Capítulo 43 La conquista

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Observé la mirada de satisfacción que se extendía por el rostro de Sam y me sentí bien conmigo misma. Su sonrisa era absolutamente todo para mi. Ver a alguien feliz gracias a algo que yo había hecho, era un sentimiento incomparable. Ayudar me hacía feliz.

-¿Quieres que vuelva mañana así hablamos otra vez?-pregunté, sonriendo.

-Me encantaría.-respondió él, entusiasmado.

-Okay, Sam. Volveré mañana.-indiqué, a la vez que abría la puerta de la habitación.

-¡Espera!-el niño caminó hacia mí y me susurró al oído:-No le cuentes a nadie de lo que hablamos.

-No lo haré.-dije, en el mismo tono que él.

Con una última sonrisa mutua, nos despedimos y yo bajé las escaleras. Me di cuenta de que hablar con Sam había filtrado todos los pensamientos sobre el mundo exterior, ya fueran provocados por mi madre, Carl o Enid.

-¿Qué te ha dicho?-preguntó Jessie, quien estaba esperandome al pie de la escalera, junto a Ron, y movía nerviosamente las manos.

-Puedo asegurarte que estará bien con tan solo unas charlas más. Lo único que necesita es un confidente. No te preocupes. Pronto será el mismo Sam de siempre.

-Entiendo. Te ha dicho que no me digas nada.

-Prefiere que todo quede entre nosotros. Sé que quieres lo mejor para él, pero por ahora solo necesita alguien ajeno a su familia que lo escuche y aconseje.

-Gracias, Glimmer. No sé cómo podría agradecertelo.

-No hace falta que me lo agradezcas. Disfruto ayudando a la gente. Además, tu hijo es un niño maravilloso.-indiqué.-Eres una buena madre, Jessie.

La mujer sonrió y dejó de jugar con sus manos.

-Pues gracias.

-Vendré mañana.-dije, guiñando un ojo a Ron de forma amistosa, y él me devolvió el gesto.

Salí de la casa, y cerré los ojos. Me sentía bien por haber podido ayudar a alguien. No le había mentido a Jessie, de verdad pensaba que ella era una buena madre y que su hijo era maravilloso.

Bajé las escaleras del porche. Había olvidado todo. Incluso que mi tío estaba afuera, arriesgando su vida. Suspiré. Todos los pensamientos malos estaban regresando. Carl, Enid y mi madre volvían a mi cabeza poco a poco.

Caminé rumbo a mi casa, esperando no toparme con nadie, quería dormir, relajarme y pensar.

Después de unos minutos de caminata, llegué, completamente exhausta. Me recosté en la hamaca que había en el pórtico y me quedé dormida.

-Glimmer... Glimmer...-sentía como alguien susurraba mi nombre a la distancia. Una voz que no reconocía.

Me rehusé a abrir los ojos hasta que comenzaron a sacudirme violentamente. Fue entonces cuando decidí despertarme. Para mi enorme sorpresa, Carl se encontraba frente a mí, observándome fijamente.

-¿Qué es lo que quieres?-pregunté, enojada.

-Te has quedado dormida.

-Vaya novedad. Te daré un premio Nobel a la deducción.-aplaudí sarcásticamente, y él me miró con cara de reproche.

-Deja de comportarte así.-dijo, sentándose en la hamaca junto a mi.

-¿Cómo?

-Como si no sintieras nada.

-Oh, claro que siento cosas. Justamente por eso me comporto así, Carl. Es lógica. El enojo es una emoción. Y las emociones se sienten.-indiqué, rodeando los ojos.

Glimmer Dixon [TWD FANFIC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora