso a una muerte casi segura. Fue su culpa morir. - afirmó Enid y yo sentí una punzada de culpabilidad en el estómago. Miré a Carl y su expresión me dijo que también había experimentado la sensación. Después de todo, David había escapado por mi culpa y mi novio había peleado con él antes de que se fuera, también por mi causa. -Sólo estoy triste porque después de tanto tiempo buscándolo al fin lo tenía conmigo y... Duró tan poco.

Sentí unas repentinas ganas de vomitar, me mareé y las voces de todos los que estaban a mi alrededor se apagaron con una brusquedad alucinante. Enid sufría por mí. Todo era por mí. Yo sabía que David había ido a mi casa para decirle a Carl que yo le ocultaba el secreto de mi nombre, por lo tanto, aún seguía enojado conmigo, y huía por mi culpa. Noté mi respiración entrecortada y los jadeos que provenían de mi boca seca como una lija.

-¿Estas bien? - preguntó Ron, parándose de su silla tan rápido que casi ni percibí su movimiento. No pude decir nada, las palabras morían en mi boca antes de salir de ella. -Ven conmigo.

Me levantó lentamente y me llevó medio arrastrada hacia afuera, donde corría aire más fresco.

Salimos y sentí como una cálida y reconfortante brisa hacía ondear mi cabello. Las náuseas se me pasaron un poco, pero tuve que sentarme en el pórtico debido al mareo. Ron se sentó a mi lado:

-Tuviste un ataque de pánico. - me dijo, calmado. -Siempre le sucede a Sam.

-¿Sam? - pregunté, algo confundida.

-Mi hermano. - aclaró él. -Muchas veces le han sucedido estas cosas. Es algo inestable. Por eso supe como actuar.

-Muchas gracias. Me sentí horrible allí adentro.

-Ten, come esto. - me ordenó, a la vez que me daba una barra de cereales que traía en su bolsillo. -La tengo por si a Sam le sucede algo mientras está conmigo. Tiene algunas semillas supuestamente desestresantes. - le sonreí a modo de agradecimiento mientras tomaba la barra y me la comía.

-¿Es algo normal que esto me pase? - pregunté, ya que Ron parecía ser un experto.

-Generalmente se debe a situaciones que te generen un gran impacto en la vida, más que nada si eres una persona susceptible, o puede ser un viejo trauma reprimido. Quizá todo se debe a la muerte de David, sé que lo querías mucho.

-¿Y tu hermano por qué lo sufre? ¿Tiene algún trauma? - quise saber. Noté como el muchacho comenzó a ponerse nervioso, jugaba con sus manos y parecía evitar mi mirada. -Lo siento. No quería recordarte nada malo.

-No lo hiciste. - me tranquilizó él. -Es algo complicado.

-¿Quieres hablarlo conmigo?

-Err... no creo que lo entiendas.

-Lo intentaré. - sonreí con dulzura. Él tragó saliva:

-Mi padre golpea a mi mamá.

Me quedé con la boca abierta. No podía creer lo que estaba oyendo. ¿Cómo era posible que en ese podrido mundo un hombre siguiese golpeando a su esposa? Me enfadé. Deseaba ir a donde fuese que estaba el padre de Ron y golpearlo hasta hacerlo morir desangrado.

-Oh... - dije, sin saber exactamente cómo responder a eso. -Bueno... Quizá podrías decirle a Rick...

-¡No! Por favor, no se lo digas a nadie. Mucho menos a Rick.

-¿Por qué? Él puede ayudarte... - el chico esquivaba mi mirada, la cual intentaba encontrar la suya. Cuando logré que me mirase a los ojos, le sonreí. -Escucha, yo no diré nada, pero piensa en tu madre, y cuando te sientas listo, hazlo tú. Ella no se puede defender sola, necesita tu ayuda.

-No se si pueda.

-¿Le temes a tu padre?

-¡No! Claro que no. Solo no quiero que, no se, lo encierren o algo parecido.

-Con el tiempo irás entendiendo que el que las hace, debe pagarlas. Más allá de quien sea... o cuanto lo quieras. - dije, casi sin pensar.

-¿Cómo es que sabes tanto sobre la vida teniendo como 2 años menos que yo?

-He vivido cosas inexplicablemente dolorosas. Y no estoy orgullosa de admitir que pocas de ellas me han lastimado de verdad. He hecho cosas que no imaginas. Cosas de lo más retorcidas, solo para mantenerme con vida.

-Tuviste que madurar rápido. Es cierto, había olvidado que estuviste allí afuera mucho tiempo. - dijo él, y yo, para mi asombro, lancé una amarga risa.

-¿Qué te hace creer que hablo sólo sobre después del apocalípsis?

En ese momento, la puerta se abrió y Carl salió de la casa, mirando a Ron con un aire despectivo.

-Ya deberíamos irnos. - me indicó, con una sonrisa forzada. -¿Estas bien?

-Lo estoy. - dije, levantandome.

-Adiós. - dijo Enid, desde atrás de mi novio.

-Nos vemos. - saludó Ron, dándole la mano a Carl y a mí un beso en la mejilla, obteniendo por respuesta de ambos una sonrisa. Saludé con la mano y comenzamos a caminar.

-Te gusta, ¿verdad? - preguntó mi novio, y yo puse los ojos en blanco.

-Ay, Carl, no empieces.

-Claro que empiezo. Estuvieron como 3 horas charlando ahí afuera.

-Ya basta. Seguramente a ti te encantó pasar tiempo a solas con Enid. No te hagas el inocente, he visto como la miras. ¿O acaso crees que soy ciega? - yo tenía muchas más razones para enojarme que él. Claro que no me gustaba Ron.

-¿Por qué miraría a Enid teniendo una novia tan hermosa como tú? - eso me calmó, sentí como mi corazón comenzaba a latir rápidamente. Jamás habría creído que esas palabras podían llegar a salir de la boca de Carl.

-¿Y por que a mi me gustaría Ron teniendo un novio tan tierno como tu? - indiqué yo, a modo de reproche chistoso. Me acerqué a él y lo besé con suma delicadeza. Al separarnos me dijo:

-Jamás, después de la muerte de mi madre, creí que podía volver a sentirme tan bien como las mañanas en que preparaba panqueques desabridos. Gracias, Glimmer. - me sonrió con esos rasgos tan infantiles y hermosos. -Gracias por hacerme feliz.

Hola, niños! Como están? Yo bien. Perdón por no actualizar tanto. Mucha escuela y poca imaginación. Aunque ya saben que los amo, aunque no los conozca.

Había olvidado el pedido de dedicación por parte de WizCat, y como mi computadora no me deja dedicarlo, pues aquí está la pobre pero bien intencionada dedicación. Aunque nada será pago suficiente por su incondicional apoyo, que me ha motivado a seguir con esta historia. Así que, infinitas gracias. 

PD: ya quedan pocos caps de la 6 temporada :O no quiero que se termine!!! Mi vida no tiene sentido sin TWD :(
En fin, nos leemos! Los quiero.

Glimmer Dixon [TWD FANFIC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora