Capítulo 1 La pesadilla

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Pronto caminaba sin rumbo, enojada con la vida, si es que a eso se le podía llamar vida. No pensaba en nada más que en mi madre en el suelo, siendo devorada por esos malditos monstruos, se lo advertí, le advertí que corriera, pero ella sólo se quedó mirando... me pregunto si quería morir. Tal vez por eso ella se había quedado inmóvil, esperando el momento. Recuerdo que no gritó. Ella sabía que no duraría mucho más, era débil, lenta y... Demasiado humana ¿de qué podía servir en este mundo? De carga unicamente. De carga para mí. Me recorrió un escalofrío, el viento helado me soplaba en la nuca, tenía que encontrar un lugar para quedarme por la noche, y rápido, ya que estaba oscureciendo.

Encontré un centro comercial en un pueblito, parecía vacío, pero no podía confiarme. Empuñé mi arma e hice un poco de escándalo para que salieran los monstruos, nada. Grité, pero nada. Así que me dispuse a buscar comida, mi estómago rugía. Caí en la cuenta de que fue un error no dividir las provisiones entre mamá y yo, ahora probablemente los walkers se estaban deleitando con unos deliciosos duraznos en almíbar. La imágen me hizo reír. Encontré unas mantas y mucha comida, que disfruté y luego racioné, no debía comerla toda. Acomodé las mantas en el suelo y pronto me quedé dormida.

-¿Quién es mi sobrina favorita?-preguntaba susurrando mi tío mientras me lanzaba hacia arriba. Y mi tonta voz de niña le respondía: "Yo, yo". Y así reiteradas veces.

-A comer-llamó mi madre, vestía su precioso uniforme del trabajo, aunque ella decía que la hacía ver gorda, yo lo amaba.

Mi tío me dejó en el suelo dándome su advertencia de siempre: "Yo no estuve aquí, si mamá pregunta, jamás me viste desde el mes pasado, ¿Okay?" y yo le respondía "Okay". Pronto, al entrar a la casa, mi madre me decía:

-¿Con quién jugabas?-a lo que yo decía:

-Con Catherin- Catherin era mi amiga imaginaria, bueno, en realidad, la amiga imaginaria que yo finjía tener cuando en realidad jugaba con mi tío.

Mi madre rió, seguía de espaldas. Al darse vuelta, vi su cara ensangrentada, podrida y muerta de walker.

Me desperté de repente, todo había sido un maldito sueño, más bien una pesadilla. La última parte, en la que mi madre era uno de esos bichos, se había agregado a mi sueño habitual, en el que yo sólo estaba con mi tío jugando a nuestro ridículo juego, una y otra vez, cada noche, desde hacía mucho tiempo.

El día había sido muy largo, con una pérdida muy grande, necesitaba dormir, pero el pensamiento que revoloteaba en mi cabeza no me lo permitía: ¿Seguirá vivo mi tío?

El sol aún no salía, ¡como detestaba no tener reloj! Ya ni siquiera sabía que edad tenía. ¿Acaso 12? ¿13? No lo sé. Me pregunté cuánto faltaría para mi cumpleaños. Aunque de repente me quito la idea de la cabeza ¿para qué quería un cumpleaños?

Decidí que era mejor esperar hasta que se hiciera de día, pero estaba tan aburrida que salí a dar un paseo por el centro comercial. Las tiendas eran muy lindas y pintorescas, una lástima que ya no sirva de nada tener un local bonito, ni arreglarlo, lo que refuerza mi teoría: "No te esfuerces demasiado por nada, mañana puede ser el fin del mundo, o tal vez mueras". Esa era la explicación de mis malas notas en el colegio, ¡y tenía toda la razón! Claro que las peleas con mamá por el tema terminaban en huídas al bosque, donde me quedaba por unos días y luego regresaba a casa. Entiendo que no fui la mejor hija del mundo, pero jamás perdonaré la prohibición de mamá, ella se merecía todo lo que yo hacía o dejaba de hacer.

Por supuesto que de las tiendas tomé todo lo que necesitaba, e incluso un poco más. Más que nada, comida y ropa de abrigo, las noches en esa parte del país eran heladas. Me pregunté por un momento en dónde estaría, pero me dí cuenta de que no necesitaba saberlo. Al día siguiente me encaminaría por la carretera, tal vez encontrara un grupo en el cual quedarme por un tiempo, o armas.

Le debía mucho a los genes de mi padre. Por lo menos ahora. Antes, el mal carácter me jugaba en contra, y no tenía amigos, pero la que ahora podía sobrevivir gracias a su personalidad era yo, y ellos podían irse al infierno. A pesar de que fue un estúpido, drogadicto y alcoholico, hoy puedo decir que gracias a él sigo viva.

Pero sin embargo, tengo más que agradecerle a mi tío, él fue como mi segundo papá, a pesar de ser algunos años menor que mi padre. Por eso las cosas que le hice a mi madre las tuvo bien merecidas. A papá casi nunca lo veía, pero mi madre siempre trataba de que a mí no me faltara nada, por eso yo la amaba, pero luego, un terrible día que tengo grabado en mi memoria, y que supongo, nunca podré olvidar, todo cambió: yo tenía alrededor de 6 años, mi padre, como siempre volvió borracho, golpeó a mi madre, quien se hartó al fin, y llamó a la policía, ellos se lo llevaron a la cárcel, y mi tío se enojó mucho con mi madre. Yo simplemente observaba la pelea con asombro, sin saber qué era exactamente lo que había pasado:

-¿Cómo pudiste hacerle eso a mi hermano?-replicaba él.

-Daryl, yo ya no puedo más con esto, ya no más, tengo que cuidar de mi hija. Lo siento.-decía ella, mientras acariciaba su musculoso brazo con una mano, tratando de calmarlo, pero él sólo la apartó, y le dijo:

-Yo ya no puedo con esto, sabes que hago lo que puedo por tí y por ella-me señaló-. Pero lo único que siempre te pedí es que lo protegieras de la policía.

-Intenté todo, pero no podía permitir que nos siguiese lastimando.

-Lo sé. Pero él siempre será mi hermano. Lo siento, pero en el juicio declararé que es inocente.

-¡Daryl!-gritó mi madre-¿Qué es lo que se está pasando por la cabeza ultimamente? ¡Eres un maldito idiota!

Luego de eso, creo que hubo un juicio, y mi padre lo ganó por la falta de pruebas que tenía mi madre, y porque mi tío declaró a su favor. Entonces mi madre prohibió que el hermano de papá me viera, o que tuviera contacto conmigo. Sin embargo, él lo tenía, y yo simplemente lo amaba, gracias a sus enseñanzas yo sé cazar, recolectar, hacer trampas y rastrear, a mis ojos, a pesar de sus errores, es la mejor persona del mundo... o era ¡NO! Ni siquiera podía pensar que mi tío-padre podía llegar a estar muerto, bueno, el caso es que mi mamá no tenía el derecho a separarme de alguien a quien yo amo y que me ama.

Entonces, miré una tienda de cacería. ¡ARMAS! Hasta ese momento, me había conformado con una sola pistola, que no era de las mejores, un cuchillo y un hacha. Así que decidí entrar, y de repente, me enamoré perdidamente de una ballesta, pero era demasiado grande como para cargarla siempre conmigo, así que solo tomé sus flechas, pronto improvisaría un arco, entonces decidí buscar una cuerda y un buen cuchillo que pudiera cortarla con facilidad, ya que el mío era puntiagudo pero no tenía mucho filo, ya encontraría una rama curva. También busqué unas botas para la lluvia, unos binoculares y una mochila para llevar todo en ella. Entonces pensé en el largo camino que probablemente me esperaba y deseé que mi tío me hubiese enseñado cómo encender un auto sin la llave. Cuando ya tenía todo lo que quería salí de la tienda y seguí caminando por el centro comercial.

Encontré una especie de supermercado, entré y busqué agua, que encontré y bebí con placer. No necesitaría comer por mucho tiempo con todo lo que había comido, mejor dicho devorado, esa noche, pero igual me guardé algo por las dudas. El sol aún ni siquiera se asomaba, faltaba mucho para que amaneciera, lo sabía. Decidí volver a mi "campamento" después de revisar si necesitaba algo más, tal vez, solo tal vez, ahora pudiera dormir un poco...

Glimmer Dixon [TWD FANFIC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora