Capítulo 40 Sentimientos encontrados

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Muy en el fondo, estaba preocupada por Carl. Y, aunque negaba rotundamente que hubiera ido el bosque, lo más probable es que sí estuviese allí. Me sentí fatal, los celos me mataban, pero la preocupación era aún mayor que ellos. No deseaba que a Carl le sucediese nada.

Ron caminaba junto a mí. Se veía como si en su interior tuviese mucha ira contenida. Lo entendía, ya que yo también lo había pasado innumerables veces. Estaba pálido, con una línea ligeramente curva por boca, y en sus ojos, inyectados en sangre, se podía reflejar el odio en su total manifestación.

Estaba a punto de preguntarle si quería hablar, pero de repente, algo salió volando por la ventana de una de las casas, aterrizando a nuestros pies. Me alejé dando un salto y grité. Observé las figuras que se movían, con un shock presente en mi cara, pude divisar que se trataba de dos hombres luchando, pero lo peor: uno de esos hombres era Rick.

-Sí vuelves a propasarte con Jessie, juro por Dios que te mataré.-decía Rick, apuntando al otro, que estaba tirado en el suelo. Ron quiso acercarse pero tomé su brazo para contenerlo con fuerza.

-¡Basta!-gritó Deanna, pero entonces el padre de Carl nos apuntó a todos los que estábamos alrededor de ellos. Estaba realmente loco.

-¡Sí las cosas no comienzan a cambiar aquí, todos van a morir! ¡Los débiles no sobreviven en este mundo!

Michonne apareció de atrás del hombre y le golpeó la cabeza con el dorso de la pistola, dejandolo inconciente. Luego me miró, y me indicó con la cabeza que la ayudara a levantarlo.

Me acerqué a ella y juntas, pudimos llevar a Rick a la enfermería. Perdí de vista a Ron, debido a la desesperación que tenía por encontrar a Carl.

Lo busqué por todo Alexandria, pero no había rastro de él. Llegué a la casa, rogando que estuviese ahí. Entré, pero ni rastro del muchacho.

Cerré la puerta y apoyé en ella dejándome caer lentamente hasta el suelo. Me sentía traicionada. Ron estaba en lo correcto, Enid y Carl habían ido al bosque. JUNTOS.

Sentí una punzada en el pecho. Estaba celosa, enojada y preocupada. Carl estaba afuera, arriesgando su vida, y yo no me encontraba con él. Enid sí. Quería golpear en la cara a ese maldito que tantas cosas me hacía sentir.

Se me escapó una lágrima y rompí la promesa que le había hecho a Daryl: jamás llorar por un chico. Me sequé el llanto con el dorso de la mano y por primera vez sentí necesitar un cálido abrazo de mamá. De esos que me daba después de nuestras peleas, a la vez que me pedía perdón.

Me abracé las rodillas y dejé que las lágrimas se deslizaran por mis mejillas, sin saber exactamente si lloraba por Carl o por mi madre. Supuse que por ambos, me dolía pensar en ellos.

Podía oír la voz de mamá cantandome suavemente las noches que no podía dormir, o que me dolía demasiado un golpe proporcionado por Merle. Podia oler ese perfume que tanto le gustaba. Y observarme a mi misma alabandola mientras ella se miraba al espejo antes de irse a trabajar. Me dolía tanto no tenerla y hasta ese momento, no me había dado cuenta de lo equivocada que estaba, del tiempo que perdí estando enojada con ella.

Sujeté con fuerza la cadenita que caía sobre mi pecho, de la cual colgaba una delicada libélula, pequeña y hermosa. Recordé mi cumpleaños número 6, cuando mamá y Daryl juntaron casi todos sus ahorros para invertirlos en ese bellísimo colgante de plata. Sentí que una parte de ella seguía aún conmigo y que estaba orgullosa de mí.

Alguien empujó la puerta, pero por el peso que yo ejercía sobre ella no pudo abrirla. Me corrí de inmediato, dejando que Rosita se adentrara en la casa.

-¿Sucede algo?-pregunté, algo alarmada.

-Estoy buscando a Michonne. ¿La has visto?

-Está en la enfermería. Con Rick.-indiqué, desganada.

-Okay. Gracias.

-No hay de qué.

La muchacha salió, cerrando la puerta de manera estrepitosa. Tragué saliva. Necesitaba a mi tío. Necesitaba que me escuchara y que me explicara como diablos superar la muerte de mi madre, ya que me dolía un montón.

Me tumbé en el sofá, deseando dormir un rato, ya que era la única solución para calmar los sentimientos que tenía dentro de mí. Estuve unos minutos con la vista fija en el techo, pero después de eso, logré dormirme profundamente.

Me despertó el ruido de una puerta al cerrarse con fuerza. Froté mis ojos, algo adormilada y miré hacia el lugar de donde provenía el sonido. Una figura difícil de reconocer por mis ojos aún cansados se acercó a mi y me tomó por los hombros.

-Hola.-dijo Carl, sentándose junto a mí. Al escuchar su voz, me despabilé por completo, y en un arrebato de locura le di una fuerte y bien merecida bofetada en la mejilla. Él se frotó la parte golpeada y me miró con cara de incredulidad.

-¡¿Qué?! ¡¿Por qué me miras así?! ¿Acaso crees que no tengo razones para golpearte?

-¿Qué...-comenzó, pero lo detuve de inmediato:

-¡No! ¡Callate! No quiero oírte. Solo escúchame.-grité, respirando con irregularidad.-Te fuiste al bosque con Enid, y no lo niegues porque te vi. Pusiste en riesgo tu vida por un momento con esa... ¡chica! Sabiendo que yo estaría preocupada por ti, por tu seguridad. Eres un idiota, Grimes, eso es todo lo que eres. ¡No puedo creer que me hayas hecho esto! Con todas las veces que te pedí que no fueras al bosque, lo primero que haces cuando no te estoy prestando atención es escabullirte. ¡Ah, y con otra chica además!-me detuve un momento, para tomar una bocanada de aire.-¿Tienes algo que decir en tu defensa?

-Sí. Tú deberías ir al bosque también. Estas comenzando a priorizar cosas nada importantes, Glimmer. Te estas volviendo débil.-esa fue la gota que colmó el vaso, me enfurecí por completo.

-¡No puedo creer que estés diciéndome esto! ¿Cuantas veces debo explicarte que no puedo volverme débil? ¿Crees que alguna vez podré olvidar cuando vi morir a mi madre, a mi prima, a mi tía, a personas que me importaron? ¡No! Es más, ojala pudiera dejar de recordar por un momento lo mucho que extraño a mi mamá, dejar de arrepentirme de no haber disfrutado el tiempo que pasé con ella. Ojala pudiese tenerla aquí conmigo. Pero no. Y no puedo hacer nada. Sólo quedarme sentada y ver como más personas que me importan mueren, y mueren, y mueren. Si, definitivamente me volveré débil, Carl. Ya que jamás he sufrido nada que me lastimase tanto como para marcarme por el resto de mi vida. Tiene mucha lógica tu punto.-concluí, sarcástica.




Glimmer Dixon [TWD FANFIC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora