Cuando abro los ojos de golpe, aturdida y sobresaltada me llevo la mano al pecho y logro sentir como mi corazón seguía aumentando por minutos, estaba por explotar. Inmediatamente me siento sobre la cama agarrándome la cabeza tratando de procesar la situación, no podía creerlo, acababa de despertar de un sueño un tanto diferente a los demás y Kakashi aparecía en el.
¡No me podía estar pasando! Había soñado con mi sensei.
Entre mi respiración fuera de lo normal y mi agitación, volteo a un costado tratando de tranquilizarme pero lo único que logro notar es que se me hacia tarde otra vez. De un movimiento ágil salto de la cama dirigiéndome hacia mi armario revolviendo la ropa, el roce de la tela de la camisa me hizo acordar a aquellas sábanas que nos envolvían; una ráfaga de escalofríos me invadió haciéndome pensar nuevamente en sus manos recorriendo apasionadamente cada parte de mi cuerpo.
Su húmeda lengua jugueteando con la mía en un compás interminable, en su propia guerra y aquel aroma al rocío de la mañana junto con la Artemisa Plateada me hizo pensar en aquel momento donde lo atraje hacia mí sintiendo en mis manos los músculos tensos de su espalda, su piel tan suave bajo mi tacto.
Volviendo a la realidad, de un respingo suelto la prenda y cierro las puertas de golpe apoyándome sobre las mismas cerrando mis ojos ¿¡Qué diablos me pasaba!? Me preguntaba una y otra vez sabiendo ya la respuesta, lo deseaba y mucho. Sentía como si fuera mi fin, no me podía estar sucediendo.
La ventana se abrió de golpe, el aire frio de la mañana de invierno irrumpió en mi cuarto, haciendo que mi piel expuesta se erizara. Apresuradamente me encamine a cerrarla.
La alarma del reloj sonó, debía apurarme si no quería llegar tarde. Tratando de olvidar lo anterior decidí cambiarme y bajar a desayunar como lo hacía siempre.
Sin embargo me equivoque, mis padres me esperaban al pie de la escalera y hoy no sería normal. Mire a mi padre quien al parecer, tenía una mirada asesina, luego me volví a mi madre quien se encontraba al borde de las lágrimas.
-¿Qué está pasando, ma?-.
-Hija, tu padre y yo...-.
-Tenemos que hablar seriamente-. La interrumpió él dirigiéndose a la cocina.
- ¿De qué?-. Volví a indagar siguiéndolos.
Me senté de la misma manera en la que mi madre lo había hecho, consciente de que nada bueno me esperaba a continuación.
-¿Cómo es eso de que estas en la academia shinobi?-. Dijo mi padre apoyando sus puños sobre la mesa.
En ese mismo momento enmudecí por completo. No me esperaba aquellas palabras, había sido muy cuidadosa para que no lograran enterarse.
-¿Cómo es que se han enterado?-.
-Eso no importa ahora, tesoro-. Mencionó mi madre dulcemente. Sus cálidas manos se encontraron con las mías sobre la mesa.- Tu no lo entiendes, pero...-. En ese instante se quebró y empezó a llorar, se paró y recorrió la distancia entre nosotras para abrazarme. Por el rabillo de mi ojo divisé a mi padre quien nos veía atentamente desde su lugar.- Pero no podría soportar perderte a ti también, mi niñita-.
-Pero, ¿qué estás diciendo? Yo...-.
-Yo nada-. Me interrumpió mi padre.- No volverás a cometer los mismos errores que el idiota de tu hermano-.
-¡¿PERDON?!-. La ira me consumió.- No voy a aceptar que llames Idiota a Haru, él es un gran ejemplo para mi-.
-Tu hermano optó por seguir los pasos de Jade, convirtiéndose en shinobi- Dijo él- ¡Y mira que bien le ha ido!- Ironizó.
-Jade no tiene nada que ver, fue Haru quien quiso volverse fuerte.
-¡Llamas fuerte a alguien que está muerto!
-¡Sí, yo quiero seguir sus mismos pasos!
-¡Cállense ambos!-. Mi madre quien usualmente no lo haría gritó interrumpiéndonos, tanto papá como yo nos quedamos atónitos mirándola. Sin embargo, yo fui quien reaccionó primero.
-¡Me voy, no lo soporto más, vuelvo tarde!-. Me di la vuelta anunciando mi salida.
-¡Bah, seguramente irá a esa mierda!-. Logré escucharlo mientras salía dando portazos.
Empecé a caminar por el sendero adoquinado.
Estaba furiosa.
Muy furiosa.
Quería a mi padre con locura, pero en estos momentos lo odiaba ¿Cómo se le pudo pasar por la cabeza tomar de idiota a mi hermano? Y pensar lo muy unidos que eran antes, ojala algún día pudiera saber qué fue lo que sucedió entre ellos; mi padre siempre fue muy orgulloso de mi hermano. Sacudí mis pensamientos y volví a pisar firme, aceleré mis pasos pensando que aquello por el momento no tiene que intervenir con mi objetivo.
Vengarme de la muerte de Haru.
Cargarme al asesino.
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Mi Sensei [EN EDICIÓN]
Ficțiune adolescențiTras la misteriosa muerte de su hermano, Mizaki Ai decide hallar al culpable por sus propios medios. Para ello siente el deber de volverse aún más fuerte, por lo que se integra al grupo elite de entrenamiento shinobi de la aldea. Ahora la joven tend...