Capítulo 2 Atlanta

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Cuando llegué a mi "campamento" había dos walkers comiendo la ardilla que había cazado por la mañana, saqué con cuidado mi cuchillo y se lo clavé primero a uno y después al otro.

-Malditos. - susurré. Quité los cuerpos de mi cama improvisada y me obligué a dormir.

Me quedé dormida tan profundamente que incluso si un walker intentaba comerme no me despertaría. Eso eran los genes de mi madre, ella no se despertaba ni aunque yo estuviese chillando a gritos por la noche. Como mi tío a veces se quedaba a dormir con nosotros, él me calmaba, o al menos eso es lo que me dijo mi madre. Lo que me hacía amarlo aún más. Mis ojos se llenaron de lágrimas involuntariamente, y me dí asco a mí misma, "las lágrimas no matan walkers" me dije.

Entonces decidí cambiarme de ropa, tomé una blusa larga, un pantalón cómodo, y unas zapatillas deportivas de escalar y me vestí. La ropa estaba limpia, pero yo estaba sucia, y me sentía algo incómoda, pero bueno, no creo que hoy en día a nadie le importe lo sucia que esté, mientras sea fuerte, sepa cazar y no ande llorando por una persona que puede estar muerta y que probablemente nunca vuelva a ver.

Organicé mis provisiones de forma cómoda y práctica y me dirigí al bosque que separaba la carretera del pueblito. Allí busqué una rama curva para mi arco casero y rudimentario, la cual encontré poco antes de llegar a la carretera. Entonces me senté en el suelo, medí la cuerda con la rama, corté lo sobrante, las até y guardé las flechas en una práctica bolsa de tela que intentaba ser un carcaj y la colgué a mi hombro. Hacía demasiado calor, el sol me pegaba en la cabeza y se me freían los sesos ¡Qué bien me vendría un sombrero!

Continué y llegué a la carretera. No había nadie, ni siquiera un walker solitario. Doblé a la derecha. Había muchos autos parados. Entonces escuché un gemido inconfundible que venía de uno de los veículos, llegué a él y un caminante se apoyó con fuerza contra la ventana, lo que hizo que me sobresalte. Parecía que intentaba romper el vidrio y alcanzarme, así que tomé mi cuchillo, abrí la puerta y lo rematé.

Seguí caminando. Estaba aburrida, así que comencé a cantar despacio una de mis canciones favoritas: "Complicated" de Avril Lavigne. Mi tío siempre me dijo que debía dedicarme a ser cantante, y que tenía una voz hermosa, pero a mí no me gustaba ni un poco la idea, solo cataba por diversión y para mí misma. A veces él me pedía que le cantara algo, y yo lo hacía, pero nadie más podía sacar una sola nota de mi boca.

No sabía exactamente a donde me dirigía. Así que seguí caminando, entonces me topé con un cartel que decía: "Atlanta", se me llenó el corazón de esperanza, tal vez allí habría algún centro de refugiados o algo parecido. Seguí las indicaciones para llegar a Atlanta.

Descubrí que había muchos edificios, y eran seguros, o al menos lo parecían. Preparé mi cuchillo en la mano derecha, pero nadie ni nada se acercó a mí. Me moví con rapidez y en silencio. Entonces encontré un edificio alto que estaba abierto. Entré haciendo algo de ruido que pudiera atraer a los monstruos y me quedé esperando que aparecieran cerca de la puerta, para poder huír, pero nada. Mientras subía los pisos, me iba asegurando de que no hubiese ninguna persona en las habitaciones, por suerte todo parecía vacío, incluso algunas estaban cerradas. A medida que avanzaba escaleras arriba, veía más walkers rematados en el suelo, algunos tenían flechas en sus cabezas, las que por supuesto recogí, podían servir para mí arco en cuanto me quedara sin las que ya tenía. Seguí avanzando, todo estaba tan oscuro, que me sobresalté al escuchar la voz de una mujer, me escondí detrás de un bote de basura y esperé:

-Tal vez no sea una buena idea. Quizá deberíamos volver. Beth ha de estar muerta. - decía.

-No. No lo está. - respondió un hombre con una voz extrañamente conocida -Lo sé, y no vamos a rendirnos. La buscaremos hasta encontrarla, viva o muerta.

La mujer se quedó callada, el hombre parecía enojado y su voz denotaba angustia, sufrimiento. Los pasos continuaronz, cada vez más cerca. Se dirigían hacia donde yo estaba. Me verían. ¿Qué podía hacer? Entonces empuñé mi arma, y cuando los pasos ya se escuchaban lo suficientemente cerca, salí y les apunté, primero a la mujer y luego al hombre:

-Tranquila. - me dijo él. -No vamos a hacerte daño. Baja el arma. - su tranquilidad me enfurecía.

-Pongan todas sus armas en el suelo. - dije, indicando con la cabeza sin bajar la pistola.

Eso hicieron. Entonces, en la oscuridad del pasillo, divisé una ballesta y me enamoré perdidamente de ella. Luego levanté la cabeza y los miré, vi que tenían una linterna:

-Déjense ver. - dije.

La mujer levantó la lámpara portátil y apuntó primero a su cara y luego a la del hombre, tan rápidamente que pude ver muy poco. Me resultaba conocido, pero hacía mucho que no veía esa cara y no lograba reconocerlo, la mujer dirigió la linterna a mí, lo que me hizo entrecerrar los ojos y me tapé con las manos.

-Perdonen por esto. - dije, lamentando todo. -Es que debía asegurarme de que no me matrarían. Soy Glimmer.

-¿Glimmer? - preguntó el hombre.

-Sí, Glimmer Dixon.

La mujer ahogó un grito. Al hombre se le llenaron los ojos de lágrimas, yo no comprendía que pasaba. ¿Acaso les recordaba a alguien? Pero entonces él le quitó la linterna de las manos a ella y se apuntó a la cara y pude verlo bien: sus ojos azul verdoso, su boca pequeña y rosada, su cara puntiaguda y alargada. Era mi tío, era DARYL DIXON.

Corrí a abrazarlo, y él me recibió con los brazos abiertos, debió agacharse un poco para estar a mi altura. De repente mis ojos se llenaron de lágrimas y no intenté detenerlas esta vez, ellas fluían a su gusto desde mis ojos y llegaban a mi boca.

La mujer nos miró conmocionada, aunque confundida. Entonces noté que mi tío también lloraba silenciosamente. Me separé de él y miré su rostro mientras él miraba el mío. Me tomó la cara y besó mi mejilla, dejándola llena de lágrimas, yo disfruté el roze de su barba con mi rostro. Ambos seguíamos llorando como dos maricones, abrazados, me costaba respirar debido a el llanto. Estaba tan feliz, jamás pensé que podría llegar a encontrarlo, incluso creí que podía estar muerto. ¡Por supuesto que no! Él era Daryl Dixon.

Estuvimos unos cinco minutos abrazados cuando de repente me atacó una pregunta:

-¿Mi padre sigue vivo? - mi tío me miró con cara de tristeza, lo que provocó que llorara nuevamente, y que él también lo hiciera.

La mujer seguía observando, desconcertada. Por fin se puso en cuclillas y me miró, posó sus ojos celestes sobre los míos y me preguntó:

-¿Quién eres, bonita?

-Soy su sobrina. - dije señalando a mi tío. -Glimmer Dixon.

Entonces lanzé una mirada furtiva al hombre que me abrazaba.

-¿Acaso es tu esposa? - le pregunté enojada.

-¡No! - respondió él, defendiéndose.

-¿Qué hay de malo conmigo? - preguntó la mujer.

-No es contigo. - le respondí despreocupada -Es sólo una promesa que él y yo hicimos hace mucho tiempo y que yo no he roto, por lo tanto, espero que mi tío tampoco.

-¿Qué promesa? - quiso saber ella, interesada.

-Yo prometí que no me casaría si ella no tenía novio. - se adelantó el hermano de mi padre.

-¡Ah! ¡Qué promesa tan ingeniosa! - rió la mujer y yo sonreí, creo que me caía bien.

-No puedo creer que te encontré, Glimmer. - cambió de tema mi tío.

-¿Quién es Beth? - pregunté, lo que pareció alarmar a mi tío y a la mujer. Ambos se miraron.

-Es alguien a quien tenemos que rescatar. Vamos, Carol.

-¿Beth? - escuché una voz que venía de mis espaldas, al darme vuelta pude divisar una sombra alta y delgada. Levanté mi arma y mi tío apuntó con la linterna hacia la sombra.

Glimmer Dixon [TWD FANFIC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora