La Joven Caballero de Armadura Reluciente ( 1ra Parte)

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*Narra Caballero Iris*

Aún era pequeña cuando mis padres decidieron mandarme al Reino de Hatmmen, para aprender magia y como ser un verdadero Caballero, solo tenia 5 años en aquel entonces, soy la mayor de 2 hermanas. Mis padres el Rey Arturo y la Reina Diana tuvieron 2 hijas, yo, la primera a la cual llamaron Iris, y mi hermana a la cual llamaron Aradia, ella aun era pequeña cuando deje el reino para prepararme, mis padres han sido los mejores guerreros de estas tierras, y como hija mayor que heredara el trono, tenia que prepararme lo mejor posible, ser una gran Maga como mi Madre y un gran Guerrero como mi Padre, era mucha responsabilidad, pero no me afectaba, quería ser como ellos, fuertes y poderosos.

El día llego, recuerdo que fue un día lluvioso adecuado para mi estado de animo.

-Vamos hija ya es hora de levantarse- mi madre como de costumbre, venia todos los días a mi habitación a despertarme, con una gran sonrisa que me alegraba el día.

-Un ratico mas mama- la verdad es que no me quería levantar en un buen rato, ser la princesa tiene sus gustos, y mi cama era deliciosa.

-Vamos que ya es tarde y... - mi madre hace una pausa, se lo que quería decir, hoy es el día en que me iré al reino de Hatmmen.

-Si mami ya se que día es hoy-, me levanto de un salto de la cama, para irme a arreglar, desde muy pequeña siempre fui muy independiente, me gusta hacer las cosas por mi misma, aunque de vez en cuando me gusta que me consientan, luego de arreglarme bajo al gran salón donde un grupo de personas me esperan.

-Buenos días hija-, dice mi padre sonriente, aunque se nota en su cara un poco de tristeza, -Ellos son Melusina y Reimon, ellos serán tus guías en el Reino de Hatmmen-, los dos señores me sonríen, la señora tiene aspecto extraño, un poco desarreglada, usa unos trapos de color morado que le caen hasta el piso, su cabello es un desastre y tiene una ardilla en el hombro, creo que le patina el coco, pero no me atrevería a decírselo, la verdad es que da un poco de miedo, en cambio el señor es mas arreglado, es alto de cabello blanco, va vestido con una armadura reluciente, tiene una gran espada y un escudo con un dibujo de un ave, es muy lindo, quiero tocarlo pero no me atrevo.

-Un gusto conocerla majestad-, la señora me regala una sonrisa, yo me escondo detrás del vestido de mi madre y todos en la sala ríen, ¿se estarán riendo de mi?

-No tengas miedo hija ellos sabrán cuidarte bien-, esas palabras quedaron marcada en mi, pues fue la ultima vez que escuche a mi madre.

Una vez montados en la carroza que nos llevaría al Reino, veía como el Reino de Flora mi hogar, se iba alejando poco a poco

-Pronto regresarás Princesa, mas fuerte y mas inteligente, para proteger a las personas que quieres-, en ese momento las palabras de aquella anciana bruja me hicieron sentir mejor y el viaje no fue tan malo como esperaba.

Llegamos al reino después de 4 días, fue un viaje agotador, estaba hecha pedazos, llegamos al castillo y nos recibieron el Rey y la Reina, me mostraron mi habitación, en donde me quedaría por los últimos 10 años, vaya que fue mucho tiempo, la primera noche no pude dormir mucho, recuerdos del Reino, mi cuarto, mi cama y la canción que siempre me cantaba mi madre antes de dormir, llenaban mis ojos de lágrimas, quería estar allá.

Al día siguiente, muy temprano en la mañana, llegaron varias mujeres a mi cuarto, trajeron ropa, cepillos y toallas, me dieron un baño y me alistaron para desayunar, la verdad que en mi castillo yo no lo hubiera permitido, tendré que hablar esto con el Rey y la Reina.

-Buenos días princesa Iris, espero que haya dormido bien, en la mesa esta el desayudo, puedes servirte lo que desees- me dice el Rey con voz autoritaria, me siento un poco intimidada, voy hasta la mesa, me siento y me sirvo mi desayuno, todo se ve delicioso y tengo mucha hambre.

La Princesa De Ojos LunaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora