Capítulo 37

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Habían pasado 4 meses desde que regresemos de España, a Alex le iba genial en el trabajo y estaba muy contento y eso me ponía muy feliz, vivía en casa de mis padres y por fin nos dejaron dormir juntos aunque mi hermano siempre estaba en alerta y jamas picaba cuando quería entrar, en fin hermanos mayores.

Jenna y mi hermano volvieron a liarse aunque se llevaban como el perro y el gato, no paraban de discutir, Alex me había contado que mi hermano comenzaba a sentir cosas por ella supongo que por eso siempre intentaba enfadarla para no pillarse aun más, que estúpidos son los hombres cuando se trata de estos temas.

Yo seguía en la universidad y me iba de maravilla. Aparte estaba más feliz que nunca ya que cuando llegaba a casa me encontraba con mi novio.

-Dime por lo menos como es ese restaurante?- negó con la cabeza- necesito saber que ponerme- hize un puchero.

-Pongas lo que te pongas estarás hermosa- me dio un beso en los labios- date prisa mi amor, te espero en el salón- bufé no sabía que ponerme.

Cogí un pantalón negro y una camisa color militar y unos tacones negros, me pinté la ralla de arriba y un poco de rimel y ya estaba lista. Baje al salón donde se encontraban todos, mi mama me miró con una sonrisa y comenzó a llorar, la mire extrañada, no entendia porque lloraba solo iría a comer con mi chico,me acerqué a ella y le abracé.

-Porqué lloras mamá?- dije limpiandole una de sus lágrimas

-Tú madre esta muy sensible últimamente- intervino mi papá

-Lo siento hija- abrazó a mi padre

Mi hermano se levantó y me dio un abrazó y un beso y mi papa hizo lo mismo, mi familia estaba muy rara hoy, sin hacer más preguntas miré a Alex y el cogió mi mano y nos fuimos a coger el coche.

-Que rara esta mi familia hoy no te parece?

-Yo los he visto igual que siempre- se encogió de hombros.

Estaba super inchada la comida había estado riquísima, Alex tenia buen ojo en escoger los lugares.

-Toma ponte esto- me dio una venda, le miré levantando una ceja.

-Otra vez el juego de la venda?-reí- espero que esta vez no me secuestres.

-Eso dependerá de ti- me quedé confusa ante su contestación, que quería decir?.

-Trae te la pondré yo, no me fio de ti- me hize la ofendida ante su comentario.

-Segura que no ves nada- dijo por milésima vez

-Que no pesado-me crucé de brazos.

El coche se detuvo y escuche la puerta de Alex abrirse, esto de no ver que pasa no me gusta nada, abrió mi puerta y su mano cogio la mía, salí del coche con la venda en los ojos, Alex me guiaba dulcemente y eso me gustaba eran tan atento.

-Para aquí- dijo con una voz un tsnto nerviosa- te voy a quitar la venda- se colocó detrás de mí y sus manos rozaron mi cuello y luego paró sus manos detrás de mi cabeza- lista?- Asentí, la venda cayó al suelo y delante de mi pude ver una casa enorme y preciosa, me giré para ver a Alex, no entendia que hacíamos aquí.

-Que hacemos aquí?- sacó una caja de su chaqueta y extendió su mano hacía a mí, al ver ese gesto me puse super nerviosa.

-Quieres vivir en esta hermosa casa conmigo?- dijo abriendo la caja dentro de ella se encontraba una llave, miré a Alex y otra vez a la caja y así repetidas veces- y bien?-levantó una ceja.

-Claro- me lancé a sus brazos y le besé, iba a venir a esta hermosa casa a vivir con el hombre de mis sueños, me giré para ver la casa con una enorme sonrisa- por eso mi familia se puso así esta mañana verdad?-cogí la llave de la cajita.

-Si - dijo abrazandome por detrás- se que es pronto para vivir juntos pero en cuento la vi supe que seria perfecta para nosotros y no ahí nada que me haga más feliz que estar contigo y espero que este detalle te haya gustado tanto como a mi, ahora vamos a entrar a nuestro nuevo hogar- le miré con una enorme sonrisa, sabia muy bien como hacerme feliz.

-Guau- dije mirando todo a mi alrededor, todo estaba amueblado, no faltaba detalle alguno- es perfecto.

-Si algo no te gusta podemos cambiarlo, ven vamos arriba- cogió mi mano y me arrastró hasta arriba- este será nuestro cuarto- las paredes eran marrón flojito y los muebles blancos, había un espejo gigante y a su lado un tocador, la cama se encontraba en el centro y a su lado habían dos mesitas, creo que debo de estar soñando- ven- volvió a guiarme- esta será la de nuestra hija y esta de al lado de nuestro hijo- le abracé todo era tan perfecto que no me lo podía creer.

-Adoro esta casa- le besé- teamo.

-Teamo aún más.

Y entonces llegó élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora