Las Reliquias del Laberinto

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La estructura que ya hace frente a mi es imponente, de un color grisáceo como sin vida, grandes muros se alzan a lo lejos por enzima de las nubes, Aragon y Lili están callados, la atmósfera cambia, el ambiente se siente pesado y los rostros sombríos no se hacen esperar, no se porque presiento que este laberinto trae recuerdos no muy gratos para ellos.

-¡Entonces!, hay que entrar ¿no?-, creo que mi pregunta es un poco inoportuna porque recibo de Aragon una mirada fugaz de... no hables mas.

-Este es el Laberinto de los Mil Lamentos pequeña Aradia-, escucho decir a Lili mientras viene hacia mi, -Este Laberinto es muy peligroso, anula cualquier tipo de magia así sea la mas poderosa, muchas personas han intentado cruzarlo, pero pocas han salido con vida-.

-Bueno, pero ustedes lograron salir con vida, así que si lo hicieron una vez podemos hacerlo de nuevo-, digo algo entusiasmada, se que si ellos pudieron atravesarlo una vez, hacerlo de nuevo no traerá tanto problema, ¿no?.

-Esa vez perdimos algo muy preciado-, alcanzo a oír a Aragon decir en un tono bajo y Carrasposo, como si de un recuerdo llenase a su pensamiento, ¿A que se referirá con que perdieron algo muy preciado?, decido mejor no preguntar.

-Bue... Bueno pero estamos juntos y se que juntos lo lograremos-, les regalo mi mejor sonrisa motivadora, Aragon se voltea hacia mi y me sonríe de forma cálida mientras que siento la mano de Lili acariciar mi cabello, -Tienes razón pequeña Acadia, esta vez lo lograremos y no dejaremos que nadie se quede atrás-.

Los cuatro, Aragon, Lili, Pegasus y yo nos disponemos a entrar al Laberinto. Una vez adentro todo es silencioso, un silencio sepulcral, ningún ruido mas que el de nuestro calzado y respiración se escucha. Las paredes sin color y la oscuridad del cielo hacen este lugar verdaderamente tenebroso e inquieto, no puedo dejar de mirar hacia atrás, siento como si alguien nos persiguiera, o estuviera observándonos.

Vamos caminando despacio, tratando de no hacer mucho ruido, no queremos despertar alguna criatura que viva en este laberinto, si es que puede vivir alguna. Llegamos hasta un lado sin salida, un ruido extraño nos alertó y giramos todos para ver que era, Aragon saca su espada y alumbra para ver en la oscuridad, -Parece que no es nada-, dice aliviado, en cuanto termina la oración, las paredes del laberinto se comienzan a cerrar, -No de nuevo, ¡CORRAN!-, grita Aragon a todo pulmón, -No se separen-, dice Lili mas atrás, corro lo mas que puedo, las paredes del laberinto se van cerrando, Aragon corre detrás de mi, Lili va con Pegasus por al frente.

Estamos corriendo a toda velocidad, cuando una roca de un gran tamaño cae en frente de Aragon, obligándolo a detenerse, una mas grande cae en frente de mi, haciendo que me desvíe y pierda de vista a Lili. Las paredes se cierra detrás de mi, siento que no puedo mas. Escucho un sonido ensordecedor y las paredes se detienen, ya han dejado de moverse, dejo de correr y me volteo en busca de Aragon o Lili, pero no los veo, el camino esta cerrado y ni rastro de ellos, intento llamarlos pero no escucho respuesta.

-Genial, ahora los perdí, debí de haber corrido mas rápido, soy una Princesa inútil-, tengo que encontrarlos, me dispongo a caminar por el laberinto.

-Como me gustaría estar ahorita en los brazos arrolladores de mi madre, escuchando su hermosa voz y durmiendo en su regazo, con tantas cosas que han pasado no me he detenido a pensar en cuanto la extraño, en cuanto me hace falta y en lo injusto que fueron esas mal.... Salamandras al quitármela, ella era la luz del reino, de mi padre, una Reina bondadosa y llena de vida-, estoy sumergida en mis pensamientos, deambuló por el laberinto sin saber en si a donde me dirijo, simplemente camino sin rumbo, como perdida en este mundo, pues así es como me siento, perdida.

Llego hasta una zona despejada del laberinto, el lugar esta completamente vacío a excepción de una gran roca en forma de lapida en el centro, es extraño, todo el laberinto esta sumido en una oscuridad tétrica, pero una luz cálida y de color azul ilumina aquel lugar, me crea curiosidad así que me dispongo a ir y ver que es lo que hay ahí.

Mientras camino hacia la piedra, el ambiente se pone tan frío que puedo sentirlo hasta en los huesos, me eriza la piel. Una vez que llego al lugar, me encuentro con una inscripción, esta algo ilegible y borrosa por el polvo, así que la sacudo.

-Aquí ya hace la espada de Diana, Diosa de la luna, madre de todas las criaturas, solo la portadora de su poder lograra dominar todos sus secretos-, ¿La diosa Diana?, ¿Se llama igual que mi madre?, ¡no! esto debe ser una casualidad, cuando estoy a punto de mirar la espada una voz oscura resopla en mi oído.

-Hola, Princesa Aradia-, me volteo inmediatamente por la impresión, -No temas princesa, no te haré daño-, un hombre de aspecto mayor, bajo una túnica negra me habla, no logro detallar bien su rostro, pero me logro fijar en una cicatriz en su cara que recorre desde la ceja de su ojo izquierdo hasta su mentón.

-¿Qui... Quien es usted?-, logro preguntar algo temerosa, trato de alejarme de el, pero choco contra la roca, aquel hombre se acerca y con su mano rosa mi rostro, -Solo soy un viejo amigo Princesa-.

-¿Viejo amigo?, ¿de quien?-, pregunto extrañada. Jamas había visto a este hombre.

-Pues de quien mas Princesa, de la Gran Diosa Diana, tu madre-, ¡ya va!, espera un momento, es decir que la Diosa de la espada es ¿mi madre?, pe... pero esto es imposible.

-¿De donde usted conoce a mi madre?.

-Pues digamos que las circunstancias de la vida.

-¿Como que las circunstancias?, ¿a que se refiere? Y expliqueme ¿que hace aquí?.

-Vine a ayudarle Princesa.

-¿Ayudarme?, ¿como?-, la actitud de este hombre me desconcierta, pero logro notar un ligero sentimiento de sinceridad en sus ojos.

-Supe, que la Reina Diana murió hace mucho tiempo, y puedo ver que tu mayor anhelo es reencontrarte con ella así que-, ¿que pretenderá este hombre?.

-Yo puedo hacer que vuelvas a estar con tu madre-, ¿como dijo?.

-¿Como harás eso?, no te creo-, el hombre alzo uno de sus brazos y en un abrir y cerrar de ojos estábamos en otro lugar, en otro mundo, el sol resplandecía en lo mas alto, el canto de las avecillas alegraba el lugar, las flores multicolores adornaban de belleza este hermoso paisaje, a lo lejos una dama de vestido largo y blanco, tan blanco y puro como le gustaba a ella, ¡Oh! Es ella, es mi madre, -¡MAMA!-, grite con todas mis fuerzas, aquella silueta volteo y es cuando pude ver su rostro, las lágrimas brotaron de mi rostro era ella, su piel blanca y suave, sus ojos carmesí llenos de vida, y esa sonrisa cálida y arrulladora, tengo que ir a donde esta, necesito abrazarla, tocarla, saber que es de verdad.

Cuando salgo corriendo a donde esta ella, aquel hombre me detiene, -No tan rápido Princesa-, en un momento mas estamos de nuevo en el laberinto oscuro, aquel paisaje hermoso desapareció.

-¡No!, ¿por que lo hiciste?.

-Todo tiene un precio Princesa.

-¿Que quieres a cambio?.

-¡Vaya!, vas directo al grano, pues es sencillo Princesa, aquí traigo una pócima- el hombre saca de su túnica un frasco pequeño de color rojo con un liquido adentro, -solo tienes que beberla y estarás con tu madre por la eternidad, eso te lo aseguro.

-Estoy deseosa por ver a mi madre, quiero olvidarme de todo este mundo y estar junto a ella.

-Entonces Princesa ¿lo tomas o lo dejas...?.

Continuara...

Gracias por leer este nuevo capitulo :D

La Princesa De Ojos LunaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora