Capítulo 7 Mi primer amiga

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La madre de la niña no respondió nada, se limitó a observar la conversación que Sophia y yo estabamos entablando.

-Tengo diez, ¿Y tú? - preguntó la muchachita.

-Seis.

-¿En serio? Pareces mayor. - me respondió Sophia.

Sonreí. Pero no de la forma más sincera posible. Lo sucedido la noche anterior revoloteaba en mi cabeza. ¿Mi padre habría despertado? ¿Qué le habría dicho a mi tío? ¿Algo feo? ¡Cómo odiaba a ese hombre! Era la causa de todos mis males.

-¿Por qué estás aquí? - me preguntó Sophia, interrumpiendo mis pensamientos.

Su madre le dio una palmada suave en la espalda, como reprochándola por su pregunta, pero era lógico que quisiera saber, yo también quería saberlo sobre ella.

-Mi padre es un alcoholico idiota, que nos golpea a mi madre y a mí. - a decir verdad, esas pocas palabras salieron de mí tan naturalmente que la madre de Sophia levantó las cejas asombrada, al igual que su hija. Comprendí de inmediato su expresión atónita e intente romper el silencio:

-¿Y ustedes? - pregunté, esperando no incomodarlas.

-Mi padre también es alcoholico. Se llama Ed, ¿y el tuyo?

-Merle. - dije, sin darle demasiada importancia al nombre, aunque lo tenía. -Esto está delicioso. - agregué, devorando mi plato.

-Es cierto. Mi madre preparó esas galletas que estás comiendo. - dijo Sophia, con una inocente y dulce voz.

-Son súper-ricas. Me encantan las almendras. - dije. -Es una gran cocinera, señora.

-Muchas gracias, Glimmer. Por cierto, soy Carol.

Fin Flash-back

¡Carol! ¡Carol era la madre de Sophia! ¿Cómo es que no me había dado cuenta? Francamente no puedo creer las vueltas de la vida. Pero entonces, si Carol estaba allí, ¿dónde estaba Sophia? Sentí una punzada en el corazón. Era más que obvio, estaba muerta. Me cubrí la cara con las manos y comencé a sollozar silenciosamente.

Carl se acercó a mí. Lo miré, él hizo lo mismo. Yo seguía llorando, y de repente comencé a murmurar:

-Sophia, Sophia, Sophia.

Carl cargó a su padre con Judith y se agachó a mi lado:

-¿Qué dijiste? - preguntó.

Mi llanto se agravó. No podía parar, decía entre sollozos el nombre de mi primer amiga. Entonces, todos me rodearon, lo que hizo que me calmase un poco. Respiré profundo, y por primera vez pude articular la palabra a la perfección:

-Sophia. - dije.

-¿Sophia? - repitió Carol, atónita.

-Carol... - dije, me levanté del suelo y le di un cálido, sentido y sincero abrazo.

Carol ahogó un grito y se echó a llorar con fuerza mientras repetía mi nombre, una y otra vez. Sophia. ¿Por qué Sophia? ¿Por qué el mundo quería que yo sufriera, y sufriera, y sufriera? La muerte de la niña, raramente, me había dolido más que la de mi padre, bueno, en realidad, no tan raramente.

Los demás miraban la escena, desconcertados. Hasta Maggie había dejado de llorar para precenciar lo que estaba pasando. Jamás había pensado en Sophia después de esa semana que pasé en el lugar, hasta ahora.

Carol me miró a los ojos, los suyos estaban rojos e inchados, luego me preguntó sonriendo:

-¿Quieres que te prepare unas galletas? ¿De almendras? - yo, por mi parte, rompí en llanto nuevamente. -Lo sé. Lo sé. Tranquila. - Carol también comenzó a llorar de nuevo.

Cuando todo se calmó. Rick fue a reunirse con Carol, imaginé que le estaría haciendo preguntas sobre la escena. Carl se acercó a mí por mis espaldas, y apoyó sus manos en mis hombros, lo que me hizo sobresaltar.

-¿Qué con Sophia? - preguntó. Lo miré extrañada. -Quiero decir, ¿de dónde la conoces?

-Ah. Bueno, en realidad es una larga historia...

-Tenemos todo el tiempo del mundo. - respondió él.

-Okay. - nos sentamos en el suelo, uno al lado del otro y me dispuse a contar la historia de mi vida. -Hay que empezar por el principio: Yo fui un accidente. Mi padre y mi tío estaban en una pandilla. Y mi madre era la hermana del jefe, se "enamoró" de mi padre y luego se embarazó de mí. Después de eso, cuando yo nací, mi tío y mamá hicieron un trato: si mi madre prometía sostener económicamente a mi padre, mi tío se encargaría de ser el padre que Merle nunca podría ser. - me interrumpí -¿Conoces a mi padre, Carl?

-Sí.-respondió el chico, serio.

-Bueno, la cosa es que mi tío fue más mi padre que mi padre. Así fue como desarrollé un amor incondicional hacia él. Pero luego, el trato comenzó a irse por la borda cuando Merle empezó a pegarnos a mi madre y a mí. - Carl abrió sus ojos azules, con un poco de sorpresa. -Sí, bueno, resulta que es algo bastante común que los hombres les peguen a las mujeres, aparentemente. Pero en fin, una noche, mi madre se hartó y llamó a la policía. Nos llevaron a un centro para mujeres y niños que sufren violencia doméstica en Atlanta, ahí es donde aparecen Carol y Sophia. Las encontré y Sophia fue mi primera amiga. Bueno, en realidad, la primera fue una niña hace mucho tiempo, pero no viene al caso.-dije.

-Entonces conociste a Carol mucho antes de esto, ¿cuántos años dijiste que tenías?-dijo Carl.

-No lo dije. Pero tenía seis-respondí.

-Y... Luego de eso ¿qué sucedió?

-Bueno, después de eso, hubo un juicio que mi padre ganó, gracias a que casi no había pruebas y a que mi tío declaró a su favor...

-¡¿Qué?! - preguntó Carl, casi gritando, pero al percatarse de que llamaba la atención susurró. -¿Cómo que tu tío declaró a su favor?

-Dijo que mi madre estaba soñando, y que vio a mi padre con mi tío acercarse y que probablemente pensó que le harían algo malo, o así. No recuerdo bien. La cosa es que mi padre solo ganó no poder acercarse a mí nunca más, lo que aceptó a cambio de que mi madre le diese una pensión. Mi mamá le prohibió a mi tío volver a verme. Pero el nunca aceptó eso. Él me seguía viendo todos los días, con la condición de que yo no dijese nada... Bueno, eso es básicamente la historia de mi vida, hasta que empezó el "fin". - concluí, haciendo comillas con los dedos.

-¿Y qué pasó cuando comenzó? - preguntó Carl, realmente interesado.

-Err... Yo me encontraba en la casa de mi tía, Cloe, la noche que todo empezó. Mi madre y yo nos estábamos hospedando en su casa, ya que la casa en la que yo vivía era de mis abuelos paternos, por lo tanto, Merle se quedó con ella. En fin, yo estaba haciendo mi tarea, obligada, por supuesto, y de repente, escuché un grito, provenía de la habitación que estaba a mi lado, la de mi prima, Keyla. Lo primero que se me vino a la mente fue un ladrón, así que tomé el cuchillo que mi tío me había regalado y corrí lo más rápido que pude hacia la fuente del grito. Keyla estaba en el suelo, a los pies de una criatura jamás vista antes por mis ojos. Era un walker, pero en el momento, por supuesto, yo no lo sabía, no tenía idea de lo que estaba pasando. A lo primero que atiné fue a clavarle el cuchillo directamente en el corazón a la bestia, pero seguía moviéndose, entonces ordené a mi inservible y expectante prima que fuera a buscar a nuestras madres mientras yo luchaba contra la cosa. En un momento, y no sé cómo, se me ocurrió clavarle el cuchillo en la cabeza, y así me liberé, salí corriendo hacia abajo y encontré a mi madre, tía y prima gritando aterradas y a las miradas hambrientas de los walkers. Y entonces... - me interrumí de repente, al escuchar los conocidos gruñidos y jadeos de esas malditas cosas.

Glimmer Dixon [TWD FANFIC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora